El torero de Coria del Río sufre un insuficiente bombeo de sangre. El 22 de abril sufrió en la Maestranza una angina de pecho que dejó lesionado el corazón. Los médicos con cautos respecto a la evolución de la lesión coronaria. El torero no termina de asumir que quizás no pueda volver a torear nunca más.
Francisco Mateos.- El matador de toros Manolo Corona, que en las últimas temporadas ha actuado como banderillero a las órdenes de Morante de la Puebla y Luis Vilches, se someterá mañana martes a una complicada prueba coronaria para evaluar los daños de su corazón. El torero sufre una lesión coronaria que arrastra desde el 22 de abril, cuando tras acabar sus actuaciones en la Real Maestranza a las órdenes de Luis Vilches comenzó a sentirse indispuesto en el callejón. Según Manolo Corona, "yo había acabado ya de torear, estábamos en el último toro. Sentí un dolor en el pecho y me costaba respirar. Se lo comenté a mi compañero Enrique Lebrija, y me dijo que fuera a ver a Vila a la enfermería, pero dejé pasar un poco el tiempo a ver si mejoraba. Pero fue a peor y se me nubló la vista y me mareé. Fue entonces cuando me dí cuenta de que algo estaba fallando y fui a la enfermería". Allí le tomaron la tensión y estaba descompesada. Al hacerle un electrocardiograma se apreció un funcionamiento irregular del corazón, siendo evacuado de inmediato al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, quedando ingresado. Si la celeridad del equipo médico de la Maestranza en decidir su evacuación no hubiera sido tan rápida quizás estaríamos hablando de consecuencias fatales. Los médicos determinaron en ese mes de abril que había sufrido una angina de pecho y su corazón había quedando resentido con una lesión, una 'cicatriz'. Desde entonces ha estado en un tratamiento combinado de ejercicio, pastillas y dieta, "y había mejorado", comenta el torero desde la cama hospitalaria en Sevilla. "Mi amigo Morante me dijo que trabajara de nuevo en su equipo como veedor de sus corridas, porque tenemos un concepto muy parecido del toro y confía mucho en mí. Es lo que he estado haciendo este escaso tiempo, porque otra vez me ha vuelto a repetir esto y ahora van a hacer un estudio más completo". El equipo vascular del hospital sevillano va a hacerle una prueba complicada y dura al torero sevillano, de 35 años. Consiste en una prueba de contraste y fuerza. Se le introducirá vía catéter un líquido de contraste que llegue a todas las venas que rodean su corazón y se le pondrá en la cinta para forzarlo y saber cómo reacciona ante distintos niveles de esfuerzos. "En estos momentos me han dicho los médicos que me bombea el 40% de sangre del corazón, lo que me está provocando otras consecuencias. Van a determinar el alcance de la lesión del corazón para poder implantar el tratamiento a seguir". Corona dice sentirse "tranquilo, aunque triste. Creo que va a ser muy difícil poder volver a vestirme de torero. Llevo en esto toda la vida y no lo asumo. Estoy también en manos de un psicólogo que me presta ayuda. Llevo toda mi vida en esto, y pensar en no poder sentir el miedo de vestirte de luces, el 'vamos pa´lante torero' que le grito al matador desde el burladero, el subidón que te entra cuando sientes el aliento del toro al cuadrarle en un par en la cara,… Eso es muy duro, no termino de asimilarlo. por las mañanas estoy mejor de ánimos, pero por las tardes me vengo abajo de moral". Manolo Corona permanece en el hospital sevillano acompañado por su madre y su mujer, Carmen. Corona es padre de tres hijos: dos chicas y un varón. Fue un torero muy incipiente. En el año 1986, con apenas 15 años, fue declarado 'Triunfador' del Ciclo de Novilladas de Promoción del mes de julio en la Maestranza, ganando el vestido de luces. Precisamente fue el año en el que el empresario Diodoro Canorea recuperó estos festejos de noveles tras varios años en el olvido. El triunfo le sirvió para torear el año siguiente hasta cuatro novilladas con picadores en la plaza de Sevilla. En total, Manolo Corona ha hecho 16 paseíllos en la Real Maestranza, incluyendo la tarde del 15 de agosto de 1994, día de su alternativa con José Luis Parada y Pepín Liria. Su última actuación en la Sevilla fue en una corrida de toros de Prieto de la Cal en la preferia de 1997. El empresario Canorea, ante la presión de diversos toreros sevillanos necesitados de torear, decidió anunciarlos juntos en esta corrida: seis toros para seis sevillanos. Hicieron el paseíllo Franco Cardeño, Manolo Corona, Juan Antonio Cobos, José Luis Peralta, Niño del Tentadero y José Antonio Muñoz. Ninguno de ellos se vistió más de luces. El peor parado fue Jesús Franco Cardeño, que sufrió una grave y terrible cornada en el rostro al recibir al primero a portagayola, quedando desfigurado. Hoy día gestiona una tienda de recuerdos sevillanos en las cercanías de la Maestranza. Los demás sevillanos de aquel cartel -incluyendo Corona- se hicieron banderilleros, excepto José Luis Peralta, que es apoderado. Hay que apuntar en esa corrida una oreja para el astigitano Niño del Tentadero.
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