ESCÁNDALO en la Maestranza

La prensa, unánime en el desprestigio de Sevilla

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La Fiesta se hunde en la Maestranza. (FOTO: Sevilla Taurina)
La Fiesta se hunde en la Maestranza. (FOTO: Sevilla Taurina)

El pésimo fin de semana que cerraba la temporada de toreo a pie en la Maestranza tuvo en la corrida del domingo la gota que colma el vaso de la paciencia. El desastre anunciado de la corrida de Zalduendo, consentido por autoridad, empresa, veterinarios y toreros, ha puesto de acuerdo a la prensa taurina.

Redacción.-

     El escándalo de la corrida de toros celebrada el domingo en la Maestranza, que culminaba un fin de semana desastroso de toros en Sevilla con la infumable novillada del viernes y el descafeinado e improvisado mano a mano Cid-Luque, ha sido duramente criticado en la prensa taurina. Existe unanimidad en los periodistas taurinos nacionales y locales que cubrieron la corrida en señalar que lo que está sucediendo en la Maestranza toca fondo y es un insulto a los aficionados sevillanos y a la categoría que debería tener esta plaza.

     SEVILLA TAURINA ofrece un extracto de las principales crónicas taurinas de la corrida del domingo:

  • Zabala de la Serna (El Mundo)

TITULAR: Podrida corrida de Zalduendo y Hermanos de remiendo

     Convendría que ahora, cuando se reúnan los toreros para preparar el encuentro con Cultura, también hagan un ejercicio de autocrítica. Sin ir más lejos: «Compañeros del metal, dejemos de matar basura». Zalduendo por ejemplo. O no imponer remiendos o sobreros de Sampedro, la ganadería, o una de ellas, más podrida de España. Es una estafa consentida. Morante, que venía de recorrer Barcelona a hombros, se estrelló con un remiendo de Sampedro de cara lavada e inválido que la autoridad matuvo en el ruedo por sus pelés. Nada. A los corrales volvió el cuarto de Zalcuento, que tras un volatin quedó listo de papeles. Antes tres lances a la verónica de Morante pero violentito. De ahí el pañuelo verde también. El sobrero de Sampedro no dio ni para un análisis. Se quedó corto de salida y de tal manera embistió siempre. Ni uno tampoco el de Juli. Devuelto. Sobrero de Gavira. Un zapato. No le metieron apenas las cuerdas.

  • Andrés Amorós (ABC)

TITULAR: Tarde de inválidos

     En el Congreso Taurino celebrado en la Maestranza escucho a algunos profesionales que el toro actual es el más bravo de la historia, que se ha superado el problema de las caídas. Hablan también de la ‘toreabilidad’, de la escasa asistencia de público; desea alguien para su poderdante un toro ‘agradable’… ¿Superadas las caídas? A lo largo de toda la temporada, las expresiones que he tenido que repetir más veces en mis crónicas son éstas: flojea, cae, se derrumba… El cartel, con Manzanares, era inmejorable: pero no con toros de Zalduendo, que ha pegado el petardo reiteradamente. Cinco han rechazado en el reconocimiento y, en la plaza, han devuelto tres más. Las figuras siguen eligiendo lo ‘agradable’: en el pecado llevan la penitencia… El desfile de inválidos ha sido un verdadero escándalo. En otra plaza se hubiera armado la gorda. Y con razón. Señores ganaderos: ¿están solucionadas las caídas de los toros? ¿Seguimos hablando de la ‘toreabilidad’ y buscando toros ‘agradables? Señores matadores: ¿continuarán apuntándose a estos toros? Así, no se arregla nada.

  • Antonio Lorca (El País)

TITULAR: La Fiesta de los toros, a Sanidad

     Quieren los toreros que la Fiesta pase a depender del Ministerio de Cultura. Vana ilusión. Los toros deben estar incardinados en el de Sanidad, pues padecen enfermedades graves y dolencias que parecen incurables y necesitan cuidados muy intensivos. Y si en el Ministerio trabajan psicólogos y psiquiatras, que atiendan, por favor, a los aficionados que quedan, que hay que tener la chaveta perdida para acudir tarde tras tarde a esta tristísima farsa en la que han convertido este espectáculo. Lo ocurrido en la Maestranza no tiene nombre, pero se resume así: si no hay respeto por el toro, difícilmente puede haberlo para el torero. Una ganadería titular, la de Zalduendo, de la que sólo se anuncian cuatro toros y se lidia uno. Y la corrida se remienda con dos de Hermanos Sampedro, que no son toros para plaza de primera porque sus hechuras son de novillos; y salen dos más de Gavira, feos, como toda la corrida, e inválidos todos, y descastados y mansos. En fin, imposible empeorar. Y al frente de la tropa, dos primeras figuras del toreo, Morante y El Juli, que se ríen a mandíbula batiente de los que pasan por taquilla al aceptar semejante caricatura de toro bravo. Y pasa lo que pasa: que hay desmayos por aburrimiento, que hacen falta doctores contra el sufrimiento de un espectáculo al que están matando entre los que debieran tener más interés en conservarlo con vida. A Sanidad… Los toros, a Sanidad. No puede estar en Cultura una farsa de algo que en su día se consideró un arte y hoy es una miseria. Ya se pueden celebrar pomposos seminarios y congresos de alto postín intelectual; ya pueden configurarse mesas del toro y airearse banderas, que mientras no se resucite al toro bravo, esta fiesta tiene un serio, muy serio riesgo de pronta desaparición. Y los toreros, las figuras, quienes mantienen este engaño, no pueden irse de rositas. Lamentable el paso por San Miguel de los señores Morante y Juli. No vale que el toro no sirvió; no vale que no hubo suerte. Lo que vale es que son parte y arte de una corrida podrida, y alguien debería pedirles responsabilidades.

  • Luis Nieto (Diario de Sevilla)

TITULAR: Un insulto a la Fiesta

     Después de saltar nueve toros a la Maestranza, varios de ellos impropios para una plaza de primera categoría, y tras varias broncas y palmas de tango dirigidas a la presidencia para que devolviera al rosario de inválidos que fueron pisando el coso del Baratillo -más barato que nunca en el aspecto ganadero-, un espectador se llevó una de las escasas ovaciones de la tarde al gritar al empresario: «¡Canorea, has comprado todo lo malo que había en el campo!». Y es que la empresa aportó una corrida de Zalduendo -tras los reiterados fracasos de esta temporada- inapropiada para la plaza de Sevilla, que tuvo que ser remendada con dos astados de Hermanos Santamaría. El atípico encierro, una escalera en cuanto a hechuras, acabó derrumbándose con la fragilidad de un castillo de naipes ante un ciclón. Y eso que la suerte de varas fue un simulacro en casi todos los toros. De esta manera saltaron hasta nueve reses, con un trabajo extra para los cabestros. Todo ello ambientado con palmas de tango y algunas increpaciones y broncas por parte del público de la Maestranza, que en su conjunto se comportó de lo más respetuoso ante la situación. No hay que olvidar que la empresa no es la única responsable. Las dos figuras del cartel -Morante y El Juli- son quienes traían la corrida pastiche. Ninguna culpa tenía en este desastre Oliva Soto, quien venía como sustituto de Manzanares, convaleciente. Quien también tiene una cuota altísima de responsabilidad es el presidente, Gabriel Fernández Rey, que mantuvo a varios inválidos en el ruedo, comenzando por el astado que abrió plaza, sin inmutarse ante las protestas y broncas constantes del público y cambiando el tercio de varas tras varios simulacros del mismo. Sin duda, con esta falta de seriedad, con estos argumentos, no se precisa a los ignorantes antitaurinos para acabar con la Fiesta, a la que se insultó en la bella y abarrotada plaza de la Maestranza.

  • Manuel Viera (sevillataurina.com)

TITULAR: Póngale usted el titular

     Van a lo suyo, sin importarle un carajo el que mantiene el espectáculo. Exigen toros -¿qué toros?- para asegurarse un triunfo ficticio. No caben justificaciones; lo de hoy en la Maestranza ha sido un fiasco, un sinsentido, de los muchos sinsentidos de una Fiesta a la baja y abocada, dicen, a desaparecer. Y no son sólo aquellos, los de fuera, los que quieren terminar con ella; son estos, los de dentro, los que la están llevando a una crisis difícil de superar. ¿Cómo es posible que en los campos de bravo no hubiese toros como merece Sevilla? ¿Cómo es posible que salgan de chiqueros nueve animalitos impresentables de tres ganaderías diferentes? ¿Cómo es posible que cada uno de ellos muestren comportamientos similares basados en la sempiterna falta de casta e invalidez desesperante? ¿Cómo es posible que impongan estas exigencias los representantes de quienes los matan? Echémosle la culpa y pidámosle responsabilidades a todos los que la tienen. A quien lo exige y a quien permite su lidia. A quien juega con ellos en el ruedo a la lotería del triunfo, o del fracaso, sin añadirle sentido común a una elección que daña, y de qué manera, a una Fiesta ninguneada y vapuleada. Lo de esta tarde ha sido decepcionante, un chasco, un fracaso… Póngale usted, lector, el titular que quiera. Ni unos ni otros. Ni el ‘zalduendo’, ni los ‘gavira’, ni los ‘sampedro’. Ninguno mostró hechuras, cuajo de toro y embestidas de bravo. Mientras, un público paciente y bendito esperaba el milagro del toreo. Una gente que llenó la plaza para degustar las genialidades de Morante, la maestría de El Juli y el ‘chispazo’ de arte de quien quiere ser algo en esto, se fue enfadada e impotente.

  • Francisco Mateos (sevillataurina.com)

TITULAR: Escándalo

     Están cargándose la Maestranza. Todos. Ayer sábado anunciábamos el desastre ganadero que era previsible para hoy. El guión escrito de este triste San Miguel se cumplió a rajatabla. Ni una vuelta al ruedo en tres festejos. Pero los empresarios de la plaza, Ramón Valencia y Eduardo Canorea, parece que no entienden de lógica y, con los bolsillos llenos en marzo, juegan a cargarse a la afición sevillana. Ellos, junto con la colaboración de la nefasta Carmen Tovar, delegada de la Junta de Andalucía en Sevilla, la mal llamada autoridad ‘competente’, son los máximos responsables. Se anunciaban los toros de Zalduendo y sólo quedaron para el sorteo cuatro. En los reconocimientos previos se rechazaron cinco toros: tres por falta de trapío -¡cómo serían tras ver lo impresentable que aprobaron!- y hasta otros dos ¡por falta de peso! Y de los cuatro que se anunciaron, sólo uno se lidió finalmente, ya que los otros tres fueron devueltos a los corrales por otros tantos sobreros de Sampedro y Gavira. En resumen: cinco toros rechazados de Zalduendo, cuatro toros aprobados del hierro titular, dos remiendos de Sampedro, tres devueltos a corrales, dos sobreros de Gavira y un tercer sobrero de Sampedro. Un desastre. Y la delegada Carmen Tovar  sin aparecer por su ‘burladerito’ de la Junta de Andalucía, y su compañero el nuevo director general de la Junta, Manuel Brenes, anunciando en coloquios de intelectuales que ‘Tomo nota’; ¡pues menudo libretón le va a hacer falta, don Manuel!

  • Álvaro Acevedo (La Razón)

TITULAR: Triste paradoja en La Maestranza: espectáculo ruinoso y negocio rentable

     La tarde, el espectáculo, fue un absoluto, lamentable y vergonzoso desastre ganadero ante el que, por supuesto, nadie (empresa, autoridad o apoderados) ofrecerá explicaciones. Fue algo tan triste que ni siquiera sabemos si es pertinente entrar en una valoración artística de los toreros. A Eduardo Canorea le gritaron desde el tendido que compraba los toros más malos del campo bravo. Y los más baratos, suponemos. Eso sí: como la plaza estaba llena, la ruina salió rentable.

  • Álvaro Rodríguez del Moral (El Correo de Andalucía)

TITULAR: Que se lo cuenten a la ministra

     Un paupérrimo y decepcionante espectáculo cerró la Feria de San Miguel. El cartel había despertado una gran expectación desde que fue presentado en el mes de febrero. Los resultados de la Feria de Abril lo revalorizaron aún más y la cotización había ido creciendo a la vez que Morante, El Juli y Manzanares se iban convirtiendo en los tres tenores de esta temporada que ya anda tocando retirada. El resto ya es historia: la inoportuna lesión de Manzanares privó al evento de uno de sus alicientes aunque regalaba a Alfonso Oliva Soto una valiosa oportunidad para reivindicarse. Pero lo que se había anunciado, vendido, cobrado y publicitado como una auténtica cumbre del toreo se hundió en el fango más oscuro por culpa de los propios actores del invento. Y aquí no se libra nadie. Si ya se comentaba desde hace meses que la de Zalduendo -con una pésima temporada a la espaldas- no era la corrida más indicada para un espectáculo que se presumía de primer nivel, el mosqueo subió de tono cuando se supo que el encierro había sido remendado con dos toros de Hermanos Sampedro. A la postre, de los cuatro galafates que logró enchiquerar Fernando Domecq sólo se lidió un ejemplar en medio del increíble pasotismo del público que abarrotaba la plaza de Sevilla. Se tenía que haber armado la marimorena pero, al final, tenemos lo que nos merecemos. Los toreros son los primeros que, en el pecado, llevan la penitencia. Y ahora que se lo cuenten a la señora González Sinde si por fin se digna a recibir al senado de la torería andante.

  • Carlos Ruiz Villasuso (mundotoro.com)

TITULAR: Cuidar y descuidar

     Todos los que basamos el criterio del toro en tipo, con hechuras, armónico, el toro bajo de agujas, corto de manos, fino de cabos, de sienes reunidas y con los pitones para adelante, de cuajo y seriedad bella, el toro cuya embestida puede recogerse en los vuelos de la muleta y permita el toreo de reunión, ceñido, el toreo de calidad y profundidad, no queremos el toro de hoy. Una corrida inexistente, sin trapío ni hechuras, con sobreros del mismo son. Ni buen gusto hubo. Tres hierros, Gavira, Sampedro y Zalduendo, ganadería titular que fue de banquillo. Nueve toros, tres sobreros y una paciencia infinita de un público canonizable que llenó la plaza a la espera de lo que no le dieron. En un año de exceso de toros, resulta que sólo hay estos toros. Uno a uno, fueron el toro feito y justito que suele entrar en una buena corrida. Juntos, un desafío al azar. Con uno de los toreros más capaces y largos de la historia en una temporada cumbre dentro de un historial impresionante, El Juli; con un torero de estilo de época, con un valor más que contrastado y con un halo de magia que le hace ser icono de tauromaquia, Morante de la Puebla, no se entiende este tipo de decisiones. Cuidar a un torero es lógico si se entiende por buscar el mejor toro para la mejor plaza, pero sumar dos más dos para que den siete, es ir en contra de toda lógica, y razón y pasar del cuidado al descuidado. Hoy se descuidó a los toreros, a la tarde y a su significado. Por faltar, faltó hasta el buen gusto, pues el único toro de sienes estrechas, corto de manos, que enseñó las palas de los pitones, fue el primer sobrero de Gavira. Luego hubo uno en buey que resultó morucho con el mismo hierro. Tres de Hermanos Sampedro que abrieron las caras en distinto grado y los de Zalduendo de trapío y tipo inverosímiles. Suspenso y a reflexionar, pues están las cosas así: tardes como las de hoy, o se pone todo el esmero del mundo o el fallo es monumental. Y si hasta las corridas mas hechuradas fallan, lo de hoy estaba cantado. Hoy no valía el toro al límite, ese del que se duda y se consiente, sino el toro de ovación de salida. La tarde exigía eso. Ni siquiera se le hizo un favor a una buena ganadería que pasa por un bache. Hoy nadie se hizo favor alguno. De esta tarde irreflexiva poner nombres a lo que ya tiene es reincidir, pues empresa y apoderados de figuras son quienes, junto a la llamada autoridad, traen y llevan los toros. Y final a este suspenso en septiembre y a reflexionar, pues el cuidado extremo a veces se traduce en descuido. O mal cuidado.

  • Emilio Trigo (burladero.com)

TITULAR: Escandalosa ‘final’ en Sevilla

     Una corrida de toros impropia, remendada por la mañana al no conseguir Zalduendo presentar seis toros aptos, ha arruinado la gran cita de del epílogo de la temporada, la que se anticipaba como la final de 2010, con los tres toreros del momento anunciados. Tres toros devueltos, sólo uno de Zalduendo y la indecorosa presencia en algunos de los toros son las noticias de una tarde con ambiente de día grande en la Maestranza y mucha gente joven en los tendidos. Una torpeza que debería hacer reflexionar a sus responsables.

  • Pérez Alarcón (perezalarcon.blogspot.com)

TITULAR: Empresa Pagés y Zalduendo, cómplices de los antitaurinos

     La corrida de Zalduendo, rematada con dos ‘toritos’ de Sampedro, ha salido conforme al guión anunciado desde hace algún tiempo. Escándalosa corrida de toros, por su presentación, invalidez y falta de casta. Hemos visto tres sobreros, cada cual más penoso en cuanto a su prototipo racial de ganado bravo de lidia, y con hechuras para no embestir, y una ganadería en triste decadencia desde hace varios años, pero todavia algunos ‘taurinos’ de hoy (Curro Vázquez, Morante, Roberto Domínguez,…) confían en su recuperación… ¡tararí que te ví!… y Sevilla a la deriva. Esta tarde me han engañado y estafado; por una parte, por la propia empresa Pagés, que confía en una ganadería en una situación lamentable; y por la otra, el titular de la ganadería de Zalduendo, cuyas reses han demostrado que no sirven ni para carne, y que no tiene escrúpulos para venir con una ‘novillada’ de lujo. ¡Un fraude! Tanto unos y otros son cómplices del antitaurinismo más racial, beligerante y luchador, pues les han servido en bandeja la motivación del porqué de muchas cosas. Lo más significativo la sonora pitada al terminar Oliva Soto la muerte del sexto, y no para el torero precisamente, sino para el burladero de la empresa, en la que se encontraba el Sr. Valencia, y el Sr. Domecq. ¿Les habrá servido la ‘ironía’ de algún comentario del público? Mucho cabreo en el personal que deja calentito el invierno en Sevilla. Sobre la corrida y los toreros, una corrida descastada mal presentada e inválida que ha impedido el lucimiento de los toreros. Mala tarde para culminar una Fería de San Miguel, pobre en contenido y resultados artísticos. Ni una vuelta al ruedo, y es que con estos cómplices la Fiesta no va a mejorar.

  • Raúl Delgado Márquez (lostorosenelsigloxxi.blogspot.com)

TITULAR: Desastre anunciado

     Estoy hasta la coronilla de Fernandito Domecq. Un ganadero puede tener su ganadería hecha unos zorros. Allá él con su ruina. Pero me parece indignante lo de este señor, que vende una corrida para Sevilla, sabiendo que no tiene toros para un festejo de ésa alcurnia. Pero es reincidente. Allí dónde va, hay problemas. Algunos me van a pegar, pero prefiero a Juan Pedro antes que a Zalcuento. Os lo juro. Tampoco se pueden ir de rositas ni la empresa, ni los apoderados. Caraduras.

  • Francisco Picornell (malakaespa.blogspot.com)

TITULAR: Hace falta un poco de vergüenza

     Lo ocurrido en la Maestranza es una prueba palmaria de que la Fiesta se la van a cargar los propios taurinos. Es una vergüenza que se traigan estos gatos que por las hechuras se sabía que no embestirían. Se reconocieron por la mañana nueve Zalduendos, para aprobar cuatro y lidiar uno. ¿De quien es la culpa? Yo creo que de todos. Entendiendo por tales a los apoderados, seguimos por la empresa, continuamos por el ganadero que, lejos de velar por su reputación, se baja los pantalones y sólo se ocupa de satisfacer los deseos de engaño de los toreros. Con la de toros que han sobrado este año, ¿sólo había en el campo esas mierdas? El público de Sevilla, o es santo o es gilipollas. Lo de hoy era para quemar la plaza. No hay derecho a que gentes se hayan desplazado desde donde vivan, pagado una entrada que cuesta un capitalito, para que les tomen el pelo de esta manera. En lo anales de los timos famosos, junto con el ‘toco-mocho’, ‘la estampita’ y ‘el nazareno’, se incluirá el de ‘una tarde de toros en Sevilla’.

  • Paco Díaz (toroimagen.com)

TITULAR: 9 toros 9

     También podríamos titular esta breve crónica de la corrida como ‘La crónica de un fracaso anunciado’, porque saber se sabía que iba a ocurrir esto; es más, yo personalmente lo esperaba aún peor, pero el oficio de estas entrenadas cuadrillas, ya al final de temporada, y las ganas de acabar cuanto antes con el menor desprestigio posible hizo que se lidiara acertadamente dentro de las circunstancias. La prueba palpable es que la corrida a pesar del rechazo de tres toros, todos ellos después del caballo, terminó en tiempo de una corrida normal, o sea dos horas y media. Otras sin devoluciones han tardado más. Resumimos diciendo que fue una corrida interesante porque fue ejemplo de la situación actual de la Fiesta y a plaza llena se han visto claramente hoy parte de estos problemas, por un público en general sevillano, que dicho sea de paso ya va siendo hora que se espabile un poco y se deje de gangas artísticas que nos llevan a la ruina.


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