Una oreja por coleta para Morante y Alejandro Talavante

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Una oreja por coleta para Morante y Alejandro Talavante

Écija – Corrida del Día de Andalucía, Miércoles 28 de Febrero de 2007

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de Zalduendo. Nobles aunque flojos. Sobresalió la calidad del sexto, el mejor, y el buen son del primero.

ESPADAS:Morante de la Puebla: estocada trasera (ovación); metisaca y estocada (oreja); y estocada (silencio).
Alejandro Talavante: pinchazo, casi entera trasera y atravesada (ovación); pinchazo y media atravesada (silencio); y estocada atravesada (oreja tras aviso).

CUADRILLAS: Se desmonteró José Chacón tras un buen par al quinto.

INCIDENCIAS: Plaza de toros casi llena. Presidió Juan Murillo (equipo presidencial de la Maestranza). Festividad del Día de Andalucía.

Noblota corrida del hierro de Zalduendo, aunque justa de fuerzas. El mano a mano no terminó de romper. Morante ganó por su toreo auténtico, mientras que el extremeño dejó sombras de dudas sobre un toreo demasiado lineal.


Morante pasea la oreja ganada en el tercero.
FOTO: Matito.

Manuel Viera.-

Morante de la Puebla es torero de cualidades extraordinarias, uno de esos virtuosos en los que la categoría técnica no es incompatible con unas formas sensibles y refinadas. El natural es deslumbrante, trazado con un empaque y una profundidad prodigiosa. De hecho, fue en el natural de Morante donde se centró el interés de la tarde, por la calidad del trazo, el recorrido bien medido, la despaciosidad de fondo y la profundidad de lo auténtico.

Sucedió durante el trasteo al tercero, un toro con características de manso pero que tomaba el engaño por el pitón izquierdo con notable calidad. Fueron muletazos de una limpieza encomiable, ensamblados en armonía sin concesiones, y construyendo con ellos una faena de serena elegancia. Hubo detalles de cartel, un cambio de mano sensacional y trincherillas de ensueño. Toreo de izquierda de frente, y hasta algún que otro muletazo con la diestra con el fascinante aire morantista que parece mágico en no pocas ocasiones, pero que no es más que la prolongación natural del sentimiento profundamente


La quietud hierática de Talavante.
FOTO: Matito.

expresado. Morante finiquitó al toro con metisaca y estocada y le cortó la oreja, la única que paseó el diestro de La Puebla en un mano a mano de escasa nota.

De la corrida de Zalduendo, noble y con la fuerza justa, sobresalió la nobleza del primero y sobre todo la calidad en la embestida del sexto, el mejor de la tarde. Morante, que demuestra ganas e ilusión en estos inicios de temporada, toreó a su primero, de escasa fuerza, en una faena medida, de buenos detalles, pero de poca transmisión. Una estocada trasera precedió a la ovación recibida desde el tercio. Al quinto, de embestidas broncas y poco claras, se entregó en los lances a la verónica, para después intentar faena sin demasiada convicción.

Lo de Talavante me preocupa. Se afana por dominar las circunstancias de su toreo, que no son otras que un valor encomiable y una quietud apabullante. Pero su toreo no emociona. Traza pases y pases sin que lo que sucede abajo llegue arriba. La sombra tomasista ni


El diestro sevillano, gustándose en los doblones.
FOTO: Matito.

siquiera atisbó en cada una de sus faenas. Aquel emocionaba; éste, ahora, no. Ni siquiera con el mejor toro de la tarde, el sexto, al que le cortó la oreja tras un toreo lineal, a media altura, lento y templado, sin demasiado ajuste, y a veces ligado. No le bastó su decisión, su despaciosidad en el toreo de capa, su decisión con la muleta. A este Talavante del 2007 le falta algo. No llega. ¿Qué es?

Al segundo, de escasa calidad, principió faena con sus característicos estatuarios. Siguió con algún que otro natural muy quieto y de buen trazo. Bernardinas no muy claras, para terminar de forma defectuosa con la espada. Se pasó la misma cinta en la lidia del cuarto, un toro de escasa fuerza aunque con buen son por la derecha. Talavante volvió a quedarse quieto para trazar muletazos a derecha y a izquierda, largos, algunos ligados, a media altura, pero todo tan mecánico que la emoción tampoco llegó.

Ya digo, un mano a mano sin traca final.

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