Decepcionante corrida del hierro de Torrestrella que condicionó la tarde convirtiéndola en anodina. Sólo el sevillano Pepe Moral en su segundo y último paseillo ferial logró el premio de una vuelta al ruedo tras finiquitar al tercero. Antonio Ferrera e Iván Fandiño, en la primera de sus dos corridas, fueron silenciados en cada uno de sus toros.
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Manuel Viera.-
No hubo emotivos momentos con los que envolver y sobrellevar el argumento de una tarde anodina. Otra más de toros decepcionantes, de dulce nobleza y acometidas cansinas. Toros sin fuerzas, desfondados y sin alma. ‘Torrestrellas’ de bonito pelaje y parejas hechuras a los que les faltó la casta en las boyantes arremetidas. En la clase de sus embestidas. Y así, no. Así el rito de la corrida se transforma en un espectáculo aburrido en el que la tristeza de lo vulgar se contagia al que se pone delante y al que lo ve desde el tendido. La ilusión hecha pedazos.
Otra vez sobraron picadores y caballos. Las esperanzadoras galopadas de salida acababan tras el mínimo contacto con la puya. No se picaron. Y ni por esa aguantaban la lidia. Una lástima que la habitual bravura de de los toros de Álvaro Domecq ande perdida en agotadas embestidas sin chispa. Se cargaron la tarde y minimizaron el ánimo de los toreros. Sólo Pepe Moral aprovechó la clase del flojo tercero para ensamblar muletazos cada vez más sentidos tras un inicio con atinada declaración de valor, y que en adelante fue mostrando con enorme firmeza y excelso toreo.
Es reconfortante volver a encontrarse con un torero liberado de lo monótono. De un torero dispuesto a llegar a ser lo que debe ser. Moral ha forjado su estilo en la larga espera. Se ha salido de la habitual rutina con un toreo que aúna el valor, el temple y el sentimiento. Una mezcla que resulta tan peculiar como sugerente. Acaricia las embestidas con elegancia. La faena al noble, aunque flojo, tercero fue ideal para amantes del buen toreo, para el purista interesado en el buen concepto, para el detallista del remate preciso y el adorno torero, para el romántico de los finales felices. Muletazos armónicos, puros y adornados con sensible equilibrio expresivo. Despaciosidad en los muletazos diestros y hondura en el natural. Notable cambio de mano y fenomenales pases de pecho. Y aunque la calidad de la faena no fue uniforme, desde luego, hubo más de un momento de interés. No fue suficiente la estocada, y dos golpes de verduguillo esfumaron la posibilidad de pasear el deseado apéndice.
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Con el sexto toro -lidiado como sobrero al devolverse el titular- volvió a mostrar detalles de su peculiar concepto ante un toro flojo y de sosas embestidas que le privó del codiciado final feliz. La espada quedó caída. |
Antonio Ferrera se mostró pausado y seguro durante toda la tarde. Toreó muy suave con el capote, clavó banderillas con el poder que en él es habitual, y anduvo muy despacio con la muleta. Sin embargo su toreo se quedó en la técnica del trazo y en el sabor a poso de cada muletazo. No le humilló el primero y resultó anodino lo hecho al flojo y descastado cuarto. A ambos los mató mal.
Y Fandiño. Estuvo, pero no estuvo. Quizá las características de sus dos toros, casi inválidos, les robó el ánimo y el desbordante torero se convirtió en un dibujante de pases sin alma, alicaído y si poder de resolución. Con una estocada finiquitó al segundo y necesitó el descabello para acabar con el quinto.
AL NATURAL |
Maestrante mío…
Francisco Mateos.- Maestrante mío, ¿no te da pena el aspecto que presenta la plaza, que llevamos seis corridas de Feria y sólo en dos hemos pasado de la media placita de aforo, y en otras cuatro un tercio de plaza como mucho? Maestrante mío, si no nos importa a los aficionados que a vuestro palco sólo vengáis una quincena de maestrantes (y eso que es gratis), porque ya íbamos suponiendo que no érais muy aficionados, pero ¿por qué tenéis que obligarnos a nosotros a desprendernos de nuestra afición? Maestrante mío, ¿no te entra nada por el cuerpo cuando gritan «Canorea dimisión», «Sin toro nada tiene importancia» o «Canorea, nos has dejado huérfano» (en referencia a los dos años sin Morante, claro)? Pues esas quejas populares que suenan una tarde sí y otra también a grito vivo dirante los festejos es una queja en plan saeta taurina sobre la gestión de Canorea y Valencia; por si no lo habías pillado. Maestrante mío, ¿tanto te cuesta decirnos qué habéis hecho (si es que habéis hecho algo, claro) o qué vais a hacer para solucionar el gravísimo conflicto actual con las figuras, que nada tiene que ver con nosotros los aficionados sevillanos? Maestrante mío, ¿no puedes apartar este martirio de nuestras vidas estos años, no puedes tener clemencia en tu silencio pasivo y explicarnos hasta cuándo? Maestrante mío, ¿por qué ese miedo a hablar, a explicar, a contar, a reunirse? ¿Tan poco somos para vosotros, tan poca clase personal tenemos como para no poder reunirnos nosotros, hombres y mujeres del vulgo pueblo, con vuesas señorías marqueses, condes, vizcondes, requetecondes y megacondes, para explicarnos qué va a suceder en próximos años? Maestrante mío, ¿no te das cuenta de que no sois los herederos ni depositarios exclusivos de la afición de Sevilla, sino solamenta un grupo de personas que tenéis secuestrada, junto a los empresarios que mantenéis pese a su nefasta gestión, a la afición de Sevilla por el simple y caprichoso hecho histórico de que existe una única plaza en la ciudad? ¡Ay, si hubiea otra plaza en Sevilla…! Maestrante mío, ¿por qué no explicar parte del contenido de ese famoso y oculto contrato? ¿Por qué no decir al menos de forma clara y concreta hasta cuándo debemos soportar más esta situación, cuándo acaba el periodo de Canorea y Valencia, y cuándo entrará aire nuevo que ilusione a Sevilla? Maestrante mío, ya que no os gustan los toros ni vais a verlos por las tardes, ¿por qué no llegáis a un acuerdo con la ciudad de Sevilla, con su Ayuntamiento que lo representa, y se alcanza un acuerdo de expropiación «por el interés general de la ciudad», cobrais un dineral para vuestras labores de beneficencia y liberamos a esta afición del duro yugo que le oprime? Maestrante mío, anda, sé bueno. |
LA VOZ DEL ABONADO |
Torrestrella suspende en Sevilla
Unión Taurina de Abonados de Sevilla.- Los aficionados tenemos pocas esperanzas para que estos taurinos que hoy ‘gobiernan’ puedan enderezar el peligroso rumbo descendente de nuestra tauromaquia. Nos agarramos a algunas ganaderías que pensamos aún pueden dar algo de espectáculo con ganado bravo y encastado. Uno de estos hierros es el de Torrestrella. Esta tarde en Sevilla la decepción ha sido total y absoluta. Álvaro Domecq envió un encierro a modo de la más mísera condición del toro actual que prefieren los ausentes más Manzanares. Animales carentes de acometividad brava. La embestida era absolutamente borreguil, y eso sin ser picados. Lo de la suerte de varas es ya de juzgado de guardia. Que nadie espere que los ‘gurús’ de la crítica taurina levanten ni media voz reivindicando esta bella suerte. Los ‘torrestrellas’ cuando llegaban al caballo recibían una leve ‘amonestación’ del picador, y de seguir las cosas por ese camino estos profesionales engrosarán pronto las listas del paro. Otra satisfacción para los ‘antis’. Cuatro toros bien presentados, pero nada del otro mundo, y los otros dos, tercero y sexto, este último era un auténtico becerro y encima inválido perdido. Fue cambiado y en su lugar salió otra ‘tonta del bote’, con el que Moral se encargó de mostrar sus dotes de muletero fácil y templado, labor que también desarrolló en el tercero, mejor con la derecha que con la zurda, perdiendo un orejita al fallar con los aceros. Fue lo mejor de la tarde: el temple de la muleta de Moral. Ferrera y Fandiño poco podían hacer con semejante material. Toros al paso. Toros aburridos. Toros descastados. Toros sin emoción. ¿Realmente eran toros? Suspenso sin paliativos para Torrestrella. |
PATIO DE ARRASTRE |
El león sigue sin rugir
Sixto Naranjo.- Tiene Iván Fandiño como logo en su web y sus cuentas en las redes sociales un león. Un león que sigue sin rugir este año. Apostó fuerte el torero de Orduña para su inicio de temporada. Nada de ferias levantinas. La primera actuación tuvo como reválida una encerrona en Madrid por Ramos. Seis toros, seis ganaderías de leyenda y una enorme decepción. Y tras Madrid, Sevilla. Dos tardes de las cuales ya ha gastado un cartucho con una corrida mansa y sosa de Torrestrella hasta decir basta. Pero Fandiño parece haber perdido el ‘punch’ que le llevó hasta lo más alto en las últimas campañas. Tanto en Las Ventas como en la Maestranza se ha visto a un torero demasiado disperso, sin centrarse en ningún momento, como con la cabeza en otro sitio. No es el Fandiño al que estábamos acostumbrados. El torero vasco tiene otro examen el domingo con la corrida de Miura. Veremos si el león vuelve a rugir. *Sixto Naranjo es director del programa ‘El albero’ de la Cadena Cope. |
GALERÍA GRÁFICA (Javier Martínez) |
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OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez) |
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LOS TOROS, UNO A UNO (Javier Martínez) |
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