REAL MAESTRANZA - Novillada fuera de abono

Esaú Fernández, decidido y seguro

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El novillero camero Esaú Fernández ha cortado una oreja a cada unos de sus novillos y a punto ha estado de abrir la Puerta del Príncipe si no llega a fallar con el descabello. Mientras, Silveti ha toreado con gusto y Jiménez ha mostrado valor y ganas con flojos utreros de Los Azores.

LA FICHA

 
NOVILLOS: Se han lidiado seis novillos de Los Azores, muy bien presentados, nobles, flojos y descastados. El mejor ha sido el cuarto, muy noble y con calidad en sus embestidas.

NOVILLEROS: –Esaú Fernández, de espuma de mar y oro, oreja y oreja.
Diego Silveti, de lila y oro, saludos y vuelta al ruedo.
Javier Jiménez, de azul y oro, saludos tras aviso y vuelta al ruedo.
 

CUADRILLAS: Saludó tras parear al cuarto José Antonio Muñoz ‘Perico’.

 
INCIDENCIAS: Algo más de un cuarto de plaza.

 
GALERÍA GRÁFICA
OTRAS IMÁGENES

 

Esaú Fernández, con la primera oreja. (FOTO: Sevilla Taurina)

 

Manuel Viera.-

     La versión del natural fue excelente. En esta ocasión, ya digo, la izquierda fue su fuerte. En realidad fue lo que más llegó de Esaú Fernández, muy decidido y seguro toda la tarde. Incluso excesivamente motivado –acelerado- por conseguir lo que a punto estuvo de obtener. Valga como ejemplo la velocidad que le imprimió al paseíllo. Alcanzó las tablas el primero sacándole medió ruedo a Silveti, que llegó el último. Uno de los peores paseíllos que he visto hacer en esta plaza.

     De todas formas, el camero fue encontrando, paso a paso, un nuevo detalle para emocionar. Por eso lo que le hizo al cuarto, un buen novillo aunque flojo de Los Azores, tuvo altura. Y el resultado ya se vio: un combinado de muletazos diestros y naturales de mano baja trazados con autoridad, muy despacio, profundos, puros, largos e hilvanados. Fueron estas las mejores series zurdas de la tarde magníficamente resueltas con los extraordinarios pases de pecho. Esaú toreó de forma admirable construyendo con decisión una faena honda, precisa, ligada y emotiva.

     La solvencia de su ejecución, la seriedad con la que abordó la lidia, la seguridad con la que tanteó ambos trasteos dan idea del rigor de una actuación con la que a punto estuvo de abrir la Puerta del Príncipe. En sus dos novillos se fue a portagayola. A ambos citó de largo desde los medios. A los dos les templó la calidad de sus cansinas embestidas, y a uno y a otro le ligó muletazos con oficio, con depurada técnica y con auténtica verdad. Con estocada algo desprendida finiquitó al primero, y con un espadazo casi entero y dos descabellos puso fin a la vida del noble y flojo cuarto. Una oreja de cada uno de su oponentes fueron a sus manos.

     Diego Silveti navegó con destreza por las sendas clásicas de un toreo al que le imprimió gusto y le faltó emotividad. Al noble e inválido segundo lo toreó con suavidad pero sin continuidad. Lo hizo despacio, sin la necesaria ligazón por las condiciones del novillo y mostrando su ya demostrado valor. Tras una estocada contraria le obligaron a saludar. Con el noble y parado quinto destacó en un ajustado quite por gaoneras, sin embargo, le faltó después la despaciosidad que empleó con la muleta en la lidia de su primero. Dio muchos pases sin un mínimo de interés. Unas ajustadas bernardinas pusieron punto y final a un trasteo al que le faltó altura. Tras la estocada trasera se regaló una vuelta que le supo a gloria.

     Javier Jiménez es de esos toreros que los puristas analizan sin remisión. Para empezar, le achacan demasiado tecnicismo en sus formas, y algún que otro mecanismo extremo para contagiar a la gente con su toreo. Le llaman bullidor. Da lo mismo, él sigue siendo tan sugerente como lo puede ser el mejor. Y es que bajo ese toreo se esconden unas maneras que, llegada la ocasión, se transforman en despaciosidad absoluta. Jiménez las mostró con el flojo y parado sexto, al que toreó al natural muy despacio, con la tela a rastras, hilvanando los escasos muletazos zurdos que el novillo le dejó trazar. Sin embargo, con el descastado tercero, al que le costó coger el acople necesario, empleó la corta distancia para demostrar valor, quietud y eso otros detalles que lo hacen interesante en el ruedo. Utilizó el descabello en su primero y le obligaron a dar la vuelta al ruedo tras la estocada a sexto.


GALERÍA GRÁFICA

Esaú Fernández. (FOTO: Sevilla Taurina)

Esaú Fernández. (FOTO: Sevilla Taurina)

Esaú Fernández. (FOTO: Sevilla Taurina)

Novillos inválidos. (FOTO: Sevilla Taurina)

Diego Silveti. (FOTO: Sevilla Taurina)

Javier Jiménez. (FOTO: Sevilla Taurina)

Javier Jiménez. (FOTO: Sevilla Taurina)

Diego Silveti. (FOTO: Sevilla Taurina)

El banderillero Perico. (FOTO: Sevilla Taurina)

Esaú Fernández. (FOTO: Sevilla Taurina)

Esaú Fernández. (FOTO: Sevilla Taurina)

Esaú Fernández. (FOTO: Sevilla Taurina)

Diego Silveti. (FOTO: Sevilla Taurina)

Diego Silveti. (FOTO: Sevilla Taurina)

Javier Jiménez. (FOTO: Sevilla Taurina)

 


OTRAS IMÁGENES

Luis Mariscal y su familia. (FOTO: Sevilla Taurina)

El novillero Daniel Muñoz. (FOTO: Sevilla Taurina)

Luis de Pauloba. (FOTO: Sevilla Taurina)

Cuqui de Utrera. (FOTO: Sevilla Taurina)

Oliva Soto saluda a Mariscal. (FOTO: Sevilla Taurina)

Martín Núñez. (FOTO: Sevilla Taurina)

 

 

 

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