El torero sevillano, retirado de los ruedos desde hace un año, glosó la influencia de La Algaba y su singular Feria de novilladas de promoción en el lanzamiento de nuevos toreros. Él mismo lo vivió, ya que fue en esta plaza en la comenzó a despuntar como novillero cuando comenzaba sus primeros pasos taurinos.
Redacción.- El matador de toros Eduardo Dávila Miura ha pronunciado el IV Pregón Taurino de la Feria de La Algaba, en un acto que se celebró en la plaza de toros de esta localidad con asistencia de más de 500 personas. Dávila Miura fue continuamente ovacionado a lo largo de un pregón cargado de recuerdos, datos y emociones. Su discurso comenzó elogiando el papel taurino de La Algaba, un pueblo que "debe seguir siendo fiel a su filosofía de apoyar a los más jóvenes del toreo", según sus propias palabras. En este sentido, el torero se refirió a las casi tres décadas que se llevan celebrando novilladas de promoción en esta localidad gracias al apoyo constante del Ayuntamiento. El torero, que se encuentra retirado desde el final de la pasada temporada, recordó sus comienzos en esta plaza, donde por primera vez se sintió profesional. "Fue en el patio de caballos de esta plaza donde empecé a coincidir con chavales hambrientos de gloria que me decían con su mirada 'voy a acabar contigo', miradas que desde entonces me acompañaron durante toda mi carrera como torero". También tuvo un recuerdo cariñoso para los que pasaron por La Algaba y no llegaron a ser torero. "Quiero acordarme de todos, pero sobre todo de los que no tuvieron la suerte de Cepeda, El Cid y Dávila Miura y tuvieron que abandonar y tomar otro camino en la vida, pero que os aseguro que quedaron marcados para siempre por nuestra Fiesta, de forma que serán médicos, albañiles y abogados, pero siempre tendrán el sello de torero". Avanzado su discurso, el pregonero hizo un repaso de la historia taurina de La Algaba a través de sus toreros. Se detuvo en El Algabeño, a quien definió como "el torero más importante que ha tenido La Algaba", para a continuación contar un vínculo personal con este diestro. "Lo que es la vida, pasados unos años de mi paseíllo en La Algaba, el de la confirmación en Madrid lo hago liado en un precioso capote de paseo salmón y oro que perteneció a José García Rodríguez 'El Algabeño' por la amistad que mi madre tiene con su nieta, Matilde García de Carranza". Dávila lanzó un mensaje de ánimo a los aficionados algabeños. "En el toreo todo esfuerzo tiene recompensa. La mejor recompensa que puede tener La Algaba es que cualquier chaval que ahora corre delante de las vacas, empezando a jugar al toro, o en la barriga de una mujer algabeña se convierta en figura del toreo". Este deseo le provocó una reflexión. "Siento envidia sana por los toreros porque, siendo nacido en la capital, admiré el calor que un pueblo da a sus hijos. Soñemos que una tarde en el Paseo de Colón se alineen una tarde de toros varios autobuses y que en la parte trasera una pancarta rece 'La Algaba con su torero'". El pregón concluyó con un nuevo elogio para la labor taurina de la localidad y sus dirigentes. "Enhorabuena por luchar por nuestra Fiesta y más en este momento en el que para un político es mucho más fácil quedarse tapado en un burladero. Tú, en cambio, querido José Luis, igual que José María Torres, te has hecho presente en el ruedo y te has salido a las rayas de picar echando la pata adelante". El pregón contó con la presentación del periodista José Enrique Moreno, que definió a Dávila Miura como "un torero sincero y generoso dentro y fuera de la plaza, que ha ido con su verdad por delante en los diez años que duró su carrera como matador de toros". El acto estuvo presidido por el alcalde de La Algaba, José Luis Vega, acompañado por el concejal de fiestas, Juan Francisco Calderón, y el delegado de Asuntos Taurinos, Pedro Escudero. También asistió el autor del cartel, el artista sevillano Pedro Escacena. NOTICIA RELACIONADA:
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