Sólo el novillero sevillano afincado en Zafra Antonio Medina cortó una oreja. El Jareño y el camero Fernando del Rocío fueron silenciados tras lidiar una complicada y difícil novillada de la ganadería de Aguadulce. Menos de media plaza en el primer festejo de las novilladas nocturnas de promoción.
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Manuel Viera.-
Decir que estas noches de julio en la Maestranza son las más ilusionantes para los que tienen el privilegio de vestir el traje de luces y pisar su albero resulta no por obvio menos necesario. El deseo de estos principiantes no tiene límites, aunque después, tras lo hecho delante del eral, sufran el altibajo propio del soñado triunfo venido a menos.
Tímidos y optimistas iniciaron el paseíllo El Jareño, Fernando del Rocío y Antonio Medina en una noche en la que no se colmaron las expectativas del lleno, quizá por ese partido en juego en la que dos clásicos del fútbol europeo, Alemania y Francia, que buscaban una plaza para la gran final. De todas formas, siempre hay gente al acecho con ganas de descubrir algo nuevo entre estos soñadores del toreo, aunque esta noche ha sido imposible hacerlo. Imposible ver cualidades y calidades de tres bisoños sin oficio que sólo pudieron mostrar entrega y ganas de agradar. Quisieron pero no pudieron torear. Los ‘núñez’ de Aguadulce se lo impidieron.
Y es que la novillada que envió José María Aristrain resultó mansa y muy complicada. Erales difíciles para tres principiantes con poco bagaje. Sin gota de calidad en sus broncas, descompuestas y cortas embestidas. Un auténtico regalo. Ante esto poco más que esfuerzo y abnegación. La mostró en mayor medida el representante de la Escuela de Badajoz, Antonio Medina. El sevillano residente en Zafra demostró con el tercero, el menos malo del encierro, detalles para tener en cuenta. Dejó lances a la verónica con gusto y, sobre todo, atisbó un interesante concepto. Cites de muleta adelantada, mano baja, largos muletazos y buenos remates de pecho. No tuvo continuidad el trasteo ni tampoco demasiada limpieza el natural. Se eternizó con los aceros y todo quedó en una ovación.
Valor y dedicación en dosis elevadas con el complicado sexto. Medina se esforzó en feroz batalla con un eral que no le dio tregua. Volvió a lucirse con el capote y estuvo valiente y decidido con la muleta. No hubo toreo, pero sí valentía en un descomunal esfuerzo por no dejar pasar en blanco su soñada noche. Tras múltiples revolcones dejó la espada hundida y paseó la oreja que premiaba su bestial entrega.
El Jareño, representante de la Escuela de Málaga, se vio desbordado por el difícil y complicado primero. La lidia transcurrió entre cogidas y volteretas y un querer y no poder. Mató como pudo y fue silenciado. Tampoco el cuarto le dio opción a mostrar sus formas, un novillo de muy corto recorrido que topaba más que embestía. El sevillano de Martín de la Jara capeó el temporal como pudo hasta conseguir meter la espada. Fue silenciado.
Fernando del Rocío anduvo entonado con la derecha con el noble segundo. Un eral que humilló en las telas sin demasiadas dificultades. El sevillano de la Escuela de Camas lo citó con la muleta adelantada dejando algún que otro muletazo de buen trazo. Más despegado resultó el toreo de izquierda. Aceptables pases de pecho para rematar una faena que no terminó de calar. Pinchó y fue silenciado. Con el difícil quinto lo intentó sin éxito. Valor torpe en una lidia de muchos pases y muy poco toreo. Tras fallar con la espada fue silenciado.
AL NATURAL |
Sentido común; no regulación
Francisco Mateos.- Esta noche, la Sevilla taurina ha guardado un minuto de silencio en memoria del carismático Julio Pérez ‘Vito’. Tres chavales y sus cuadrillas desmonterados por un torero viejo que dio tardes de glorias en el ruedo y de torería en la calle. Uno de esos personajes del toreo que tendrían no sólo que dar lecciones de saber ser y de principios en las Escuelas de toreo, sino en cualquier otra Escuela. Un ejemplo para jóvenes que ‘quieran ser’, en la rama artística que sea. Seguramente muchos de los que hoy se desmonteraban en el ruedo, por su depampanante juventud, ni siquiera lo vieron en vida; una pena, porque hablar con Julio ‘Vito’ siempre deja huella y mil anécdotas para el recuerdo. Y por supuesto nadie dudaba en la plaza de ese minito de silencio en su recuerdo. Lo digo porque en Madrid ahora van a regular esos minutos de silencio con una especie de norma. Cuidado. Difícil establecer sobre un papel el por qué a unos sí y a otros no. Creo que no hace falta. No es cuestión de regular, sino de sentido común. Es como la música, que está abierto el debate en Sevilla desde hace unos años de si se debe regular de alguna forma y despojarle al director de Tejera de ese privilegio de decidir, según su entender taurino, si arranca o no la música para la faena de un torero. Creo que hay cosas que son de sentido común y no hace falta regular. ¡A ver si vamos a regular hasta los pases máximos que debe dar un torero! Ojo, y lo digo yo que estoy a favor de la regulación normativa de la Fiesta, pero hay cuestiones que son más del corazón, de la pasión y de los sentimientos y que no se pueden regular. Soy de los que piensan que tras cuajar Morante con el capote a un toro, y tras las varas y las banderillas, perfectamente admitiría como faena tres o cuatro quites de capote consecutivos del de La Puebla como faena, y a entrar a matar capote en mano. Me vale una faena de Morante con capote; no como norma general, pero sí con la suficiente flexibilidad para hacerlo en un momento puntual. Y este ejemplo, como cualquier otro que pudiera producirse. Regular los minutos de silencio como van a hacer en Madrid me parece que es adentrarse demasiado en el terreno de los sentimientos, que no entienden de regulación, Y estaba claro que hoy el recuerdo de la noche iba a ser para Julio ‘Vito’ y sus palos al aire. |
GALERÍA GRÁFICA (Arjona) |
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