El teniente de hermano mayor de la Real Maestranza, el recién reelegido Alfonso Guajardo-Fajardo, habla ya de forma abierta de una obra trascendental para la plaza de Sevilla: ahondar el ruedo, que quedaría reducido, para ganar nuevas filas de barrera, «las localidades más reclamadas por el público», en opinión del teniente hermano mayor. Asegura que existe consenso entre los maestrantes para ejecutar esta trascendente obra en tres o cuatro temporadas.
Redacción.- La Real Maestranza de Sevilla ha reabierto el debate sobre la reducción del ruedo de la plaza sevillana para ganar locidades de barrera. Así lo ha confirmado el propio recién reelegido teniente de hermano mayor de la Real Corporación, Alfonso Guajardo-Fajardo, en unas declaraciones a El Correo de Andalucía. Guajardo-Fajardo dice que existe consenso entre los maestrantes para que la trascendente obra se llegue a ejecutar en dos o tres temporadas, pero que quiere abrir el debate a la sociedad sevillana para que exista un consenso social sobre una reforma de tanta importancia. Guajardo-Fajardo insiste en la idea de "airear el debate de la ampliación de la plaza de toros, con uno de los ruedos más grandes de España y muy pocas localidades. Las reformas que se hagan tienen que contar con el consenso de todos los sevillanos, puesto que la plaza de toros es un patrimonio de toda la ciudad. Así debe ser: debe tener la aprobación social y la unanimidad de la corporación. En esta casa tenemos que hacer las cosas muy bien. El debate existe en la ciudad, y es una creeencia equivocada pensar que la plaza es intocable. La plaza se puede tocar siempre y cuando se mantenga su armonía", reflexiona. El máximo representante de la Junta de Gobierno de la Maestranza apuesta por revisar y analizar de nuevo el último proyecto frustrado que pudo poner fin a la altísima limitación de entradas en la plaza sevillana. Se trata de una idea lanzada en 1992 y que, sin que el proyecto arquitectónico y urbanístico llegara a materializarse, contempla la ampliación del edificio "de la única forma posible para no alterar la armonía de la plaza, si analizamos bien la configuración de la misma: rebajando el ruedo, hasta reducirlo de tamaño, y ampliando el número de las filas de barrera", que son las que, a juicio de Guajardo-Fajardo, "el público más reclama". Guajardo-Fajardo aclara que "el ruedo seguiría siendo ovoidal; se reduciría de la misma forma en un lado como en el otro para mantener la fisonomía actual. La mejor obra que se puede hacer en la plaza es la que no se note. Otra cosa sería poner asientos de plástico o butaquitas, eso no sería posible; pero si las cosas se hacen como hemos estado haciendo hasta ahora, el debate sobre la ampliación de la plaza se convierte en necesario y tenemos que airearlo por una simple razón: la plaza de toros no puede quedarse en 10.500 localidades". Se refiere Alfonso Guajardo a la reducción de aforo provocado necesariamente por las obras de rehabilitación de las gradas que se iniciaron el año pasado y que "de las 12.500 localidades que existen ahora mismo, se disminuirá cuando termine la reforma a unas 10.500, y eso provocará, obligatoriamente, el encarecimiento de las entradas”, algo que puede arreglar la ampliación de la plaza. Aún así, Alfonso Guajardo-Fajardo es consciente de que será un proceso largo. "Durante mi tenencia, prevista para los dos próximos años, no voy a tener tiempo para abordar este asunto; me va a bastar la rehabilitación de las gradas. Pero me gustaría mucho que se sentaran las bases de una futura ampliación bajo mi mandato, con la unanimidad de los maestrantes".
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