Luque apunta alto

Buen ambiente en el festival solidario de Aznalcóllar, con triunfos para todos los actuantes. Destacó la labor de Daniel Luque a su segundo, un bravo astado de la ganadería de Martín Lorca que fue premiado con la vuelta al ruedo. Bien El Cid y el rejoneador Manzanares. Debutó con acierto el joven Alfonso Cadaval.

Eduardo López.-

     Buen ambiente y magnífica temperatura -casi primaveral- en la plaza de toros portátil instalada en la localidad sevillana de Aznalcóllar, donde no es habitual que se ofrezcan festejos taurinos. Se buscaba una recaudación extra para dos asociaciones de Aznalcóllar y Gerena que ayudan a personas con alguna discapacidad, y encontraron la solidaridad y ayuda de toreros y ganaderos para lograr el noble objetivo.

     El joven rejoneador Manuel Manzanares se enfrentó a un toro de Murube con poca trasmisión ante los caballos, pero el jinete de apellido torero dinástico colocó banderillas con mucha habilidad y le agradecieron el esfuerzo.

     Manuel Jesús ‘El Cid’ toreó con gusto a su primero, un novillo muy noble y con mucha calidad, pero la poca fuerza del animal deslució lo que podía haber sido una gran faena. A su segundo, el de Salteras le sacó pases sueltos que el público supo valorar en su justa medida.

     Espectacular actuación del sevillano Daniel Luque, que ha demostrado estar en muy buen momento en el inicio de temporada. Su primero de lote resultó muy molesto para el toreo en redondo, pero el arrimón de Daniel hizo olvidar lo complicado de la embestida del animal. Al segundo, de Martin Lorca, le pudo aplicar todo su repertorio. Un toro con bravura y de embestida incansable, con el que se gustó Luque, ofreciendo la verdadera dimensión de su buen concepto del toreo. Vuelta al ruedo para el animal.

     Debutaba en público el joven sevillano Alfonso Cadaval, hijo del humorista César Cadaval, de Los Morancos, gran aficionado a los toros. Toreó con gusto, dejando naturales muy templados. Sorprendieron sus maneras, porque se le vio templado y tranquilo. Demostró detalles de calidad para el poco camino recorrido.

     El sobrero fue lidiado por todos los actuantes, incluyendo al sobresaliente Antonio Fernández Pineda.