PASEÍLLO DE LUJO

La afición, virgen y mártir

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La Maestranza, la plaza de los 'silencios'.
La Maestranza, la plaza de los 'silencios'.

«…Esa afición silenciosa en los medios y en la plaza; y entregada y rendida en la taquilla, tiene bastante culpa de que la plaza de Sevilla, gracias a sus gestores y propietarios, haya llegado a esta situación lamentable. Sólo tenía la afición dos armas: la reprobación pública (en el coso, en los medios y en la calle) y la deserción en taquilla. Y ninguna ha utilizado…»

Enrque Piriz.-

     Con motivo del total desencuentro, ya absolutamente confirmado, entre un grupo de matadores y la empresa Pagés (arrendataria de la plaza de Sevilla) han sido muchos los comentarios que señalan a la afición de dicha plaza, como la gran e injustamente perjudicada en este asunto. Sería interesante que nos preguntáramos, con toda honradez: ¿es la afición completamente inocente? ¿no tiene culpa de nada?

     La afición de Sevilla (de cuya extensión y calidad habría mucho que hablar) y el público en general, han permitido a la empresa Pagés todo tipo de tropelías y le han tolerado toda clase de desmanes. A los Pagés y de rebote a los propietarios de la plaza, detrás consintiéndolo todo.

     La afición muda (‘callada como una puta’, que diría el castizo) tanto en la plaza como en los medios. Los propios medios, en su mayoría aquiescentes cogedores de pases de favor. El público, en las taquillas comprándolo todo a precios desorbitados. Con las excepciones de siempre. ¿Cuándo han sentido los Pagés los reproches de la afición hacia sus actuaciones? ¿Quiénes los han censurado públicamente? ¿Cuándo han escuchado una pitada en la plaza? ¿Cuándo se han visto con el papel sin vender?

     Esa afición silenciosa en los medios y en la plaza; y entregada y rendida en la taquilla, tiene bastante culpa de que la plaza de Sevilla, gracias a sus gestores y propietarios, haya llegado a esta situación lamentable. Sólo tenía la afición dos armas: la reprobación pública (en el coso, en los medios y en la calle) y la deserción en taquilla. Y ninguna ha utilizado.

     Hay quien dice que cada pueblo tiene los gobernantes que se merece. Quizá también las aficiones tienen los empresarios que se merecen. Y esta los merece en justo castigo a su pasividad, a su dejación, a su abulia, a su desidia, a su apatía… a su falta de verdadera afición. La afición de Sevilla: virgen en la repulsa y mártir en la taquilla. ¡Y así le va!


*Enrique Piriz es abonado a la plaza de la Maestranza. / Publicado en el blog ‘Paseíllo de lujo’.

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