«…Pocos se sentirán desde luego insatisfechos con las repetidas combinaciones de la figuras del toreo que han trascendido. Pero también aparece de pronto el análisis lúcido de quien aboga por unos carteles abiertos a los que, de una u otra forma, consideran con méritos para ser anunciados en la Maestranza…»
Manuel Viera.-
Tradicionalmente, se ha considerado febrero el icono del inicio de los toros en Sevilla. Más que nada, febrero es el mes referencial para hablar y especular sobre lo que ha de ser el nuevo año taurino en la Maestranza mientras que, en las oficinas de Pagés, se va encajando el puzzle de la que ha de ser la Feria de Abril y el abono de una nueva temporada. Sin duda, los carteles del ciclo sevillano han gozado y gozan de tal coyuntura que lo hacen tan favorables para unos como no admitidos para otros. Y en esto estamos.
Pocos se sentirán desde luego insatisfechos con las repetidas combinaciones de la figuras del toreo que han trascendido a la opinión publica, a través de los que tienen la obligación de darlas a conocer antes de que las hagan oficiales la empresa que gestiona la plaza de Sevilla. Pero también aparece de pronto el análisis lúcido de quien aboga por unos carteles abiertos a los que, de una u otra forma, consideran con méritos para ser anunciados en la Maestranza. Y no hay que extrañarse demasiado de ambas opiniones, aunque se han dado y se den discursos incoherentes sobre la multiplicidad de estas figuras.
Sin embargo, lo que merece destacarse de los carteles que se conocen es lo que dan a entender, es decir, que el toreo en cada uno de ellos aflora por los cuatro costados. No son ni siquiera buenos, son mucho más que eso: muy de aquí, muy nuestros. Muy rematados. De todas formas verlos sobre el papel impreso es toda una gozada aunque la opinión, a veces nada idiosincrásica de algunos, diga lo contrario. Y es que la Feria de Abril fue siempre, en cada época, una repetición constante de la élite del toreo en las tardes del ciclo. Con todo, lo triste, lo que amarga la boca, es que los mismos que se oponen a la reincidencia tachen igual de ‘flojos y sin rematar’ cualquier otra combinación que no contenga algunos de los que están arriba. Entonces, ¿en qué quedamos?
De todas formas, con unos o con otros, todo quedará a la espera de que salga el toro. Es el único que no se opone a quien le han de poner delante.
*Manuel Viera es redactor y responsable de las crónicas de Sevilla Taurina, así como director del programa ‘Toros y Punto’, de Punto Radio-Utrera. (manuelviera.com).
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