El Juli inicia la temporada a lo grande indultando un toro de Juan Pedro Domecq
Morón – Corrida del VI Aniversario de la plaza, Domingo 25 de Febrero de 2007
El diestro madrileño cortó cuatro orejas y un rabo en una actuación extraordinaria. Brillantísimo festejo, en el que también salieron a hombros Morante y Talavante, cos dos orejas cada uno.
Manuel Viera. No son pocos los talentos que esta temporada tienen ilusionadas a la gente. El Juli es uno de ellos, y esta tarde ha demostrado que cuenta con las herramientas necesarias para hacer mucho ruido y meterle gas al motor de la Fiesta. A enorme distancia de otras tardes, El Juli, apostó hoy por un firme toreo, lento y profundo, magistralmente trazado, enlazado y con secuencias de lo mejor de una tauromaquia con estilo propio. El recorrido bien medido, la despaciosidad de fondo y la facilidad para embeber la noble embestida del juanpedro proporcionaron un excelente natural largo y hondo que, hilvanado uno tras otro y perfectamente rematado con notables pases de pecho, adquirió el calificativo de auténtica faena. El Juli no se cansaba de torear al noble y repetidor quinto, ora con la derecha, ora con la izquierda. Sensacionales los redondos y exquisitos los remates genuflexos. El presidente que saca el pañuelo para el toque del aviso que no se da, y de inmediato el pañuelo naranja del indulto. “Odioso”, marcado con el número 168 ha de ir ya camino de Lo Álvaro dispuesto a padrear. ¿Justo el indulto? Pues mire usted, sí. Fue un bravo animal que aunque poco visto en el caballo fue a más durante la lidia en una pelea incansable. Otra cosa es el juego general de la corrida de Juan Pedro, chica, muy chica, noble, muy noble, y floja como ella sola. La salida a hombros de toreros y ganaderos entiéndase como un regalo de esa buena gente de Morón que casi llenó el cómodo coso. Antes, con el segundo, Julián López 'El Juli', había demostrado una enorme claridad de ideas. La impecable lentitud del trazo con la diestra, la intensidad de las tandas y sobre todo la profundidad y la ligazón de su toreo, son para situar a El Juli en la presente temporada en lo más alto del Olimpo taurino. En el toreo de Morante sólo hubo pequeños retazos de su peculiar arte, que luego son manipulados al extremo por muchos de los que lo ven. Toreo soñado más que real por mucho que el ambiente demuestre lo contrario. La magia de este torero llega a la gente con sólo imaginarla. Si a ella se le suma la predisposición de sus muchos seguidores, divertirse y emocionarse con Morante resulta casi una obligación. No obstante, el diestro de La Puebla se sintió y se entregó en unos derechazos de auténtico lujo con el noble, flojo y protestado cuarto. Tanto llegó lo poco visto que hasta Manolo Orta le cantó desde el tendido. Y es que Morante es mucho Morante. Hoy Talavante no fue Talavante. Pases y pases en anodinos trasteos sin transmisión ni encanto. Acortó distancias, se cruzó al pitón derecho con pasmosa tranquilidad, pero no emocionó. Demasiados muletazos cortos y a media altura con el tercero, e igual aunque más entregado en el trasteo al sexto. Mal con la espada en su primero, la atravesó entera después con el sexto.
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