El francés Dominique Lapierre ha presentado en la capital sevillana «… O llevarás luto por mí», el trabajo que realizó junto con el estadounidense Larry Collins y en el que narra los años iniciales de la década de los 60 a través de la biografía de Manuel Benítez ‘El Cordobés’.
Redacción.-
El francés Dominique Lapierre ha presentado hoy martes en Sevilla «… O llevarás luto por mí» (Planeta), el trabajo que realizó junto con el estadounidense Larry Collins y en el que narra los años iniciales de la década de los 60 a través de la biografía de Manuel Benítez ‘El Cordobés’. El escritor francés ha resaltado que es una obra que supone «parte del patrimonio de la Historia de España y que por fin las nuevas generaciones, aunque no le interesen los toros, podrán descubrir lo qué pasó durante la guerra y los años posteriores a través del destino de un español que sale de su miseria». De esta manera, ha añadido que Palma del Río (Córdoba), localidad natal del maestro, es una muestra simbólica de lo que sucedía en todo el territorio nacional.
Huérfano tras la muerte de Collins, que falleció hace cinco años, Lapierre ha explicado que estamos ante «un gran libro de la Historia de España a través del destino de un español, un torero». En este sentido, ha bromeado que de ser la historia en Estados Unidos el protagonista hubiera sido un boxeador o en Brasil, un futbolista. «El héroe de la historia es un matador, dado que los toros eran el camino real para salir de la miseria si el chaval tenía un poco de valor, ya que el camino era peligroso», ha expresado. En este sentido, ha precisado que para la obra no era importante si ‘El Cordobés’ era «buen o mal torero, si era clásico o no», sino que el objetivo importante es que «en un momento de la historia de España, los años después de la guerra, para huir de la miseria y pobreza, Manuel Benítez escoge un camino real que pasa por delante de los pitones», ha indicado Lapierre en una entrevista ofrecida en Sevilla a Europa Press.
La obra, que recoge la vida del matador andaluz, centrándose en la corrida del 20 de mayo de 1964 en la plaza de Las Ventas de Madrid, va a mostrar «un momento de transición de la historia de España», ha comentado, señalando que «los años 60 era el momento en el país quería salir del pasado, quería que los ver más allá de los pirineos, bailar en las discotecas, aplaudir a los Beatles, un nuevo país tras ver como estaba a punto de salir tras los años de tragedia de guerra y posguerra. Este hombre con sus pelos largos y su manera loca de enfrentarse a los toros, nada clásica en contraposición a la de Manolete, encarnaba una esperanza en una España nueva», ha resaltado.
En este sentido, ha subrayado que fue «un tiempo extraordinario». Además, ha recalcado que ‘El Cordobés’ fue el primer torero de la televisión, pues cuando se emitían sus corridas por el único canal de televisión que existía entonces, «la vida del país se paraliza frente a los monitores de los bares», cifrando en «25 millones las personas que agolpaban frente a los televisores el día de la corrida en Las Ventas».
Asimismo, Lapierre, que ha visitado este martes Sevilla para presentar la obra, ha manifestado que el torero representaba «una ventana a la esperanza, a una nueva era y un nuevo tiempo». Además, ha señalado que «sus extravagancias en el ruedo encarnaban las esperanzas del país». Lejos de analizar la tauromaquia de ‘El Cordobés’, su intención era reflejar el interés de la sociedad en su figura.
Lapierre vivió, junto a Collins, las temporadas taurinas del diestro de 1958, 59 y 90, «una experiencia extraordinaria», ha confesado, explicando que Benítez fue quien le enseñó el español, «mi universidad fue El Cordobés», ha apuntado. Con respecto a su lenguaje, que ha considerado «poco ortodoxo», ha comentado que hablaba «un español muy difícil». Durante esos años, el torero andaluz sumó 200 corridas, «una locura total». Aunque prefiere no hablar de cuestiones políticas, Lapierre ha afirmado que la prohibición de las corridas de toros en Cataluña a partir de enero de 2012 es «un asunto político, tras lo que se esconde la intención de reflejar que Cataluña no es España». Asimismo, ha declarado que esta decisión, aprobada por el Parlamento de Cataluña, es una forma de decir que «no participamos de la locura de las tradiciones españolas».