Juanito, novillero portugués pero taurinamente hecho en Badajoz, ha dado una vuelta al ruedo en la novillada que ha abierto el Ciclo de San Miguel. El sevillano Ángel Jiménez ha dejado muestras de su buen toreo tras la lidia de descastados y flojos utreros de Alejandro Talavante. Francisco de Manuel fue silenciado en su lote.
SEVILLA / Novillada
NOVILLOS: Se han lidiado novillos de la ganadería de Alejandro Talavante, de desigual presentación y hechuras, nobles, descastados y flojos.
NOVILLEROS: -Ángel Jiménez (de blanco y oro), silencio y saludos.
–Juan Silva ‘Juanito’ (de celeste y oro), silencio y silencio.
–Francisco de Manuel (de verde manzana y oro), silencio y silencio.
INCIDENCIAS: Media plaza
Manuel Viera.-
De nuevo ofreció los argumentos necesarios para la credibilidad de su toreo. En época en las que todos se parecen y pocos se diferencian hubo en la tarde de novilleros triunfadores quien atisbó el toreo, mostrándolo, incluso, con los ingredientes necesarios para el triunfo. Pese a la mala, por descastada y sosa, novillada de Talavante. Así que lo poco hecho por Ángel Jiménez fue como una brisa de aire fresco capaz de airear unos tendidos aletargados y aburridos.
Porque el sevillano le hizo al soso y rajado jabonero primero un toreo de mano diestra profundo, templado, ligado y rematado con enormes pases de pecho. Le duró muy poco la noble embestida al bonito utrero. Tan poco que en los primeros intentos al natural se fue a las tablas. Después, ya no le pasó. Acometidas a la defensiva que hicieron complicada la lidia. La espada, desprendida, hizo su efecto.
El noble cuarto, ayuno de fuerzas, también se le paró. Ángel, adelantó la muleta, bajó la mano, arrastró la tela y alargó la acometida hasta lograr definir su forma de torear. Perfección en el trazo a derecha, ligazón, remate y buen gusto. Una manera de evocar un toreo ausente en muchas tardes de toros. El resultado final fue desigual. Tal vez con reflejos de la ansiedad que le genera la necesidad del triunfo. No fue faena desbordante, consecuencia, quizá, de la falta de casta de un novillo parado. Un pase de pecho al hombro contrario queda guardado en el recuerdo. De un pinchazo hondo lo finiquitó. Y bien que le ovacionaron lo hecho.
La falta de casta de los novillos de Alejandro Talavante marcó la tarde. La suerte de varas fue un absurdo simulacro. Y pese a no picarse se desfondaron a mitad de la lidia. Juanito aprovechó las primeras acometidas del segundo para gustarse y gustar a la verónica. También mostró su buen concepto en el prólogo de faena. Bajó la mano y templó la embestida. Poco más. La falta de emoción presidió una lidia demasiado mecánica y con excesivos pases sin argumento. A toro parado no faltó el arrimón. Un espadazo bastó.
Igual característica tuvo la faena al también noble y desfondado quinto. Las ganas de triunfo las mostró postrándose de rodillas delante de la puerta de chiqueros. Algo excepcional que lo han convertido en habitual y, claro, pasan los tendidos de tal alarde de valor. De todas formas, el noble animal acudió con buen son a la muleta del diestro de Monforte, que lo supo fijar en los medios aprovechando la calidad de las primeras embestidas. Hilvanó el natural. Templó con la derecha y culminó con toreros detalles por bajo. No hubo más. Después, la cantidad superó a la calidad en un final de faena, con novillo parado, sin pizca de emotividad. Tumbó de certero espadazo y no titubeó en dar una despaciosa vuelta al ruedo.
Francisco de Manuel poco pudo demostrar con el flojo tercero, al que ni siquiera se le introdujo la puya. La faena fue todo un querer sin emoción. Lento fue el trazo del natural entre embestidas a la defensiva, y muy vertical su concepto con el que poco pudo mostrar. Un pinchazo precedió a la estocada final.
El sexto también dejó ver su mansedumbre y falta de fuerzas. Y además no humilló. El madrileño lo intentó de nuevo con predominio del temple. Algún que otro natural a destacar y nada más. Hundió el acero para acabar.
AL NATURAL
Villarejo entre los taurinos
Francisco Mateos.-
Si un tipo tan opaco y oscuro como el tal comisario de Policía José Villarejo es capaz de hacer medio siete a la Monarquía y un siete al tambaleante Gobierno, usando las grabaciones de sus comilonas y ratos de desmadre, ¿imaginan lo que podría formar en el toreo el tal Villarejo? Lo de ‘maricón’ en boca de una ministra calificando a otro compañero ministro sería ‘pecata minuta’ de lo que dirían unos empresarios o apoderados en dichas comidas con el tal Villarejo de otros empresarios, toreros o demás taurinos. ¡Menuda son esas sobremesas de taurinos del moderno uso! ¿Se imaginan que saltaran a la luz ahora los encontronazos históricos de los empresarios de Pagés con Morante? ¿O las conversaciones en Barcelona el único medio intento de contratar a José Tomás? Menos mal que no hay un ‘Villarejo’ taurino…
Podría estar el Villarejo en las conversaciones que mantendrán este próximo invierno el entorno del sevillano Ángel Jiménez, en las varias veces que va a frecuentar las oficinas de la calle Adriano en busca de una alternativa para la próxima temporada. A sus 26 años y siete años ya desde que debutara con picadores, Ángel Jiménez necesita ese escenario que pueda servirle como trampolín. Encajonado un año más en las novilladas haría mucho más complejo su futuro taurino. Quizás por esa acuciante necesidad hubo momentos de buen toreo pero mezclado también en algún momento con cierta precipitación por esa necesidad de aprovecha cuanto antes los pocos resortes que le ofrecían sus novillos.
LA VOZ DEL ABONADO
Panorama desolador
Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-
Un crítico taurino, al muy sevillano modo de cómo se ‘agrada’ por estos lares, escribe en el panfleto que reparte la empresa Pagés un artículo titulado «El panorama es desolador», y no le falta razón, pero sí le falta decir que la empresa a la que defiende se ha cargado las novilladas que antaño se lidiaban fuera del abono. También le falta decir otras muchas cosas y que, mire usted, son las principales causas de que el panorama de las novilladas con picadores es ciertamente preocupante.
Calla que el espectáculo aburre, ejemplo y ya son muchos el de esta tarde en la Maestranza. Novillos de Talavante muy mal presentados, casi todos abecerrados, escasos de pitones, faltos de fuerza y ayunos de casta. Calla que un presidente nefasto colocado al muy modo administrativo taurino sevillano consiente en lidiar estos animalejos abecerrados. Calla que estos tres novilleros ‘triunfadores’ de la temporada han pasado con más pena que gloria por las escasas plazas donde fueron acartelados. Calla que estos mimbres son la causa principal de la ruina y el futuro de la Fiesta; pero claro decir estas cosas puede suponer a cualquier ‘agradaor’ al uso ir al total ostracismo y no levantar cabeza.
Destacar algo de la novillada, poco. El primer puyazo al primer novillo ejecutado por Chicharito. El primer puyazo al segundo novillo ejecutado por Gabriel Capea. La formas de Francisco de Manuel. Virtud: nunca le puntean los engaños. Templa muy bien, pero tiene el defecto de cargar poco las suertes. La reunión con el novillo debe ser más ajustada. Los pares de banderillas de Miguel Martín y Fernando Sánchez.
El resto del festejo fue un bostezo en medio del bochorno otoñal sevillano. Con estos mimbres el panorama no es que sea desolador, es que se encuentra en fase terminal.
GALERÍA GRÁFICA (Pagés)