REAL MAESTRANZA - Domingo Resurrección

Espartaco, una hermosa excepción

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El sevillano Espartaco, que se ha despedido del toreo a los 52 años y reapareciendo en la Maestranza catorce años después de su último paseíllo en este coso, ha cortado dos orejas y ha salido por la Puerta del Príncipe a hombros de sus compañeros. Manzanares fue ovacionado y Borja Jiménez, que tomó la alternativa, cortó un apéndice del sexto.

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación, nobles, mansos y flojos. Mejores segundo, quinto y sexto, aunque fueron a menos en el tercio final. Manso y flojo resultó el primero, inválido el tercero y muy complicado el cuarto, lidiado como sobrero.

ESPADAS: -Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’, de tabaco y oro, oreja y oreja.

-José Mª Manzanares, de negro y azabache, silencio y ovación tras aviso.
Borja Jiménez (que tomaba la alternativa), de blanco y oreo, silencio y una oreja.
 
CUADRILLAS: Saludaron tras parear al quinto Curro Javier y Luis Blázquez.
   
INCIDENCIAS: Lleno de ‘No hay billetes’. A Espartaco le cortó la coleta su hijo y su padre al finalizar el festejo. Después, toreros y banderilleros se lo llevaron a hombros por la Puerta del Príncipe.

 

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Espartaco pasea la primera de las dos orejas ganadas hoy en su adiós al toreo. (FOTO: lamaestranza.es)

 

 

 

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AL NATURAL
Y a esto que llegó Espartaco

Francisco Mateos
LA VOZ DEL ABONADO
Fiesta en los toros, pero sin toro

Unión Taurina de Abonados de Sevilla

 


Manuel Viera.-

     Hay toreros que, aún a distancia de años, suscitan admiración. Él es uno de ellos. De esos que transitan por este mundo con el señorío en el cuerpo y en el espíritu. Se palpa en su comportamiento, en sus gestos, en sus palabras y acciones. Y, sobre todo, en su toreo. Espartaco llenó de contenidos la tarde de Resurrección. Mostró la realidad de la lidia con la sutileza que constituye la propia esencia de su concepto. Lo sutil, que por propia naturaleza no puede medirse, fue una cuestión de matiz. De aroma o de perfume más que de cantidad, o de ajuste, pero con un resultado fascinante.

     Sorprendente su toreo de mano izquierda. Con el natural puso de relieve su sentido del temple en el infinito trazo. La inspirada ligazón. La faena al blando y noble segundo fue paradigma del clasicismo más absoluto. Sencilla, clara y directa, sin vuelta de hoja, y con enorme carga de emotividad. Los sutiles toques, la precisión de cada pase, ese velo de expresividad que, desde el inicio, invita a degustar, compusieron una obra construida de principio a fin con una unidad prodigiosa.


Espartaco es de esos toreros que transitan por este mundo con el señorío en el cuerpo y en el espíritu. Se palpa en su comportamiento, en sus gestos, en sus palabras y acciones. Y, sobre todo, en su toreo. Espartaco llenó de contenidos la tarde de Resurrección


       Sin embargo, lo hecho al manso y complicado cuarto no dejó resquicio para la duda. Impecable en la forma y contundente en el fondo, se fajó con la difícil embestida hasta conseguir con su prodigioso temple un toreo serio, sólido y profundo, hondo y trascendente, como si algo en él se hubiera reinventado. Un soberbio recordatorio de lo que fue y sigue siendo.

     Lo cierto es que su reaparición ha sido una hermosa excepción. Y estoy seguro que, abandonada la plaza, tras apoteósica salida a hombros de sus compañeros por la Puerta del Príncipe, en el silencio de la habitación del hotel, habrá experimentado en su sensibilidad más profunda el privilegio de haber vuelto a hacer lo que quiso: torear en la Maestranza.

     A la corrida de Juan Pedro Domecq le ha faltado casta y le ha sobrado almibarada nobleza. Le ha faltado fuerza y le ha sobrado mansedumbre. Y ante esos toros bobalicones y parados es muy complicado crear emoción.

     Borja Jiménez, muy seguro de sí mismo, se hizo matador de toros con un inválido sin casta. Y así… imposible. Sí le cortó la oreja al sexto, otro ‘juampedro’ noble y flojo que se paró a mitad de faena. El sevillano resolvió con frescura y desparpajo y no se anduvo con rodeos en una faena templada, con algún que otro natural de excelente trazo y arrimón final.

     Tampoco Manzanares tuvo toros de triunfo. El tercero se derrumbó en los primeros muletazos y sólo con el rajado sexto pudo resolver en una faena cuyo interés residió en tres naturales largos y despaciosos, y dos series de templados muletazos diestros hilvanados y bien rematados.


AL NATURAL

Y a esto que llegó Espartaco

Francisco Mateos.-

     En una Fiesta tan enrarecida, en una plaza de la Maestranza que ya no es lo que era, en una Feria de Abril cuyos carteles han ido cayendo en picado, en una temporada sevillana cada vez más recortada, en un momento en el que Canorea y las figuras se tiran los trastos -y los comunicados- a la cabeza, en un momento en el que toreros como Manzanares fracasan incluso con el medio-toro como los de hoy, en esto que llega Espartaco y pone a todos de acuerdo.

     Se acuerda con el empresario con el que las figuras se desacuerdan. Desempolva el ‘No hay billetes’ que hacía dos años que no se veía por el Baratillo. Adereza con la calidad y el brillo de su nombre los carteles de la temporada sevillana. Y triunfa -a sus 52 años y tras catorce años sin torear en Sevilla, retitrado de la profesión salvo contadas excepciones- con el medio-toro que las figuras imponen hoy en día…

     Espartaco, reconvertido en noble centurión del toreo más que en aquel gladiador de las arenas, proclamó por última vez en el más noble coliseo del Imperio del Toreo y ante los senadores taurinos aquello de «Veni, vidi, vici»: Vine, ví y vencí.

 

 


 

LA VOZ DEL ABONADO

Fiesta en los toros, pero sin toro

Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-

     Ingredientes para entender este título: un presidente la mar de solvente, para otros menesteres claro, acreditado universitariamente. Un veterinario la mar de profesional que aprueba en el reconocimiento ocho presuntos toros, todos anovillados, algunos sin cara y que permite en el ruedo animalejos de Juan Pedro tullidos para su lidia. Una empresa que para salvar los muebles de sus fracasos monta mimbres para que el triunfalismo y la mediocridad imperen en la plaza de Sevilla. Y por último unos profesionales que se prestan a convertir la Tauromaquia actual en algo difícil de entender pero fácil de hacer para ellos.

     Esto es posible cuando se contrata de lo malo lo peor de la cabaña brava actual que son los ‘juampedros’. Ganadería generadora del ‘medio-toro’ al que han cercenado su fuerza, casta y raza hasta convertirlos en algo parecido a otras especies bovinas, ovinas e incluso gallináceas. Si a estos ingredientes añadimos unas notas musicales que surcan los aires maestrantes cuando menos se merece el diestro actuante, tenemos una Fiesta amable y triunfal asemejada al toreo de salón o a una simple capea de pueblo.

     Espartaco fue merecedor de un homenaje a toda su trayectoria de pundonor, entrega y sacrificio y, aunque no acreditando méritos suficientes para conseguir dos orejas, sí es cierto que como colofón de su carrera nos gustó verlo salir a hombros de sus compañeros por la Puerta del Príncipe.

     De Manzanares decir que su tauromaquia basada en la estética y en ese toreo desviado pero dominador que gusta del público, poco pudo hacer en su atribulado y flojo primer presunto toro. En el segundo desarrolló lo que en él es habitual y perdió su amable oreja de esta tarde al fallar con el descabello.

     Borja Jiménez recibió alternativa de manos de Espartaco. En su primero -flojo, desrazado y medio tullido- nada pudo hacer, pero en el anovillado sexto realizó lo mejor de la tarde tanto en capote, galleando para llevarlo al caballo y en las dos tandas que le permitió su medio muerto novillejo. Derrochó temple, entrega y colocación. Oreja más que generosa.

     Una vez más destacar negativamente la ausencia de suerte de varas. Toda la tarde una pantomima simulada. Destacar positivamente a Curro Javier y Juan Manuel Raya en lidia y banderillas.

 


GALERÍA GRÁFICA (lamaestranza.es)

Espartaco.

Espartaco.

Alternativa.

José Mª Manzanares.

José Mª Manzanares.

José Mª Manzanares.

José Mª Manzanares.

Borja Jiménez.

Borja Jiménez.

Borja Jiménez.

Borja Jiménez.

Borja Jiménez.

 

 


OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)

Cartel de 'No hay billetes', dos años después.

Juan José Padilla, Ramón Valencia y el alcalde Juan Ignacio Zoido.

Rafael Moreno, apoderado de Espartaco.

Último paseíllo de Espartaco.

Brindis de Espartaco a Curro Romero.

Curro recibe una enorme ovación.

Escaso fondo de los toros de Juan Pedro Domecq. Escaso fondo de los toros de Juan Pedro Domecq. Escaso fondo de los toros de Juan Pedro Domecq.
Alternativa de Borja Jiménez, de manos de Espartaco. Un incidente en el tendido con asistencia de la Cruz Roja. Último brindis de Espartaco a su familia, a Sevilla y al cielo.
El hijo y el padre de Espartaco le cortan la coleta al acabar la corrida. El hijo y el padre de Espartaco le cortan la coleta al acabar la corrida. El hijo y el padre de Espartaco le cortan la coleta al acabar la corrida.
Los toreros sacan a hombros por la Puerta del Príncipe a Espartaco. Los toreros sacan a hombros por la Puerta del Príncipe a Espartaco. Los toreros sacan a hombros por la Puerta del Príncipe a Espartaco.
 

Espartaco, por la Puerta del Príncipe.

 

 


 

PUERTA DEL PRÍNCIPE (Javier Martínez)

El diestro Javier Jiménez, hermano de Borja.

El banderillero retirado Guillermo Gutiérrez 'Ecijano'.

El rejoneador y ganadero jerezano Fermín Bohórquez.

 El matador de toros malagueño Javier Conde.

El diestro sevillano Martín Pareja-Obregón. 

 El consejgero de Justicia de la Junta, Emilio de Llera.

El humorista Jorge Cadaval.  El humorista César Cadaval.  La televisiva Raquel Bollo. 

 


 

LOS TOROS, UNO A UNO (Javier Martínez)

El primero de Juan Pedro Domecq.

El segundo de Juan Pedro Domecq.

El tercer toro de Juan Pedro Domecq.

El cuarto de Juan Pedro Domecq, devuelto a corrales.

El sobrero cuarto de Juan Pedro Domecq.

El quinto toro de Juan Pedro Domecq.

 

El sexto de Juan Pedro Domecq.

 

 


 

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