GALLEANDO

El toreo es otra cosa

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Manuel Díaz 'El Cordobés'

«…quedó demostrado que es posible crear ambiente de euforia rigurosa del mejor nivel sin conceptos creativos y artísticos. Pero, ¿es esta la Fiesta que necesitamos? Esquivaré la respuesta. El toreo es otra cosa. Algo así como pureza o naturalidad, arte sin más. Otros conceptos, otra verdad. Otro toreo…»

Manuel Viera.-

     Es posible, y era deseable, que la gente esperase algo más que el simple encuentro entre dos: un encuentro entre tres. Y sucedió que no. Que lo que determinaba el clima apropiado para la histórica tarde no se cumplió. La no presencia del V Califa ‘Cordobés’, en la abarrotada plaza de toros ‘Manuel Morilla’ de Morón de la Frontera, debilitó el optimismo de un público que llenó los tendidos una hora antes del comienzo de la fiesta.

     Porque el espectáculo, pese a la contrariedad, fue una fiesta de diversión y divertimento para una gente apoyada en el entretenimiento de la ignorancia. Sólo un atisbo de verdad: la lidia a caballo protagonizada por Diego Ventura. Así que lo aplaudieron todo. Actuaciones contrarias al toreo que se cuestiona y se critica. También quedó demostrado que es posible crear ambiente de euforia rigurosa del mejor nivel sin conceptos creativos y artísticos, aunque quede plenamente justificada la profesionalidad de quienes la evidenciaron en el ruedo.

     Sin duda, Manuel Díaz todo lo hizo con acusada personalidad. Con sus singulares maneras y brutal sapiencia para comunicar arriba lo hecho abajo. Se mostró divertido para divertir a su gente. Disfrutó para hacer disfrutar. Fue verdadero en sus peculiares formas exponiéndolas con total convencimiento. A nadie engañó. Y no escatimó esfuerzos para expresar lo que el público le pidió. Ahondando aún más: Manuel, es un prodigioso comunicador, delicioso y preciso, que rompe con los patrones tradicionales del toreo y sabe encontrar lo maravilloso de lo vulgar y lo artificial. Julio Benítez también quiso estar a la altura. E incluso exhibió pulcritud en algunos de los trazos. Se esforzó para convencer. Enorme empeño que ocultó el empequeñecimiento de su valor.

     La tarde, a la que le faltó el deseado encuentro emocional del padre con los hijos, quedó plasmada en una foto de abrazos tomada en el único momento emotivo protagonizado por los dos hermanos, que se limitaron al brindis de Julio a Manuel en el último toro.

     Pero, ¿es esta la Fiesta que necesitamos? Esquivaré la respuesta. El toreo es otra cosa. Algo así como pureza o naturalidad, arte sin más. Otros conceptos, otra verdad. Otro toreo. El que siento, me emociona y me llega al corazón.


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*Manuel Viera es redactor y responsable de las crónicas de Sevilla Taurina. (manuelviera.com)

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