Espartinas – Festival taurino, Domingo 14 de Octubre de 2007
El buen juego del ganado posibilitó faenas con contenido. Solo el portugués Víctor Mendes no logró el doble trofeo. Anecdótico indulto de un toro de Samuel Flores por parte del aficionado práctico Adolfo Suárez Illana.
Redacción.- El alto nivel de los toreros y el ganado lidiado hizo que los asistentes al festival de Espartinas vivieran una mañana de toros cargada de matices, contenidos brillantes y momentos inolvidables. El cénit de la mañana estuvo en la actuación de Adolfo Suárez Illana, que consiguió indultar un toro de Samuel Flores que le permitió estar a gusto y lograr momentos muy brillantes. El festival fue interesante desde el principio. El primer novillo de la mañana permitió ver a Ruiz Miguel como en sus mejores tiempos. Ya toreó muy bien de capa a su novillo, un ejemplar de Buenavista que resultó ser un gran colaborador en las manos del torero gaditano. Ruiz Miguel le hizo una faena completa, presidida por la garra y la entrega, pero con momentos muy templados y brillantes que le llevaron a cortar los máximos trofeos. El novillo, para el que se pidió el indulto, fue premiado finalmente con la vuelta al ruedo en el arrastre. Víctor Mendes estuvo muy variado con el capote y compartió banderillas con Juan José Padilla. Su novillo se comportó con brusquedad en la muleta y exigió un esfuerzo por parte del diestro portugués, que no se dejó ganar la pelea y estuvo por encima de su oponente, cortándole una oreja. Juan José Padilla mezcló entrega y calidad en su actuación frente al tercero. Lo recibió con dos largas cambiadas y compartió banderillas con Víctor Mendes. Con la muleta hizo una completa faena que comenzó y terminó de rodillas, llevando siempre muy largo a su enemigo, al que entendió a la perfección. Mató muy bien y logró los máximos trofeos. Dávila Miura se mostró muy templado en el recibo de capa al cuarto novillo de la tarde. El animal se volvió reservón en la muleta, pero Dávila logró hacerlo embestir y llevarlo muy largo por los dos pitones. Fue una labor de mérito la del torero sevillano que fue premiada con dos orejas. El novillero Agustín de Espartinas estuvo firme ante un novillo bueno pero exigente. Los mejores momentos de su faena los logró al natural, dando además estupendos pases de pecho. Mató con contundencia y cortó dos orejas y rabo. Adolfo Suárez Illana se las vio con un toro de Samuel Flores que derrochó nobleza y le permitió sentirse muy a gusto. No hubo lucimiento con el capote, pero con la muleta el toro fue a más y Adolfo Suárez sacó a relucir la cadencia y la calidad de su toreo, siendo jaleado por todos sus compañeros de cartel. Hubo momentos de gran altura tanto en el toreo diestro como al natural, en una faena larga que culminó con el indulto del toro llamado 'Escribanejo' y los máximos trofeos simbólicos para este aficionado práctico que se despedía de los ruedos.
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