Francisco Mateos.-
En una negociaciación se da por hecho que hace falta precisamente eso: negociar. Según la cuarta acepción admitida por la Real Aacademia de la Lengua, negociar es algo así como "tratar asuntos públicos o privados procurando su mejor logro". Canorea y José Tomás están negociando. Eaa es buena noticia: no han roto el diálogo. Eso sí, cada cual, como buenos negociantes, "está procurando su mejor logro". Lógico. De cajón, vamos.
La cuestión es que en cualquier negociación hay que ceder. Y hay que ceder por las dos partes negociadoras. Eso es algo con lo que las partes deben sentarse en cualquier mesa. En este caso de Sevilla, la empresa Pagés se apresuró a anunciar días previos a Navidad el mano mano -ciertamente espectacular y no menos sorprendente- entre Morante y El Cid con los toros de Victorino Martín. Con ello no estaban anunciando sólo este cartel, sino también el Domingo de Resurrección, ofrecidos también a los dos sevillanos y el compromiso adquirido a final de temporada con Manzanares. Es decir, daba por cerrada la negociación de tan emblemático día a José Tomás (sabía la empresa que con ello le cerraba muchas puertas al 'caro' torero madrileño; las otras se las cerraba la televisión y su contrato privado con la propia empresa Pagés, también).
Lo que no esperaba era la firmeza de Miguel Ángel Perera -triunfador el año pasado en Sevilla y en el resto de la temporada- en su negociación. Tampoco se esperaba Eduardo Canorea que José Tonás 'cediera' tanto. Alguien ha escrito que José Tomás se autoexcluye de Sevilla. Nada más lejos de la realidad. Acertaba José Carlos Arévalo en la interesante opinión publicada el pasado lunes: "vivimos una época de periodistas valientes con los toreros y sumisos ante los empresarios".
Analicemos la situación. José Tomás, como figurón del toreo y por lo conseguido en el año y medio transcurrido desde que reaparición, merece estar el Domingo de Pascua; ¿alguien duda esta máxima? Una vez que la empresa le cierra las puertas de este emblemático día para su regreso a la Maestranza en un día conforme a su categoría, el de Galapagar no cierra la negociación; es decir, CEDE a la primera imposicion de la empresa de Sevilla.
Con un contrato privado entre la empresa sevillana y una plataforma digital de televisión, la empresa de Sevilla vuelve a cortarle el paso a José Tomás, consciente de que no quiere ser televisado o, en caso de dejarse, como el Benítez con su hambre, "en sus derechos de televisión quiere mandar él". Sin embargo, y sin que lo esperara la empresa -creo-, José Tomás vuelve a CEDER ante Canorea y mantiene abiertas las conversaciones para buscar incluso una tercera fecha que no sea ni Domingo de Resurrección ni Feria de Abril, las fechas más lujosas. 'Traga' venir en una fecha de 'puerta de atrás'. De dos imposiciones, José Tomás ha CEDIDO en las dos.
Llega la tercera opción: el domingo 10 de mayo (primer domingo tras la Feria de Abril) o el Corpus. José Tomás está dispuesto y la empresa no puede ahora retirarse; mucho menos cuando va a tener un 'No hay billetes' en un fecha de trámite de un tercio de plaza. Y José Tomás se saca su as de la manga: "Quiero una de Cuvillo". ¿Es esto pedir un imposible? No es para autoexcluirse, sino exigir que también la empresa CEDA en algo. ¿O es que también va a tener que CEDER por tercera vez consecutiva José Tomás? Cuvillo es una ganadería triunfadora, ¿por qué no puede estar en la Maestranza? Además, si la corrida es un desastre, todos saben quien ha exigido el ganado… Pero, ¿y si Cuvillo y José Tomás forman un lío, y así se aseguran la siguiente temporada? Si finalmente cuaja esta tercera y actual propuesta -la pelota está ahora sobre el tejado de la empresa- todos habrán cedido, como es natural en cualquier negociación, y todos habremos ganado. Nadie pierde. Que así sea.
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