«…el brindis de Gallito no era mal recibido. Porque hay que ver, con excepciones como el que pintó Fernando Botero o los carteles soñados en el de Carmen Laffón, los adefesios que adornan la Sala de Carteles del templo maestrante…»
Luis Carlos Peris.-
Estábamos el otro día en agradable tertulia con amigos que además coinciden en gustos y aficiones con un servidor y nos contemplaban esos carteles que los maestrantes encargan a precio de oro para anunciar los fastos de la temporada en el templo de Tauro, en ese templo de Tauro que mira a Triana por encima del río. Acababa de ser develado el cartel de este año y las opiniones, como es habitual, se dividían.
Sin embargo, como el listón de esos carteles no está muy allá que digamos, pues el brindis de Gallito no era mal recibido. Porque hay que ver, con excepciones como el que pintó Fernando Botero o los carteles soñados en el de Carmen Laffón, los adefesios que adornan la Sala de Carteles del templo maestrante. Viendo lo que se cuelga en esas paredes, la verdad es que el brindis de José, aun con la patochada de los confetis, tiene algo que ver con lo que se intenta publicitar, conque menos da una piedra.
*Luis Carlos Peris es periodista sevillano. / Publicado en Diario de Sevilla.
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