BALANCE de la jornada

El Cid, indulto en Santander

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Salida a hombros de El Cid, hoy sábado en Santander. (FOTO: Arjona)
Salida a hombros de El Cid, hoy sábado en Santander. (FOTO: Arjona)

El diestro sevillano Manuel Jesús ‘El Cid’ ha indultado un toro de la ganadería de Adolfo Martín en la última corrida de la Feria de Santander. En Azpeitia, con corrida lluviosa, oreja para Luque y vuelta al ruedo para Borja Jiménez. Buenos momentos de Aguado y Cadaval en la novillada de El Puerto.

Redacción.-

     El balance de los toreros sevillanos que han hecho el paseíllo hoy, sábado 30 de julio, ha sido el siguiente:

CORRIDAS DE TOROS

  • Azpeitia (Guipúzcoa): Se han lidiado toros de la ganadería de Ana Romero, manejables. Juan Bautista, silencio tras aviso y ovación tras dos avisos. Daniel Luque, oreja y ovación. Borja Jiménez, ovación y vuelta tras aviso. Dos tercios de plaza. Lluvia durante la corrida.

  • Santander: Se han lidiado toros de la ganadería de Adolfo Martín, El primero, ‘Madroñito’, con 511 kg, cárdeno, ha sido indultado. Manuel Jesús ‘El Cid’, indulto y ovación. Miguel Ángel Perera, ovación y ovación. Alejandro Talavante, ovación y silencio. Tres cuartos de plaza.

NOVILLADAS

  • El Puerto de Santa María (Cádiz): Se han lidiado novillos de Peñajara, muy desiguales de presentación y hechuras, aunque de interesante juego. Mejores tercero y quinto. Daniel Crespo, saludos tras aviso y oreja tras aviso. Pablo Aguado, saludos y vuelta al ruedo tras aviso. Alfonso Cadaval, saludos tras aviso y silencio tras aviso. Se guardó un minuto de silencio en memoria del rejoneador y ganadero Fermín Bohórquez, recientemente fallecido. Un cuarto de plaza.

     En crónica de nuestro compañero Manuel Viera sobre las actuaciones de los dos novilleros sevillanos actuantes en este festejo hoy sábado en El Puerto, «a juzgar por lo hecho, se puede decir que fue lo mejor de la tarde. Porque el sevillano Pablo Aguado es torero de notable gusto y valor encomiable que une a un concepto clásico muy ajustado, muy templado, carente de violencia, sin extravagancias y todo hecho con extrema cadencia. Toreo sin prisas, muy reposado al quinto, el mejor utrero de la desigual aunque interesante novillada de Peñajara, haciendo realidad lo que se le suponía por lo visto en anteriores ocasiones. Aguado quiso y pudo desde el saludo a portagayola. Trazó limpio el lance y toreó después despacio a la verónica. De hinojos prologó una faena en la que mostró su habilidad para ligar muletazos diestros entre el valor y el clasicismo galante. Pero fue, sin duda, el natural, por la belleza del pase, la calidad del trazo y la capacidad para emocionar lo que hizo de la lidia lo mejor para degustar. Una lástima que se pasara de metraje, y que el epílogo se viera manchado por algunos e innecesarios trazos zurdos enganchados. Una lástima que tan buen novillo fuese arrastrado con las orejas intactas por culpa de una mala espada. No fue lo mismo la lidia al segundo, un utrero a la defensiva por su falta de casta, con el que poco pudo hacer. Algún que otro detalle de buen gusto con ambas manos pero sin hilvanar una faena que resultó muy desigual. Acabó de estocada y fue ovacionado.

     Con la versión del natural logró Alfonso Cadaval situar su toreo a gran altura. El sevillano le puso temple, ritmo y cadencia a un trazo con el que testificó la capacidad emotiva de la faena al tercero, un noble novillo, chico y de escasa fuerza, pero con muy buena calidad en la embestida. Lo dijo y lo hizo para poder comprobar la evolución de un concepto que gusta y empieza a convencer. También el toreo diestro resultó largo y bien rematado. Molinetes y pases por bajo y un detalle, feo, el de tirar los trastos en el desplante, que debe de evitar. La espada le privó de cualquier posibilidad de triunfo. Poco o nada se le vio con el descastado y deslucido sexto. Intentos que resultaron vanos en un trasteo muy punteado y sin acople. Mató mal y le silenciaron lo hecho».

 

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