Morante de la Puebla ha vuelto a dejar bien clara su postura respecto al escándalo que vive la Maestranza. Desde el profundo dolor que le supone tener que volver a tomar la dura decision de no torear en su plaza más querida, Morante muestra su radical distancia con los actuales empresarios de Sevilla, acusándoles no querer hacer las cosas bien ni cuidar la plaza y su afición.
Redacción.-
El diestro sevillano Morante de la Puebla ha mostrado el profundo dolor interior que le produce no poder torear por segundo año consecutivo en la Maestranza debido al grave conflicto que enfrenta a las principales fiiguras del toreo y a los empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia. A través de los micrófonos de ‘Aplausos Radio’, el torero sevillano comentaba en Olivenza que «no torear en Sevilla me supone un gran dolor, porque no sé hasta dónde va a llegar esto». De esta forma, el torero de La Puebla deja bien claro que las posturas, lejos de acercarse, se han distanciado aún más y podría suceder lo mismo en próximos años, mientras los maestrantes matengan al frente de la plaza sevillana a los actuales empresarios.
Morante hablaba desde un profundo dolor y rabia por no poder hacer el paseíllo en su plaza más querida debido al escándalo de la Maestranza. «Imagínate el dolor, porque soy de Sevilla, me he criado alli taurinamente. He nacido con la ilusión de torear en Sevilla, sin saber si quiera si había otras plazas en el mundo».
El torero sevillano reflexionó también sobre la larga descripción ofrecida por Ramón Valencia de las conversaciones mantenidas con su apoderado para un posible acuerdo. «Cuando uno quiere echar balones fuera, lo más normal es echarle la culpa al que ellos creían que tenían seguro o que era el torero que no podía decir que no… Soy consciente de mi decisión con mucho dolor».
Morante de la Puebla volvió a pedir respeto tanto a los toreros como a la propia ciudad de Sevilla por parte de los empresarios de la Maestranza. «Respeto es lo mínimo que se debe tener a Sevilla. Deben darle los carteles y ganaderías que se merecen. Tienen que intentar cuidar la plaza de la Maestranza como se merece y ante todo eso, hay mucha cantidad de pocas ganas de hacerlo. Ahí entra la desidia, las faltas de respeto, la dejadez y no hacer las cosas bien».