Valor y verdad en el toreo de Antonio Nazaré

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Valor y verdad en el toreo de Antonio Nazaré

El novillero de Dos Hermanas corta una oreja con fuerza y demuestra una sólida madurez. Es firma candidato a la novillada de los mejores del 7 de octubre. Agustín de Espartinas estrelló sus ganas con el peor lote. José Carlos Venegas, una oreja que supo a poco con los mejores novillos.


Las exquisitas maneras de Nazaré. Sublime verónica
en su quite al tercero.
FOTO: Matito.

Manuel Viera.-

     El toreo de Antonio Nazaré posee la redondez y verdad de lo auténtico, y además lo ha presentado esta tarde en la Maestranza con la suculencia de la que sólo es capaz de hacerlo un torero con paladar exquisito. Con extraordinaria firmeza se ha comportado, Nazaré, durante la lidia de sus dos novillos. Con el mansote primero, rajado en el epílogo de faena, anduvo el sevillano de Dos Hermanas muy templado con la capa para torear después con la diestra con el recorrido bien medido, la despaciosidad de fondo, y una enorme facilidad para ligar los pases hasta proporcionar una faena con destellos de notable calidad. Con un valor desmedido intentó hacer pasar a izquierda la cada vez más torpe y parada embestida del  condeso, hasta tal punto que el serio animal acarició con sus afilados cuernos el 'noble paquete' del torero. Con una impecable estocada firmó una faena premiada con merecida oreja.

     Al cuarto, complicado y con demostrado peligro, lo recibió a portagayola para lucirse después con templados lances genuflexos y media de enorme calidad. No decayó su afán por redondear su tarde, y a pesar de las peligrosas embestidas, Nazaré firmó con valor no exento de


Agustín de Espartinas en uno de sus meritorios
derechazos al complicado segundo.
FOTO: Matito.

calidad un interesante epílogo con un toreo de derecha de trazo largo, de muleta arrastrada y pulso firme. El mal manejo de la espada dejó el premio en una ovación.

     Hubo momentos, durante la faena al segundo, de un buen toreo de derecha a pesar de que al novillero del Aljarafe sevillano no le acompañó la suerte en el sorteo. De descompuestas embestidas y sin humillar fue su primero, y rajado y complicado su segundo. De todas formas, Agustín de Espartinas le echó arrestos a la tarde hincándose de rodillas delante de chiqueros en sus dos novillos, los toreó de capa con extraordinario temple y un gusto exquisito en los remates, y también le echó toneladas de firmeza durante una faena de escasos momentos de brillantez. Los ya escritos bien trazados muletazos diestros destacaron de un trasteo laborioso y muy por encima de las condiciones del utrero. Con la espada rubricó lo hecho y le permitió dar una ovacionada vuelta al ruedo.

     De igual forma actuó con el quinto, del que sólo pudo sacar  algunos pases diestros de lento trazo a las complicadas y bruscas embestidas. Pinchó antes de de dejar media estocada y le aplaudieron con fuerza.


José Carlos Venegas con el mejor de la tarde, el tercero.
FOTO: Matito.

     La faena de José Carlos Venegas al tercero -el mejor utrero de la seria y bien presentada novillada de los Herederos del Conde de la Maza-, tuvo todos los ingredientes necesarios para actuar como detonante de la tarde, pero no estalló. Venegas toreó de capa con no más que buena voluntad y realizó después una faena cuya característica fue la autenticidad de las formas, que penetraron en los tendidos de forma abundante y emocionante, aunque alguna que otra duda, propiciada por  alguna dosis de inseguridad, hizo que el trasteo no alcanzara el cénit. La faena, basada en la derecha, surgió con sencillez y ganas expuestas durante el devenir de un trasteo de pases bien hilados y mejor rematados. Bajó el tono con la izquierda y se diluyó algo más tras el pinchazo precedido de estocada. La oreja del paisanaje se antoja exagerada.

     Es lógico que lo hecho al sexto, buen novillo aunque rajado al final, interesara también a la plaza, sobre todo los bien trazados naturales, muy sentidos y de lento recorrido, aunque después retrasara la muleta con la diestra para conseguir no tan auténticos pases en redondos. Tras la estocada se despidió de sus paisanos paseando el anillo.

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