¿Cuál es la ventaja de ser abonado en Sevilla? Ninguna

martes 30 octubre, 2012

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La plaza de Sevilla ha perdido unos 3.000 abonados en cuatro años. (FOTO: Javier Martínez)

«…Canorea (y ahora también la propiedad) andan preocupados por el bajón de abonados, pues en cuatro años se han perdido cerca de 3.000 abonos y, lo peor de todo, es que no conocen dónde está el suelo. La Tauromaquia, no nos olvidemos, es patrimonio del pueblo. Sin pueblo, no hay Tauromaquia…»

Raúl Delgado.-

Por las oficinas de la empresa Pagés están pasando distintos aficionados, llamados por Eduardo Canorea para que le den su opinión ‘sobre la situación de la plaza’. Están haciendo (sin saberlo) una especie de ‘tormenta de ideas’ o brainstorming. Lo curioso es que me dicen que son aficionados de la ‘cuerda’ de la empresa. A día de hoy, no ha existido contacto alguno con la Unión de Abonados de Sevilla, por ejemplo.

Hasta aquí la noticia. Ahora la interpretación. Ya les dije el año pasado que Canorea (y ahora también la propiedad) andan preocupados por el bajón de abonados, pues en cuatro años se han perdido cerca de 3.000 abonos y, lo peor de todo, es que no conocen dónde está el suelo.

La idea de llamar y hablar con los aficionados y clientes me parece muy bien. Pero se debería llamar también a aquellos que piensan diferente. Y sobre todo, que no sea necesario llegar a una situación de crisis para hacer algo que debería ser frecuente: la existencia de un feedback o retroalimentación con los aficionados y público. La Tauromaquia, no nos olvidemos, es patrimonio del pueblo. Sin pueblo, no hay Tauromaquia.

Si a mí me preguntara Canorea, yo le diría lo siguiente: «Póngase en lugar de un abonado medio y pregúntese: ¿Cuál es el beneficio de ser abonado de la Maestranza?». A mí no me sale ningún beneficio. Ya ni tan siquiera el tener un asiento asegurado, que hasta ahora es el que se aducía, pues al haber cada vez menos abonos hay más facilidad de encontrar entradas sueltas y sitios que gustan. Que empiece contestándose la pregunta.

*Publicado en el blog ‘Los toros en el siglo XXI’

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