«…Y como no podía ser de otra manera, es un nazareno y oro, ¿de qué otro color se le puede regalar al Gran Poder un vestido de torero? Nazareno y oro, torero y penitencial a un tiempo, el color idóneo para que el Señor de Sevilla lo disfrute como mejor disponga. Es un terno que Manuel Jesús ‘El Cid’ estrenó en Sevilla y que se puso en Madrid para matar una de Victorino…»
Luis Carlos Peris.-
Aunque los camarines de Sevilla son ricos en sayas confeccionadas con vestidos de luces, en el Gran Poder no había constancia de ello hasta que esta semana se recibió un terno de torero. Y como no podía ser de otra manera, es un nazareno y oro, ¿de qué otro color se le puede regalar al Gran Poder un vestido de torero? Nazareno y oro, torero y penitencial a un tiempo, el color idóneo para que el Señor de Sevilla lo disfrute como mejor disponga.
Es un terno que Manuel Jesús ‘El Cid’ estrenó en Sevilla y que se puso en Madrid para matar una de Victorino. Fue en un acto intimista, entrañable, muy de cuarto de los cabales y en el que se emocionó profundamente el torero ante la cercana y sobrecogedora visión del Cisquero. Luego, ante una cerveza en el corazón de Eslava, Manuel Jesús seguía como en trance y levitando porque un vestido suyo sea ya del que está en San Lorenzo. Nazareno y oro, además…
*Luis Carlos Peris es periodista sevillano. / Publicado en Diario de Sevilla.