El torero de La Puebla se ha vaciado en una faena al tercer toro de Juan Pedro Domecq en la que ha realizado todo un compendio del arte del toreo del último siglo. Morante analiza una faena que quedará grabada en la historia de esta Feria de Abril como la ‘Mejor faena’ sin duda del ciclo abrileño. Enrique Ponce cierra una discreta participación en Sevilla con un lote nefasto, mientras que el sevillano Antonio Nazaré toma sin brillo pero muy dignamente su alternativa.
Rdacción.- Morante de la Puebla ha puesto punto y final a una más que notable Feria de Abril de Sevilla, rozando un triunfo sonoro tras una faena muy importante a un complicado toro de Juan Pedro Domecq. Antes de abandonar la plaza hablaba con burladero.com y reconocía que "le he puesto mucha pasión porque estoy en 'La Meca del Toreo', en la Maestranza de Sevilla". Sobre esa faena, que ha puesto en pie al público, el sevillano explicaba que "ha sido importante. El toro embistió bien con el capote, con temple, aunque luego hubo un momento que perdí un poco la fe, pero luego la recuperé. El toro ha sacado un fondoncito bueno, pero no estaba definido, así que poco a poco le he ido poniendo entrega y el toro ha ido un poquito a más. He expuesto y al final ha respondido". Más parco en palabras y contrariado por el nulo juego de Juan Pedro Domecq se encontraba Enrique Ponce, que no se esperaba este resultado. "En Valencia rompieron dos o tres toros de Juan Pedro y salí a hombros; esto no era lo esperando. Mi lote ha sido nefasto e imposible; hay poco más que decir. No he tenido opción", se lamentaba. Por su parte, Antonio Nazaré ha visto cómo la tarde de su alternativa se diluía por el juego de los toros de Domecq. Una tarde que esperaba como 'agua de mayo' y que ha sido "todo lo contrario a lo que deseaba, no era el sueño que tenía torear toros así. Ha sido imposible, lo ha visto todo el mundo pero no llevaban nada dentro. Al primero lo pude torear a gusto con el capote porque tenía muy buena condición, pero es una pena que se lastimara". Más complicado fue el sexto, que incluso estuvo a punto de prenderle. Todo quedó en un susto porque "lo que me duele es no haberle pegado veinte pases a un toro, que era lo que quería. Seguro que habrá más tardes".
|
|