Si los utreranos no estuvieran acostumbrados al desparpajo, insolente a veces, de su alcalde sería para pedir clemencia. Francisco Jiménez, en un acto de su partido, demuestra un valor inexplicable al saltar al ruedo y ponerse por montera la mismísima realidad con tal de llevarse al huerto a su gente y hacerles creer lo increíble: su taurinismo. Y para que la confusión sea mayor despista a todos con alardes toreros ante una respetable vaca, cuando el verdadero valor está en concluir las eternas obras de la plaza de su pueblo. Lo demás suena a cachondeo.
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El mejor embajador taurino
Joaquín, respeto y defensa del toreo
El futbolista Joaquín hace gala de la defensa del toreo. No hay un título que haya conquistado con el equipo que sea, que el gaditano no haya sacado un capote para dar unos lances. Cercano a muchos toreros, respeta el toreo y su imagen con un capote sobre el césped lo hace el mejor embajador del toreo.
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