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Francisco Mateos.-
La escenificación reciente en fechas prenavideñas -donde se ensalza la amistad y nos abrazamos los unos a los otros a la más mínima de cambio, aunque sólo sea por unos días- de la fumata de la gran pipa de la supuesta paz entre Canorea y Morante ha impactado. Ojalá sea paz -y no una interesada tregua mutua- lo que se puso en escena en la presentación del mano a mano Morante-Cid en el día en el que supuestamente se iba a celebrar los 75 años de la sevillana empresa Pagés. Una efemérides como esta de una empresa sevillana hubiera merecido mucho más boato e impacto social, realizado en la propia capital de Sevilla, en un acto bien organizado y en categoría, con asistencia de toreros, empresarios, ganaderos, periodistas, personajes de la cultura, la sociedad e instituciones sevillanas, representantes de peñas y abonados,… una exposición sobre la vida de la empresa…, un bien montado y emotivo video que nos desempolvara aquel "¡Buenas tardes, joven!" del singular y recordado Diodoro Canorea… Pero doctores tiene la Iglesia.
Sevilla necesita a Morante, y Morante necesita a Sevilla. Esa es una máxima que nadie pone en duda. Por eso chocan los abrazos entre Canorea y Morante cuando hacía media hora se retaban a sablazos. Ya digo que ojalá sea así. Sería lo ideal y lo normal, que las turbulentas aguas entre Canorea y Morante vuelvan a su normal cauce. Están condenados a entenderse.
La paz comenzó a fraguarse con la sustitución de Manzanares en el finalmente aguado y suspendido ciclo de San Miguel, baja que Canorea le ofreció, sorprendente y muy acertadamente, a Morante de la Puebla. Posteriormente, y una vez finalizada la temporada, según fuentes del equipo del propio torero sevillano, Canorea y Morante hablaron y se dejaron querer para un posible apoderamiento. El torero al final dijo 'no' y se ha quedado con Sánchez Benito. Canorea parece haber aceptado de buen grado, esta vez, la decisión del de La Puebla y tendremos al fin Morante varias veces en la Maestranza durante este año, si el tiempo -ni ningún contratiempo- no lo impiden. Excelente noticia.
Que sea una paz definitiva y no una tregua interesada entre un torero que necesita 'reventar' la Maestranza -donde mejor se entiende y saborea su personalísimo toreo- y una empresa que tiene que ganarse la mucha credibilidad perdida la pasada temporada. Aunque fui amablemente invitado por la empresa de Sevilla a asistir al acto de escenificación de esta paz o tregua, así como el mano a mano de los toreros sevillanos con los 'victorinos', al igual que mi compañero Álvaro Acevedo en su genial artículo (ver artículo) no asistí "por las mismas razones obvias", agradeciendo amable y respetuosamente la invitación. Por las mismas razones obvias que, por segundo año consecutivo, a pesar de -espero- ser amablemente invitado, no asistiré a la presentación de los carteles de la Feria de Abril. ¿Para qué?
Miren, en la convocatoria de esa comida campestre (o campera) que sirvió, además de para comer bien (según me cuentan), para presentar únicamente ese mano a mano genial entre Morante y El Cid con los 'victorinos', se anunciaba que la empresa valoraría la temporada 2008… Algún 'osado' compañero preguntó sobre si vendría José Tomás a la Feria de Abril y la respuesta de un contrariado Eduardo Canorea (me cuentan) fue: "Hoy no es el momento de hablar de ello, anque esta empresa intentará contratar a todas las figuras, si se puede"… Lógicamente, tras esta abrupta respuesta no cabía preguntar nada sobre suspensiones, lonas, resultados ganaderos, balance del año,… Por eso, amigo Acevedo, aunque me digas que a pesar de todo hay que estar en esa próxima rueda de prensa de presentación de cartelería de la Feria de Abril, y aunque siempre he sido fijo hasta el año pasado,… ¿para qué ir?
P.D.: Mi insignificante presencia física o no en ambos actos no significa que los lectores de Sevilla Taurina hayan tenido o vayan a tener una amplia y completa información de ambos actos.
*Francisco Mateos es periodista taurino sevillano y director de Sevilla Taurina.
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