Jornada de lo menos taurina, con viento, lluvia y frío en las horas previas al comienzo del festejo. No faltaron a pesar de la adversidad climatológica los de siempre, los que no se pierden ni la del 15 de agosto. El novillero sevillano Martín Núñez, que llegaba acompañado del banderillero Curro Robles, ilusionado con su próximo paseíllo en Sevilla pero contrariado por no estar incluido en Córdoba, aun con el contrato enviado. El padre de Miguel Ángel del Gado, el banderillero Pablo Delgado, ocupó lugar en el tendido tras llegarse al patio de caballos a desear suerte a su hijo.
Francisco Mateos.- Ni la lluvia ni el viento pueden con la afición. A pesar del día tan desagradable, con viento y lluvia, los alrededores de la Puerta del Príncipe tenían su vidilla. Los taurinos de vedad, los aficionados de esos que no faltan ni el 15 de agosto, con el calor que cae en Sevilla un 15 de agosto. Los corrillos se centraban en dos aspectos principales. Por un lado, recabar información sobre si la novillada se daría o no. Opiniones había para todos los gustos; y apuestas también. El otro aspecto muy comentado son las explicaciones que ofrecerá este lunes el empresario Ramón Valencia a los aficionados que quieran hacerle llegar sus preguntas a través de la edición digital de Diario de Sevilla. Así las cosas, nos encontramos uno de esos corrillos en los que participaban dos profesionales sevillanos: el novillero Luis Martín Núñez y el banderillero Curro Robles. Este último daba por segura la celebración de la novillada a pesar del fuerte aguacero que hacía una hora que había caído sobre Sevilla. "Además, esta novillada de Guadaíra seguro que embiste y se pueden ver cosas interesantes. A ver si comienza y tienen suerte los tres chavales", comentaba el banderillero este año de la cuadrilla de Daniel Luque. Por su parte, Martín Núñez contaba los días para su debut en la Maestranza en una novillada con picadores. "Es lo que me quita el sueño cada día. Ojala fuera mañana mismo. Por un lado me preocupa porque torear en una plaza de tanta importancia es una gran responsabilidad, pero por otra parte me siento un privilegiado por poder disfrutar de momentos tan bonitos como seguro que viviré en ese paseíllo y en esa tarde en Sevilla". Pero estaba contrariado el joven sevillano, "porque estaba puesto en Córdoba y al final no sé qué ha sucedido y no estoy anunciado en los carteles. Fíjate si estaba cerrado que hasta se había enviado el contrato. Pero bueno, estas cosas son las que a veces pasan y lo que tengo hacer es triunfar aquí en Sevilla", comentaba resignado Martín Núñez. Y es que parece que a última hora entró el hijo de Luis Francisco Esplá en el hueco que tenía apalabrado para la próxima Feria de Córdoba el apoderado del joven sevillano. El padre del Miguel Ángel Delgado, el banderillero Pablo Delgado, que actualmente forma parte de la cuadrillas del diestro francés Pablo Delgado, llegaba a la Puerta del Príncipe bordeando la plaza desde el patio de caballos. Venía de desearle suerte a su hijo antes del paseíllo, pero él, prudentemente, se marchaba al tendido en vez de quedarse en el callejón. "Soy profesional y sé que cada uno tiene su parcela. No me gusta meterme en la labor de sus apoderados y mejor estar en el tendido", comentaba Pablo. "Hoy puedo venir a verle tranquilo porque Sebastián parte mañana hacia América para torear algunas corridas pendientes de allí y el banderillero que le acompaña es Curro Molina; así que como tengo unos días de descanso vengo a verle más relajado". Sobre la preparación del joven novillero de Écija, su padre comentaba que "el martes pasado matamos los dos últimos toros a puerta cerrada en el campo. Está con una mentalización perfecta y lo vé muy claro todo. A ver si el tiempo respeta a los tres chavales y el ganado les acompaña". La lluvia caída dejaba los tendidos húmedos, circunstancias que aprovecharon los vendedores del exterior de la plaza para hacer su especial ‘agosto’ en pleno mes de abril. "Almohadillas, almohadillas para no mancharse, que los asientos están mojados. Almohadillas para los toros, que está el tendido mojado", era la cantinela que repetían. Y no les faltaba razón. Y es qué incómoda y poco taurina es una tarde de lluvia y viento. NOTICIAS RELACIONADAS:
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