Salvador Cortés y Luis Vilches han paseado una oreja tras mostrase firmes y decididos con deslucidos toros de Peñajara, en una noche marcada por el grave percance del banderillero Luis Mariscal. Javier Cortés, con el peor lote, mostró ganas e inseguridad.
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Manuel Viera.-
Está hecho un torero en la brega y con las banderillas. Clavó de forma admirable el primer par al cornalón y astifino quinto, y quiso cerrar el terció con un más difícil todavía al dejar los palos por derecho. Allí se quedó, entre las dos afiladas dagas tras hacer la suerte con auténtica verdad. Y lo prendió por el interior del muslo izquierdo, y lo mantuvo colgado durante angustiosos segundos mientras el pitón destrozaba músculos y arrancaba venas y arterias. Lo soltó y lo volvió a empitonar en una de las cogidas más aparatosas vistas en esta plaza. Dejando un impresionante reguero de sangre, Luis Mariscal, fue llevado a la enfermería e intervenido durante más de cuatro horas y media.
Con la conmoción generalizada en la plaza, Salvador Cortés se dispuso a finiquitar su tarde con un nuevo triunfo. El soso y descastado quinto toro de Peñajara no le dio opciones, y pese a su asentada firmeza no pudo levantar una faena que se le vino abajo en el toreo de izquierda. Antes, paseó una benévola oreja del segundo, noble aunque feo y mal hecho, tras gustarse con la capa y realizar un trasteo con momentos de temple y notable ligazón. Tuvo más reposo al final de faena, hasta conseguir con solvencia la profundidad en el pase que tanto buscó. En cualquier caso, su gente le volvió a echar una mano y le pidió la oreja con insistencia tras estocada desprendida.
Lo importante es que Luis Vilches mató al cuarto y le arrancó la oreja tras realizar un admirable esfuerzo durante una faena con altibajos en la que supo solventar las complicaciones del manso y flojo toro de Rufino Martín. Luis abordó la lidia con seriedad, con rigor, con decisión, con enormes ganas y a viva voz, para llegar al epílogo del trasteo encontrando el detalle, al fin, para emocionar: dos largos muletazos diestros tuvieron la profundidad y el estilo del toreo del utrerano. Tras la estocada le sacaron los pañuelos suficientes para que el usía pudiera sacar el suyo. Al primero, sin clase en sus mansas embestidas, lo toreó de capa de forma vibrante para dejar sin firma después una faena demasiado intermitente y basada en el esfuerzo y la disposición. El espadazo fue infame.
A Javier Cortés le vino grande la noche, y, aunque decidido, se mostró inseguro y falto de oficio. Valga como excusa los complicados toros que le tocaron en suerte -descompuesto y rajado el tercero, y muy brusco el sexto- de una corrida grande de hechuras, destartalada, mansa, floja y de escasa casta. Mató mal a su primero y finiquitó con prontitud al sexto.
AL NATURAL |
El torero de don Ramón
Francisco Mateos.-
La noche y los próximos días en Sevilla viene y vendrán marcados por la horrible cornada de Luis Mariscal. Como tantas veces, el bravo torero sevillano -ahora bajo lás órdenes de su hermano pequeño Salvador Cortés– quiso desmonterarse tras un buen primer par de banderillas, y en el tercero, por dejarse ‘ver’ tanto se quedó demasiados segundos en el mismo embroque y el cornalón toro de Peñajara le reventó el muslo izquierdo. SEVILLA TAURINA seguirá muy de cerca la evolución del sevillano.
Al margen de este grave percance, la tarde tuvo el sabor feliz del reencuentro con el triunfo de Luis Vilches, con una oreja arrancada y ganada a ley al cuarto. Tan arrancada como que tuvo hasta a la banda de música en contra, sin fondo de pasodoble. No era momento de medir con la vara de la forma, sino del fondo: un torero que aún no se había vestido de luces este año y le echan en plena Maestranza -con lo que ya de por sí pesa- un corridón de toros de Peñajara, que parecía que estábamos en Pamplona de como venía por delante. Se entregó y se vació, buscando el triunfo; que no saquen las reglita de la media de una oreja en Sevilla con este sevillano en horas necesitadas quienes no se atreven a usarla con las figuras en plena Feria de Abril con el torito justito de todo… Bocanada de aire para Luis Vilches, que se asegura un puesto justo en la Feria de Abril 2011. Y antes del drama de Mariscal, su hermano Salvador Cortés paladeó una nueva oreja en la Maestranza -y van…-. Otra oreja que le da más crédito a Cortés para las dos justas corridas que deberá firmar para la Feria 2011.
Y había cierta expectación por ver al ‘torero de don Ramón’ -no sé por qué, pero a los empresarios sevillanos siempre se les pone el ‘don’ por delante; don Ramón Valencia, me refiero-. En la rueda de prensa de presentación de esta corrida (hace ya dos meses), ‘don Ramón’ intentaba justificar la presencia de Javier Cortés frente a las ausencias de un puñado de sevillanos que -al menos bajo el criterio de muchos- consideramos que tenían más interés (no diré méritos, que puede que quizás también) que el ‘torero de don Ramón’: Francisco Corpas, Agustín de Espartinas, Pepe Moral, César Girón, Álvaro Ortega, Víctor Puerto,… Dijo ‘don Ramón’ que «Javier Cortés está puesto porque lo he visto este año en San Isidro y me ha gustado. Creo que puede sorprender en la Maestranza». Vamos, que lo había ‘enchufado’ él mismo. Pues sí, el torero ‘enchufado’ de ‘don Ramón’ sorprendió en la Maestranza: sorprendió porque estuvo por debajo del esfuerzo y la decisión de los dos sevillanos del cartel. Y ojo, que todos los respetos para el chico, pero se demuestra una vez más que esta corrida del 15 de agosto debe y tiene que ser para sevillanos. Pero este año tocó ‘tragarse’ al ‘torero de don Ramón’. Que para eso manda.
GALERÍA GRÁFICA |
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Cornada de Luis Mariscal |
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