Ocurrió el pasado viernes en la Peña Taurina «El Cid» de Guillena (Sevilla). Antes de comenzar el coloquio con los aficionados locales, un niño se acercó con su pequeño capote lleno de ilusión navideña al torero de Salteras para pedirle que firmara en su reverso. Aún hoy, en época de consolas y juguetes tecnológicos, hay niños que sacian sus deseos navideños con un simple capote lleno de magia para emular a sus maestros.