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El valor (o no) de la palabra de las figuras del toreo

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Eduardo Canorea, de forma directa o indirecta, está poniendo a prueba el valor de la palabra de las figuras. Manzanares ya la ha roto; quedan cuatro... (FOTO: Javier Martínez)
Eduardo Canorea, de forma directa o indirecta, está poniendo a prueba el valor de la palabra de las figuras. Manzanares ya la ha roto; quedan cuatro... (FOTO: Javier Martínez)

«…Manzanares, al que desde el minuto uno se señaló como el más débil en la decisión de los cinco toreros que dijeron «¡Basta ya!» a las formas usadas de forma reiteradas por la empresa de la Maestranza y denunciadas por las figuras, ya ha cantado esa renuncia a su propia palabra. Quedan cuatro figuras para retratarse ante los aficionados sevillanos a qué nivel cotiza su palabra personal…»

Francisco Mateos.-

     Manzanares, al que desde el minuto uno se señaló como el más débil en la decisión de los cinco toreros que dijeron «¡Basta ya!» a las formas usadas de forma reiteradas por la empresa de la Maestranza y denunciadas por las figuras, ya ha cantado esa renuncia a su propia palabra. A pesar de afirmar en un comunicado hace sólo un año de Canorea-Valencia que «mis compañeros han sufrido un tratamiento irrespetuoso, injusto e irresponsable en lo personal y en lo profesional. Una falta de respeto al toreo no se debe consentir», parece que o bien se inventó esas faltas de respeto, o bien su palabra personal cotiza al mismo índice que las palabras de los políticos… De llamar irresponsable e irrespetuoso a Canorea y Valencia afirmando que no volvería a contratarse con ellos nunca más, a darse un abrazo y besitos para torear en la misma plaza de los ‘irrespetuosos’ empresarios al cabo de un año a cambio (se supone) de una buena pasta. Cada cual saque sus conclusiones y el valor a la palabra dada…

     Quedan cuatro figuras para retratarse ante los aficionados sevillanos a qué nivel cotiza su palabra personal: Talavante, Perera, Morante y Juli. La rumorología, que tantas veces falla, apunta que Talavante es ahora el más débil de los cuatro, el más fácil de embaucar por los «irrespetuosos» empresarios sevillanos. El propio Talavante decía en marzo del año pasado que «la decisión sobre Sevilla es irreversible: no hay solución posible. no hay ninguna posibilidad de acuerdo». Por lo tanto, descartaba de forma absoluta que un comunicado genérico como el de hace unas semanas de los empresarios pidiendo disculpas arreglara nada… Veremos en breve a cuánto cotiza la palabra del torero extremeño…

     De los restantes tres toreros, nadie duda de que Miguel Ángel Perera, el triunfador de la pasada temporada, es de los que se visten por los pies y cuando da una palabra, la cumple; arropado, además, por otro torero de palabra de caballero: su apoderado Fernando Cepeda. Perera dijo que no volvería a torear en Sevilla mientras sigan Canorea y Valencia, y nadie duda que lo cumplirá.

     De El Juli hay muchas versiones que lo acartelan incluso ya en la de Miura con Escribano y el regreso puntual de Eduardo Dávila, además de otras corridas feriales. Sería muy extraño este repentino cambio de un torero que con tanta firmeza dijo lo que dijo -con argumentos claros y contundentes- de Canorea y Valencia. Pedía que los maestrantes contestaran, y no han contestado. Pedía un cambio al frente de la gestión de Sevilla, y no lo ha habido. Si ahora, después de un año sin torear en Sevilla, sin cambio alguno en la Maestranza, se somete por abajo a la muleta de Canorea quedará perfectamente retratado ante los aficionados. Contrastaría su valor en el ruedo con su mansedumbre fuera de él, y su palabra y el año fuera de Sevilla no habrá sido más que una bravuconería de tres al cuarto incapaz de mantenerla. Personalmente creo que El Juli lo tiene muy claro, porque así se ha mostrado en el último año, y me decepcionaría completamente una ruptura tan sonrojante de su palabra, porque si va a torear con Canorea en el callejón, entonces que lo hubiera hecho hace un año también.

     ¿Y Morante? Morante es pura incógnita, como siempre. Creo en su palabra y ha sido muy claro con su postura.  Es cierto que en los últimos meses suavizó un poco su posicionamiento pidiendo un paso de los empresarios maestrantes en forma de perdón público. Y ha venido el minicomunicado de disculpa (no de perdón, para no darle más regusto al de La Puebla) de Canorea y Valencia. Pero el fondo es el mismo: los empresarios no han cambiado ni van a cambiar, y todo sigue igual. Y el enfrentamiento de Morante con los discutidos empresarios viene de muy lejos, desde el fallecimiento del propio Diodoro Canorea. Hay mucho rencor y ya que ha dado Morante un paso claro y contundente, sería nuevamente sorprendente que se sometiera -una vez más- y agachara la cabeza ante Canorea.

     La cuestión es que el tiempo avanza y ni tan siquiera se saben aún las ganaderías que se lidiarán en la temporada sevillana. No hay nada de promoción taurina en la ciudad, no hay ambiente de toros, no hay noticias feriales,… El inmovilismo, pasotismo y las arcaicas formas de gestión de los empresarios Canorea y Valencia, arropados por el rancio proceder de los maestrantes, siguen inmovilizando a los aficionados taurinos sevillanos, que viven con perplejidad el hundimiento de la plaza más carismática del toreo.


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