Un gesto de figura

El Cid, Miura y Victorino

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«…sabemos que enfrentarse a ganado bravo, encastado, difícil o complicado, debería ser la norma para cualquier torero que se precie de profesional, alejado de la comodidad de los toros colaboradores, pero ya es sabido que no lo hacen nunca. Así que bienvenido ese querer apuntarse a los carteles por parte de El Cid…»

Antolín Castro.-

     Conocido ya el compromiso del torero de Salteras de aceptar las dos corridas que piensa programar, en Valencia y Nimes, el empresario francés Simón Casas, no podemos por menos que felicitarnos por ello. Esa terna de nombres tienen mucha historia detrás y mucho que decir.

     Por supuesto que tal y como está el panorama, el simple hecho de anunciar un festejo donde se lidien ambas ganaderías, Miura y Victorino Martín, ya supone un aliciente a la tan regularizada presencia de ganado de una sola procedencia. Si, además, ambas ganaderías tienen sobre sus espaldas una ganada leyenda de no ser fáciles para los toreros, con ello se aumenta el interés para saber quiénes se pondrán delante.

     Ahí es donde ha aparecido el sevillano, que si bien es habitual con lo de Victorino, base y eje de su carrera, no lo es con la ganadería de Zahariche. Nos parece estupendo su gesto por lo que significa de asunción de categoría. Mal acostumbrados como estamos a que se les de más categoría a quienes enfrenten ‘zalduendos’ o ‘cuvillos’, es una refrescante noticia ver que hay toreros dispuestos sin que sea su único clavo donde agarrarse.

     Nos parece bien lo de elevar el interés de los aficionados desperdigados, ofreciéndoles ese mano a mano de dos ganaderías de leyenda; así mismo nos parece estupendo que un torero del primer nivel del escalafón quiera anunciarse con ese ganado y lo que nos gustaría más todavía es que la empresa de Madrid, estamos a tiempo, lo copiara; Manuel Jesús se uniera a ese tercer paseíllo y que el enfrentamiento se viera en Las Ventas con todas las garantías de trapío y exigencia que eso supone.

     Por supuesto que sabemos que enfrentarse a ganado bravo, encastado, difícil o complicado, debería ser la norma para cualquier torero que se precie de profesional, alejado de la comodidad de los toros colaboradores, con todo lo que representan de negativo, pero ya es sabido que no lo hacen nunca. Así que bienvenido ese querer apuntarse a los carteles por parte de El Cid.

     Se necesitan muchas cosas para escapar de la situación en la que estamos y por supuesto que me apunto a todo lo que sea salirse de la rutina y comodidad impuesta y comúnmente aceptada. Si eso levanta interés podemos tener la seguridad de que será en la dirección adecuada: Ver toros y toreros.

     Parece fácil decirlo pero ya nos estábamos olvidando. No será nada del otro mundo, pero es que en el mundo taurino en el que vivimos hay poco lugar para tener sensación de que lo que se ofrece es algo diferente. De ahí que podamos aplicar aquí el refrán castellano: «en el país de los ciegos el tuerto es el… Cid».


*Publicado en Opinión y Toros.


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