«…Parece claro que los empresarios de ferias medianas como Córdoba o Jerez sólo pueden contratar a José Tomás o a Morante; los dos juntos es arriesgar demasiado. Y han escogido al madrileño: José Tomás estará en Córdoba y Jerez (y en Badajoz); Morante, no. José Antonio debe ser flexible en «sus» plazas para salir catapultado y rentabilizarlo en otras plazas de mayor poder económico como las francesas o las del norte…»
Francisco Mateos.- Van pasando una tras otra y siempre la misma problemática: que si Morante entra, que si Morante no entra. Y se presentan los carteles de una feria, y otra, y otra… Es verdad que con 25 se basta el sevillano este año, pero es que a estas alturas aún no tiene definidas ni las 25. La de Vistalegre pasada, dos en Sevilla, tres en Madrid, dos en Zaragoza y una en Roquetas, más unas cuatro plazas a punto de cerrarse; la mitad. Supongo que es un númro asequible, a pesar del fuerte precio que se ha de pagar para contratarlo, y que finalmente se llegarán a esos 25 paseíllos. Pero choca que Morante sólo esté dos tardes en Sevilla, que no esté en Jerez, ni en Córdoba, que esté complicado lo de Huelva, Granada,… casi seguro que también El Puerto será difícil a ese fuerte dinero con lo asfixiado que quedará el nuevo empresario con el sablazo del canon del Ayuntamiento… Son sitios 'de' Morante, donde el aficionado no va a la plaza a ver a Morante, sino a paladearlo. El toreo de Morante tiene su especial significado y fuerza en plazas tradicionalmente suyas. Jerez, Córdoba, El Puerto… Ahí es donde se mueve el aficionado que más y mejor entiende al sevillano. De momento, el aficionado sevillano sólo sabe que lo podrá ver en la Maestranza dos tardes, pero tras quedarse fuera de Jerez y casi seguro de Córdoba, y con la más que complicada presencia en El Puerto o Huelva, ¿dónde más lo va a poder ver en plazas cercanas a Sevilla? A Morante le seguimos los sevillanos a estas plazas vecinas gaditanas, cordobesas y onubenses, pero es pasarse de tuerca pedirles a los sevillanos que vayan más allá de Despeñaperros a verle… Morante es del sur, y en el sur está su sitio. Parece, además, que el nuevo 'entorno' de Morante lo está 'desevillanizando'. Tras comunicar su reaparición ha ofrecido dos ruedas de prensa: una en México previa a su reaparición en esta plaza, y otra en Madrid también previa a su reciente reaparición en Vistalegre. Antes, sus ruedas de prensa las focalizaba en Sevilla, como cuando anunció que se retiraba. Morante es sevillano y es 'contra natura' despersonalizarlo de su entorno. Él sabrá la opción que escoge, pero 'nadie te quiere más que tu madre'. En ninguna otra parte se le va a querer más a Morante que en Sevilla y sus provincias colindantes. Por eso no debería haber permitido torear sólo dos corridas en Sevilla, ni quedarse fuera de Jerez, ni fuera de Córdoba, ni las más que complicadas presencia en Huelva, El Puerto o Granada. La pasta no lo puede ser todo. Hay que saber sopesar las circunstancias. En la reaparición de Vistalegre, dos tercios de plaza y una oreja en el sobrero que regaló. En plazas como Jerez, Sevilla o Córdoba, el público entiende perfectamente a un artista como Morante, y se le anima para que se crezca ante la adversidad, si ésta llega; en otras plazas no. Y eso puede hacer mella en el ánimo de Morante de no salir las cosas 'rodadas' en cada una de las 25 tardes. Parece meridianamente claro que los empresarios de ferias medianas como Córdoba o Jerez sólo pueden contratar -presupuestariamente- a José Tomás o a Morante; los dos juntos es arriesgar demasiado. Y han escogido al madrileño: José Tomás estará en Córdoba y Jerez (y en Badajoz); Morante, no. José Antonio debe ser flexible en 'sus' plazas para salir catapultado y rentabilizarlo en otras plazas de mayor poder económico como las francesas o las del norte. Morante está descuidando a su público más fiel, a sus plazas emblemáticas e incluso a la prensa que le ha ayudado desde becerrista. Si el año pasado con la decisión de que lo apoderara el singular Paula era añadir dificultades, esta nueva temporada, con la decisión de los fuertes honorarios y un apoderado desconocido, son ganas de ponerse de nuevo complicaciones que incidan en la tranquilidad y relajación que debe tener un torero de la sensibilidad de Morante, más allá de tardes de rabia y rebeldía toreras. Al final se está hablando más del dinero que pide Morante que del arte de su tauromaquia. Y ya que es el propio torero el que ha puesto en candelero sus honorarios no estaría de más saber cuánto pide por torear en plazas como Jerez o Córdoba para que no se lo paguen, y así decidir si tiene razón el empresario o el torero. Porque, al fin y al cabo, sólo necesitamos una respuesta: ¿cuánto cuesta Morante de la Puebla?
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