El ‘no’ de Morante al recuerdo de Paquirri

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«…Para un torero acordarse de los toreros muertos en el ruedo, precisamente antes de torear, debe ser un suplicio. Así que si un hombre que se va a jugar la vida, en el momento más tenso de la tarde, antes de romper el paseíllo, no quiere que se le recuerde que puede acabar como Paquirri en Pozoblanco, hay que respetarlo, y yo, en este caso, me pongo del lado de Morante…»


Paseíllo en la Maestranza el pasado día 26.
FOTO: Matito.

Ignacio Sánchez-Mejías.-

     Hemos leído varios artículos que señalan a Morante de la Puebla como el responsable de que no se guardara un minuto de silencio el pasado día 26 de septiembre en la corrida de la Maestranza, en el 25 aniversario de la muerte de Paquirri, y, en casi todos ellos, se critica abiertamente su postura. Zabala de la Serna, en ABC, dice que adujo cuestiones supersticiosas ('mal bajío'), y si un hombre que se va a jugar la vida pone por delante razones de este tipo hay que respetarlo; así que, modestamente, voy a romper una lanza por el torero.

     No soy sospechoso de ningunear a Paquirri. Tuve la suerte de verlo triunfar muchas tardes, incluso de cortar orejas sin ni siquiera torear de muleta en Sevilla, donde un toro, en un par al quiebro en los medios, se lo pasó de pitón a pitón y se llevó una cornada en cada muslo antes siquiera de caer al suelo. También lo vi tentar y tuve la oportunidad de oírlo después hablar de toros. Que fue una gran figura del toreo sólo lo pueden poner en duda los indocumentados o los malintencionados. Sus detractores, como mucho, sólo podrán decir que su toreo era algo tosco. En Paquirri, que mandó en el toro varios años, destacaban la valentía y la ambición, y le sacaba partido a casi todos los toros, porque se ponía en ese sitio en que los toros se sienten atacados y embisten. En su buena época le hacía "¡je!" a un armario empotrado y era capaz de arrancarse. Mi padre también fue un gran defensor de Paquirri, y todavía hoy, bajo la tapa de cristal de la mesa de su despacho, se guardan recordatorios firmados de apuestas ganadas de cuando este torero estaba empezando.

     Pero otra cosa es el baremo para guardar minutos de silencio en la Maestranza ¿por qué o por quién?, ¿por las figuras del toreo muertas en el ruedo? Entonces, ¿por qué no por Manolete?, y ¿Joselito 'El Gallo', que era de Sevilla o Sánchez Mejías, que también era de Sevilla? ¿Homenajeamos a Montoliú, que murió en esta plaza, o al bueno de Ramón Soto Vargas, que también y además era sevillano? O ¿no cuentan los banderilleros? Y ¿en qué fechas? ¿en cada aniversari,o o a los 25 y a los 50 años? y ¿quién lo propone: la empresa, los toreros, los maestrantes, la autoridad? Demasiadas preguntas para estar en posesión de la razón.

     Para un torero acordarse de los toreros muertos en el ruedo, precisamente antes de torear, debe ser un suplicio. Así que si un hombre que se va a jugar la vida, en el momento más tenso de la tarde, antes de romper el paseíllo, no quiere que se le recuerde que puede acabar como Paquirri en Pozoblanco, hay que respetarlo, y yo, en este caso, me pongo del lado de Morante.

*Ignacio Sánchez-Mejías es economista, auditor de cuentas, socio de SMT Auditores y profesor asociado de la Universidad de Sevilla / Publicado en el blog 'Desde el tendido 2' de ABC-Sevilla.

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