LA TRONERA

En bandeja

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«…Nadie mueve un dedo, que el conflicto, veto, órdago o como se llame, lo de los cinco grandes y posiblemente uno más contra Canorea, al que se le calentó la boca y merecía una respuesta, apenas ya nos inmuta. Si Canorea merecía una respuesta contundente en lugar de eso, que se entendería, han soltado una bomba con cargamento químico en sus entrañas…»

Manuel Molés.-

     Navidad, tiempo de paz. Menos en el mundo del toro. Somos pocos pero mal avenidos. Y no parece lógico porque cuando suenan tambores de crisis añadimos los tambores de la guerra. Hay un momento en que quedan tantas cosas por hacer y solucionar y nadie mueve un dedo, que el conflicto, veto, órdago o como se llame, lo de los cinco grandes y posiblemente uno más contra Canorea, al que se le calentó la boca y merecía una respuesta, apenas ya nos inmuta. Pero volviendo al tema: si Canorea merecía una respuesta seria y contundente en lugar de eso, que se entendería, han soltado una bomba con cargamento químico en sus entrañas.

     Canorea se pasó. Pues se le pide que se modere y haga examen de contrición, que es capaz de hacerlo porque ahora que todo el mundo le pone a bajar de un burro, debo decir que Eduardo, tipo inteligente y punto mordaz, siempre ha tenido acerado el filo de la lengua pero no es inflexible ni de mollera cerrada. Vamos: que las cosas se podrían arreglar de otro modo y más en tiempo de supuesta Navidad. Y ojalá se arregle no sólo por el roto y el descosido que supone este pulso a muerte. Que se arregle para ver si hay tiempo de solucionar lo otro, lo vital, lo que pare la caída de festejos, de gente, de aficionados, de futuro,…

     Por eso, Dios mío, que se arregle y que se orille lo de Sevilla que es pecata minuta con la que está cayendo. Lo repito por última vez: o hacemos una Fiesta para aficionados, o salvamos las ganaderías, o buscamos soluciones para las novilladas que desaparecen, o bajamos los precios pero de verdad, o se recicla esto o nos vamos a quedar con una Fiesta que se achica cada año. Y si seguimos así nos va a pasar la apisonadora por encima. Por eso digo que se lo ponemos en bandeja a los antis, a los políticos, al futuro que también lo tenemos de espaldas.

     Pero hay remedio, pero se acaba el tiempo. Sevilla no es más que un disparate que ojalá se arregle. Sevilla es la pata de un banco que se nos va de las manos. Navidad, Nochevieja, tiempo de supuesta paz… por favor: apuntalemos un poco el futuro y paremos la cuesta abajo. Ahí es donde todos debemos estar unidos.


*Manuel Molés es periodista taurino. / Publicado en la revista ‘Aplausos’.


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