La asociación Aula Taurina y la Escuela de Tauromaquia de Sevilla han rendido un entrañable y cálido homenaje al banderillero sevillano Manuel Rodríguez ‘Tito de San Bernardo’. El acto se ha desarrollado en el Salón de los Carteles de la propia plaza de toros de la Maestranza, glosándose su trayectoria y virtudes como uno de los grandes banderilleros sevillanos.
Manuel Viera.-
Aula Taurina y la Escuela de Tauromaquia de Sevilla han rendido un emotivo homenaje de reconocimiento a Manuel Rodríguez ‘Tito de San Bernardo’, catalogado como uno de los mejores banderilleros sevillanos que ha dado la historia del toreo. Con el Salón de Carteles de la plaza de toros repleto de gente del toro, el profesor y escritor Álvaro Pastor Torres hizo una semblanza de la vida del que fue novillero, banderillero, apoderado y, en los últimos años, profesor de la escuela taurina hispalense. Pastor Torres desgranó pasajes de la vida torera del homenajeado desde que empezó a placearse en el matadero de su barrio de San Bernardo hasta su retirada definitiva como novillero, en la plaza Monumental de Barcelona, en julio de 1954.
La historia de su vida como banderillero fue contada por Carlos Crivell. El crítico taurino dijo de él que «con poco más de veinte años se pasó a banderillero, sin trauma ni calentón en la cabeza, para comenzar a forjarse uno de los mejores toreros de plata de la historia, demostrando una gran facilidad delante de la cara del toro. Pero fue con el capote en la mano donde marcó un estilo basado en la colocación y el temple, sus mayores virtudes toreras». Crivell terminó su glosa definiendo al homenajeado como «grandioso banderillero que no le hizo falta tomar la alternativa para ser un gran torero».
Muy emocionado y con la palabra entrecortada el matador de toros Pepe Moral agradeció a su maestro las enseñanzas que de él recibió. Pero fue el periodista taurino Víctor García Rayo quien emocionó al homenajeado tras dedicarle estas palabras: «Usted no merece este homenaje porque sea figura, ni por su maestría, ni porque se encuentre entre los mejores banderilleros de la historia, usted, Tito de San Bernardo, lo merece por su manos limpias, porque limpiamente ha mirado al toreo y ha mirado a la vida. Tiene usted, maestro, manos de Papa, manos de Santo, míresela y lo comprobará, son manos de hombre y de figura del toreo».