Tarde infumable y de bostezos marcada por el comportamiento manso, descastado y flojo de los toros de El Ventorrillo. Iván Fandiño y Jiménez Fortes fueron ovaciones en el segundo de sus respectivos toros. Diego Urdiales se marchó entre silencios.
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¿Toros? Animales mansos, flojos, a la defensiva, agotados, que, para colmo, carecen hasta de la deseada nobleza |
Manuel Viera.-
El cielo cárdeno amenazante de lluvia y el viento frío que hiela las gradas de los tendidos altos de la Maestranza hizo insoportable tan infumable tarde. La primavera en Sevilla se ha trasformado en otoño molesto y desagradable que nada bueno presagia cada tarde de toros. ¿Toros? Animales con hechuras de ‘bravos’, de finas y punzantes arboladuras que deambulan por el inmenso ruedo maestrante sin un gramo de casta en sus adentros. Animales mansos, flojos, a la defensiva, agotados, que, para colmo de desdicha del toreo moderno, carecen hasta de la deseada nobleza.
Porque ni embestidas nobles tuvieron en los engaños cuatro de los cinco lidiados de El Ventorrillo. Desastroso comportamiento de unos toros que decepcionaron a una gente que aguanta la adversa climatología y también el sinsentido de un espectáculo venido a menos. En cierta forma, es lo que hay.
A las dificultades del toro se unió un querer y no poder de una terna ilusionante. Diego Urdiales es uno de esos toreros que han estado relegados a una posición marginal sin que nadie pueda explicar verdaderamente el por qué. Sus formas son auténticas y tampoco le falta a su toreo comunicatividad. Tal vez el hecho de no tener una estética al uso, no ha contribuido a popularizar su imagen. En realidad hoy, Diego, ha estado vulgar. Tardó en demasía ver al manso y difícil primero, y entre probaturas y la inseguridad que le provocaba el molesto viento, le pasó su tiempo. Tras la estocada y el descabello ‘escuchó’ su primer silencio.
También tuvo la misma manifestación del público tras la lidia del cuarto, un sobrero del mismo hierro ganadero, bronco y de nula calidad en su ir y venir a los engaños. Más movilidad, sí; casta no. Con él, Urdiales, tuvo sus razones para intentar con la zurda un toreo sobrio y profundo, más aún, cuando en los primeros muletazos atisbó la posibilidad de hacerlo trascender, pero no hubo manera. Acabó con un toreo por bajo y genuflexo y una estocada precedida de pinchazo.
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El único toro de El Ventorrilo que acudió a las telas con nobleza fue el flojo quinto, al que Iván Fandiño lo recibió de capote con suaves lances a la verónica. Después se adentró sin disimulo en un laberinto de pases, prologados por uno ajustadísimo cambiado por la espalda atornilladas las plantas en la arena, sin conseguir poner en orden una faena de buenos muletazos diestros de mano baja y notables, aunque aislados, naturales sin demasiado contenido emocional. Tras la estocada saludó a la ovación. Al descastado primero, parado y a la defensiva, lo toreó despacio y asentado a la verónica, cosa que no pudo hacer con la muleta. Faena de intenciones a derecha e izquierda sin que lo hecho pasara de unas tremendas ganas de agradar. Se paró el toro y se acabó el toreo. Perfecta la estocada en su ejecución. |
El toreo de Jiménez Fortes, pese a mantenerse dentro de un tono de autenticidad sin demasiadas estridencias, escaseó con el astifino –el pitón izquierdo era un puñal- manso y descastado tercero. Firme y seguro, el malagueño, lo intentó todo para no conseguir nada. Se la jugó al final del trasteo consiguiendo sólo algún que otro muletazo de mano baja, para terminar con unas formas encimistas demostrativas de su característico valor. Mató mal
Al sexto, un sobrero de Montealto tardo en sus embestidas aunque noble, le realizó una faena incisiva, basada en un alarde de valor y recursos, de minuciosa concentración, con algunos naturales sueltos que se adaptaron a la perfección a las dificultades del toro. El hondo muletazo desplegó la intensidad de un toreo que se quedó a medias, pese a epilogar con su ya acostumbrado arrimón. Y esta vez mató bien.
AL NATURAL |
Cemento
Francisco Mateos.- Cemento. Ese ha sido el ‘abonado’ más destacado del primer tramo de la Feria de Abril que ha concluido con la corrida -mala, mala, mala- de esta tarde. Según la empresa, la culpa es exclusivamente de la crisis económica, que ahoga a los andaluces y le obligan a recortar gastos, entre ellos tener que prescindir del abono de toros. Caeo por su peso, es un motivo fundamental, pero ¿el único? Según otros que tendremos que estar ‘locos’ por ver más allá, el fuerte desceneso de la calidad de los carteles con sonadas ausencias, el hartazgo de la empresa Pagés que va camino de estar 100 años como gestor de los carteles y su falta de atención a la afición sevillana, el inmovilismo empresarial más allá del sota, caballo y rey de cada año, los carísimos precios,… |
Pero ya ven, una imagen vale más que mil palabras y cemento, cemento y cemento. Poco más de 3.500 abonados actuales deberían encender todas las alarmas del toreo, pero parece que con media placita y carteles de coste baratito se salvan los muebles, y a otra cosa…
Una vez comprobado la gravedad de la situación durante este primera tramo del ciclo ferial, en el que queda patente que al abono le sobran un mínimo de cuatro festejos de preferia, a partir de mañana viernes comienza el desfile de crateles con las figuras y los nombres de toreros más llamativos. Se podrá entonces valorar desde otra perspectiva la gravedad del asunto, ya que es cuando la plaza se debe llenar y colgarse los ‘No hay billetes’. Vendrá más gente, obvio. ¿Pero la que tendría que ser? Veremos y analizaremos.
MEDIA BELMONTINA |
Los elefantes del Rey
Juan Belmonte.- Volvemos a la selva. Lo dije. Proclamaba yo el toro de Sevilla, terciado y embestidor, el de siempre, el de la movilidad. Volvemos a la selva. Soy consciente que no sólo es cuestión de peso y fuerza, sino de raza… pues de eso, tampoco. Los elefantes de El Ventorillo se cargaron la corrida. Y cuando nos alegrábamos de que al menos la corrida iba ‘ligerita’… ¡toro al corral Cabestros, tiempo…. Y cuando comento que me gusta la solvencia de Fandiño, se pone pesado, pesado, pesado con el quinto. Y cuando creo que Urdiales aprovechará los menos malos… ausente, sin ideas…. ¿y otro toro al corral…? ¿qué hago yo aquí?. Fortes se arrimó con el de Montealto… y las nueve de la noche… vaya tela. El Rey no debió ir a Africa… ¡a Sevilla y sin errar un solo tiro! |
LA CORRIDA, AL COMPÁS |
Tu escaparate… Sevilla
Fernando Naranjo.- ¡Ay… Sevilla… mi Sevilla! Háblame de tus corrales El usía del festejo |
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De rico oro y verde aceite Y de Orduña ese moreno También llegó un malagueño, |
GALERÍA GRÁFICA (lopezmatito.com) |
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GALERÍA GRÁFICA (Paco Díaz) |
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OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez) |
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PUERTA DEL PRÍNCIPE (Javier Martínez) |
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