Brillante festival taurino de rejoneo el celebrado esta mañana en la plaza de toros portátil instalada en Sanlúcar la Mayor. Destacó, a gran distancia, la maestría y la espectacularidad de Diego Ventura. Álvaro Montes volvió a demostrar su doma clásica y usó la garrocha. Francisco Palha fue el positivo descubrimiento del festejo.
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Redacción.-
Éxito del festival del arte del rejoneo celebrado esta mañana en la plaza de toros portátil levantada en los terrenos del reciento ferial de Sanlúcar la Mayor. Lleno a rebosar en los tendidos y actuaciones de calidad de los jinetes en el ruedo. Objetivo, por tanto, cumplido por parte de la Hermandad del Rocío local, que además buscaba recaudar algunos fondos para destinarlos a la construcción de una casa-hermandad en la aldea del Rocío.
Se han lidiado seis ejemplares de la ganadería de Fermin Bohórquez, correctosde presentación y de buen juego. El jinete jiennense Álvaro Montes volvió a demostar su sentido de la doma clásica, con aires muy camperos, recibiendo al primero de la mañana en toriles con la garrocha.
El rejoenador sevillano Diego Ventura está en su mejor momento y en Sanlúcar la Mayor ha estado cumbre, destacando un gran par de banderillas a dos manos y deleitando a los aficionados con sus habituales e inverosímiles piruetas a caballo.
Francisco Palha fue toda una sorpresa para muchos. Dio la impresión de un rejoneador muy cuajado, con una faena de alta nota en su astado. El punto más álgido de su trasteo fue un par de banderillas al quiebro muy ajustado.
Andrés Romero, en cambio, no tuvo su día; parecía tener las manos de trapo: casi que no fue capaz de clavar una banderilla hasta el quinto o sexto intento. Eso sí, es un buen jinete haciendo piruetas. El festejo concluyó con las actuaciones de dos jóvenes pormesas, que cumplieron muy decorosamente: César Martín y Diego Vicente, este último primo de Diego Ventura. Ambos usaron caballos de Diego Ventura.
GALERÍA GRÁFICA (López-Matito) |
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