El diestro sevillano Morante de la Puebla ha sido nombrado ‘Hijo Predielcto’ de su pueblo de La Puebla del Río en un multitudinario acto que contó con la destacada presencia de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura. Morante dejó un discurso muy emotivo dedicado a su pueblo y a sus paisanos.
Redacción.-
Morante de la Puebla ha vivido en su municipio sevillano de nacimiento una noche muy emotiva. En el ambiente previo al acto de nombramiento como ‘Hijo Predilecto’ de La Puebla del Río a José Antonio Morante, se percibía la grandeza ya de un acto que contaría además con la presencia del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. La Puebla del Río se engalanó para la ocasión. Su Ayuntamiento era un verdadero altar dedicado a Morante, que contó con 16 trajes de luces del torero, diversos premios, capotes de paseo,… Las paredes del resto de la fachada vestían con capotes y cabezas de toros importantes en la carrera del diestro sevillano.
Morante de la Puebla firmó, esta vez con palabras, una de sus mejores faenas. Supo plasmar a la perfección sus emociones ante una noche tan importante con un discurso sentido, sencillo y profundo, como su toreo. Después de que Vargas Llosa hiciese entrega de la Medalla de Oro de su pueblo, emocionado, comenzó su discurso: «Familiares, vecinos, amigos todos; aunque jamás podré pagarte la distinción que me haces esta noche y aunque nada de lo que yo te dé será más grande de lo que tú me has dado, quiero que sepas Puebla mía que mucho antes de que tú decidieras hacerme hijo predilecto, yo tenía en ti toda mi predilección».
La Puebla del Río es para Morante su vida, y así quiso expresarlo en su discurso: «Mundos hay fuera de tí, mundos he visto y he vivido, pero La Puebla es La Puebla y me aquerencio aquí como un niño se aquerencia a las faldas de su madre, porque está aquí toda luz primera que alumbra las cosas. Me aquerencio contigo porque no sé de otro sitio donde esté más a gusto o esté más feliz que aquí, donde se conjugue mejor el origen y la búsqueda. Será que aquí suenan las voces de mis hijos, de mis padres, de mi mujer. Será tu gente cigarrera que me exige, me quiere, me disculpa, me defiende. Será la marisma y su imagen o será tu río y eterna búsqueda del mar. No lo sé, pero no necesito responder a la pregunta, sino decirte: no preguntes la razón y déjame que te quiera. Tú mi predilección y no me dejaste ser otra cosa que la que tú querías que fuese, y no es otra cosa que lo más bello. El toro ha dejado en el tiempo un lenguaje que enriquece al español. Me gustaría torear tan despacio que nadie supiese si estoy dando una verónica o enseñando a leer a los toros».
Entre actuaciones de la Coral Polifónica de la Puebla del Río, la Banda Municipal de la localidad y el grupo Romeros de la Puebla, se abrió paso la palabra del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa: «Amigas y amigos cigarreros, mientras quien recibe esta noche el homenaje en su pueblo hablaba, estuve observando sus caras, y vi lo profundamente conmovidos que estaban todos, hasta los niños. Oyéndolo hablar de esa manera tan sencilla, tan cálida, con tanto amor y gratitud de su pueblo y de su oficio. Pocas veces he visto expresado con tanta lucidez, con tanta belleza, con tanta exactitud de lo que es el toreo. Escuchándolo me pareció que había una distancia astral entre un cigarrero más que rendía homenaje a su pueblo y ese gigante al que hemos visto tantas veces producir esos milagros en las plazas de toros».
Vargas Llosa no desaprovechó la ocasión tampoco para defender una vez más de manera pública y sin decoro la Tauromaquia: «Creo que entre las artes, la Tauromaquia es probablemente la que mejor ha representado ese gran misterio de la condición humana que es la relación que existe entre la vida y la muerte. La muerte es una palabra que generalmente nos impregna de terror, hay algo desconocido que asoma cada vez que esa palabra pasa por nuestros labios o pensamientos y, sin embargo, si la muerte no existiera, la vida no sería tan rica, tan maravillosa e intensa. Hay que salir al frente de embustes y prejuicios que normalmente son políticas trasnochadas y defender la Tauromaquia como una de las expresiones más ricas de nuestra civilización».
Previamente a los dos discursos más importantes de la noche, Manuel Bejarano, alcalde de La Puebla del Río, en presencia de más autoridades públicas del municipio, ofreció otro no menos importante por las palabras que dedicó a Morante en el mismo: «Es un privilegio poder hacer esta distinción con Morante. Tiene muchos méritos y no todos relacionados con su arte, también cabe destacar su labor incansable y humanidad consiguiendo llevar mensajes de esperanza a la gente cigarrera a través de obras totalmente altruistas. Este nombramiento es el sentir de la gran mayoría de cigarreros y todas las fuerzas políticas del municipio, que votaron por unanimidad el nombramiento. Tenemos que hablar de orgullo de José Antonio por su pueblo, y de su pueblo por José Antonio».