Mañana sábado se presenta como novillero en la plaza de toros de Utrera, su pueblo. Es consciente que lleva encima el peso de un festejo mixto pese a alternar con dos matadores de toros de enorme tirón popular. Su gente, los utreranos, le espera deseosa de ver en él un nuevo Curro Durán para el siglo XXI.
Manuel Viera.-
En no más de dos festejos con picadores, el nuevo Curro Durán ha dejado constancia de su valor y ambición. La calidad de sus formas y su manera de desenvolverse en el ruedo le hace un serio candidato a ocupar muy pronto los primeros puestos del escalafón de novilleros. «Con esfuerzo, dedicación y entrega quiero alcanzar mi objetivo, y en ello estoy». Y con toreo, claro. «Sí, mi concepto es muy clásico. Consiste en enganchar a los toros por delante y llevármelo muy atrás, quedarme quieto, volver a dejarle la muleta en la cara y así darle seis o siete muletazos muy largos y muy templados para luego rematar con el de pecho. Quizá, incluso peque de llevarme la embestida demasiado atrás y aunque soy consciente que hay novillos que esto no lo permiten, así tengo metido el toreo en la cabeza y no hay forma de cambiarlo».
La apuesta de alternar en festejo mixto con dos matadores de toros de contrastado tirón popular le agrada y le motiva. «Son dos figuras del toreo y para mí es un honor hacer el paseíllo junto a El Cordobés y Padilla. Después, ellos irán a lo suyo y yo a lo mío, que no es otra cosa que disfrutar y hacer disfrutar al público con mi toreo, meter la espada, cortar las orejas y salir con ellas en la mano por la puerta grande de la plaza de toros de mi pueblo. Ese es mi deseo, mi ilusión y mi sueño desde que me ví anunciado en la Feria de Utrera». Un toreo basado en el temple, en hacerlo todo muy despacio, en la ligazón… «Sí, porque saber templar los toros creo que es lo más importante para llegar a ser torero. Después está el valor, la técnica, el empaque, pero lo fundamental para mí es el temple, torear despacio, ligar… Torear sin ligar a mí no me dice nada».
Desde muy pequeño le gustaba jugar al toro porque fue en el ambiente en el que nació y se crió. «Es lo que he vivido en mi casa, y desde que Ramón de Julio, un novillero amigo de mi padre, me regaló un capotito, una muleta y una montera, lo tenía como juego preferido. Sin embargo, mi padre, que no quería por nada del mundo que llegase a pensar en ser lo mismo que él es, me motivó en la práctica del fútbol, hasta que un día le dije que lo mío era otra cosa. Quiero ser alguien en el toreo».
Y aquí está, con una enorme ilusión y tremendas ganas por volver a mostrar en el ruedo de la flamante plaza de toros de su ciudad las cualidades y calidades ya exhibidas en su triunfal presentación con caballos en Navas de San Juan, y en la no menos triunfal tarde en la onubense Almonaster la Real. «Soy consciente que mi inclusión en este festejo mixto de la Feria de Utrera ha levantado un gran expectación entre mis paisanos y asumo la responsabilidad. Me he preparado a fondo para esta cita con mucha ilusión. Estoy seguro que si embisten los novillos de Torrestrella el triunfo no se me va a resistir».