"El Calita", temple y talento
El novillero mexicano de la Escuela de Sevilla impone su toreo ágil y artístico en el festejo de finalistas. También corta oreja el murciano Raúl Sáez. El valenciano Sarrión, que fue el único que logró un trofeo en las novilladas previas, de vacío. Buen juego de los erales de Juan Pedro Domecq, aunque mal presentados.
Manuel Viera.- Todo un descubrimiento en estos festejos de escaso nivel y carente de grandes sorpresas. Ernesto Javier "Calita" ha dado esta noche en la Maestranza toda su dimensión de buen torero con momentos inspirados y llenos de calidad. Tiene aún los tropiezos de la bisoñez, pero sus formas estuvieron a la altura que el oficio requiere. Calita ha sido la única esperanza que ha dado este finalizado ciclo de novilladas de promoción. Quizás otros atisbaron prometedor futuro, pero estos no estaban en la final. En efecto, pocos de los actuantes han demostrado más fuerza, más temple, mayor capacidad de seducción que este mexicano de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla. Las maneras de Calita están íntimamente ligadas a un toreo clásico con ramalazos de un arte muy singular. La faena del mexicano al tercer eral de la noche no pudo ser mejor: toda una demostración de toreo sin fisuras, magníficamente templado, con perfectos y técnicos toques para llevar muy despacio e hilvanada la noble embestida del 'juampedro'. Y es que Calita consiguió adaptar magníficamente el temple de su muleta a la encastada embestida del eral. El toreo al natural, muy profundo y de muleta arrastra, fue impecablemente rematado con soberbios pases de pecho. Los muletazos diestros, enganchados por delante y de mano baja, fue toda una demostración de unas formas muy auténticas y sentidas. Este mexicano de la Escuela sevillana parece tener talento suficiente como para conseguir llegar lejos. Si certifica lo hecho con la espada, claro. Mató mal y perdió las orejas. No obstante, el tiempo dirá. Calita toreó a la verónica con soltura al sexto, y tras un buen inicio de faena se empleó a fondo con un temple de privilegio, pero no cogió la altura deseada el trasteo a pesar de contar con momentos de interesante toreo. Sobre todo con la diestra. Parado el novillo y sin humillar en las telas, el mexicano optó por los detalles, que junto a una estocada algo desprendida le dio opción a pasear una oreja. Raúl Sáez se topó con un bravo y encastado eral en primer lugar. El joven murciano puso toda su sabiduría a prueba para atemperar la encastada embestida, y entre altibajos en su clásico toreo logró con la diestra los mejores muletazos. Le faltó fijeza al novillo y le sobró vibración al torero. Algunos adornos, entre algún que otro revolcón, gustaron. La estocada, aunque caída, le sirvió para conseguir una oreja sin demasiada petición. El cuarto también fue bravo, y Sáez lo toreó a medias. Con gusto con la capa, y sin continuidad después con la muleta. A su toreo despacio y de buen trazo le faltó romper. Algo bueno en sus formas parece tener el joven de Murcia, pero no las dejó ver en la noche maestrante. Mató mal y fue ovacionado. El único que cortó un apéndice durante el ciclo, Manuel Sarrión, pasó por la final de puntillas. Con la suerte dándole la espalda el valenciano tuvo que pechar con el peor lote. Con el manso segundo, y a pesar del esfuerzo y las ganas, no le robó ni un sólo pase, y para colmo mató mal. Con el quinto, flojo y de sosa embestida, no logró agradar con sus formas atrayentes y la calidad de su toreo. Dio muchos pases y muy pocos buenos. Se eternizó con el descabello y todo quedó en el silencio respetuoso. Tras el festejo fue designado triunfador del ciclo Ernesto Javier "Calita", que recibirá el vestido de luces de la Maestranza; en segundo lugar, Raúl Sáez, que gana el capote de paseo; y tercero, Manuel Sarrión, que se queda con el capote de brega.
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