Son tauromaquias desesperantes en la inacabable templanza de un muletazo que aflora con todo el aroma de la naturalidad. Tres toreros de valor consciente que violan la norma para poner tintes de esencias a la lidia. De hecho, son modelos de verdad en el ruedo. Referentes de la torería. La ilusión de Sevilla en un ramillete de tres.
Manuel Viera.-
Sevilla es especialmente proclive a la militancia artística afiliada a una estética, a una forma de torear autoafirmada a determinados conceptos, sin negarse -es obvio- a otras muy variadas maneras de concebir el toreo. Pero el arte radical de tres sevillanos es otra cosa. Sevilla es toda expectación desmesurada desde que lo tres fueron anunciados en un mismo cartel.
Son tauromaquias desesperantes en la inacabable templanza de un muletazo que aflora con todo el aroma de la naturalidad. Tres toreros de valor consciente que violan la norma para poner tintes de esencias a la lidia. De hecho, son modelos de verdad en el ruedo. Referentes de la torería. La ilusión de Sevilla en un ramillete de tres. La realidad de quienes han desusado cualquier atisbo banal para convertir en reveladoras variantes tauromaquias tan emotivas como desacostumbradas.
José Antonio Morante actúa como tal. No inventa, sino que imagina, e infiere a partir de las evidencias de las que dispone. Su toreo está en la cumbre de la tauromaquia actual. Y sigue buscando nuevos horizontes, con gestos y gestas, embarcándose, con su más pura ortodoxia, en la lidia de diferentes encastes.
Juan Ortega sigue manifestando la diferencia de un toreo que es, sin duda, expresión clara y rotunda. Una mezcla de capacidad, talento y naturalidad. Una realidad y un futuro. Alguien cuya tremenda calidad y perfección artística supera de forma desconcertante la monotonía acostumbrada en muchas tardes de toros. Un soñador del toreo.
Y en Pablo Aguado el toreo aflora con todo el aroma de lo natural. Un torero muy de cintura, de valor consciente que viola la norma para poner tintes de esencias a la lidia. Un concepto que irradia verdad y belleza en un hacer y decir colmado de sensibilidad, empaque y torería.
Los tres se las apañarán el próximo día 24 de septiembre en la Maestranza para encontrar recursos con los que mostrar sus deliciosas fantasías. Bellas muestras de ese toreo diferencial trufado de sevillanismo con el que embaucarán a su gente. Y Sevilla se entregará.