REAL MAESTRANZA - Final novilladas promoción

Los goleadores no marcaron

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El deslucido juego de los erales de Espartaco deja la final del ciclo de promoción sin trofeos ni un triunfador claro. Tomás Angulo, Brandon Campos y José Ángel Fuentes, que habían cortado cada uno dos orejas en los festejos clasificatorios, se conformaron en esta ocasión con una vuelta al ruedo por coleta.

LA FICHA

 

ERALES: Se han lidiado erales de Espartaco, desiguales de presentación, deslucidos, mansos y con poca clase. Se dejaron algo más tercero, cuarto y quinto.
 

NOVELES:Tomás Angulo (Escuela de Badajoz), de grana y oro, saludos y vuelta al ruedo tras petición de oreja con aviso y bronca al presidente.
Brandon Campos (Escuela Fundación ‘El Juli’), de blanco y plata, palmas tras aviso y vuelta al ruedo.
José Ángel Fuentes (de Villanueva de Mesía, Granada), de grana y oro, vuelta al ruedo tras petición de oreja y bronca al presidente, y silencio tras dos avisos.
 

INCIDENCIAS: Media plaza.


 

Francisco Mateos.-

     El ambiente de la plaza sigue y permanece vivo, con esa forma especial de entender estos festejos de promoción, familiares y amistosos, de padres con hijos y pandillas de adolescentes, pese a absurdas medidas extremistas en el acceso a la plaza sobre innecesarias medidas de seguridad, cuando jamás ha pasado nada en estos festejos. ¿Pero aún no se han dado cuenta de que el público de la Maestranza es bendito?

 

 

  

SECCIONES

GALERÍA GRÁFICA
(Toroimagen-Paco Díaz)
GALERÍA GRÁFICA
(López-Matito)
OTRAS IMÁGENES
AL NATURAL
Cuando regresa el pasado

 

     Y todo este ambiente distinto, personal, nuestro, de estas noches agobiantes de verano, tienen su proyección en la forma de entender y valorar lo que ocurre en el ruedo. Y en el ruedo -no se olvide- no están ni Juli, ni Manzanares, ni José Tomás -bueno, este último ni está ni se le espera en Sevilla con la empresa Pagés-, sino tres jóvenes toreros, principiantes, noveles… aspirantes. Estos calificativos lo afirman: son incipientes toreros en periodo de formación y por tanto con lógicas carencias y lagunas; no llevan a sus espaldas 50 corridas de toros y seis años de experiencia. Y por eso la vara de medir debe ser obligadamente distinta al resto de la temporada.

     Los tres finalistas llegaban a este festejo precedidos de triunfos de dos orejas; unos más o menos importantes, más o menos justos, pero eran los finalistas elegidos. Eran los ‘pichichi’ del ciclo, con dos tantos cada uno en el partido previo. No contaban que en la final podían jugar con una balón desinflado. No fue novillada fácil. Los erales de Espartaco deslucieron el festejo, mansos y con distintas dificultades.

     Abría plaza esta noche Tomás Angulo. El extremeño de la Escuela de Badajoz se mostró en esta primera actuación torpilón con un eral con pocas fuerzas y tobillero. Hubo muchos desarmes y volteretas entre vanos intentos de querer robar algún muletazo. Sin duda lo mejor de Angulo fue la estocada final. Debieron leerle la cartilla los profesores de la Escuela de Badajoz a su aventajado alumno y en el cuarto salió más acelerado y entregado. Lo recibió a portagayola con limpieza. Después hubo un pique con el mexicanito Brandon Campos, echándose el capote a la espalda. Este novillo era bastante más manejable que su primero; más cuajado y serio. La faena fue siempre a más, aunque el granadino se las sabe todas y abusó de torear despegado; es listo. Apuntar que entre otros que no, algunos sí que fueron muletazos buenos y de verdad. Tras un pinchazo de nuevo amarró una buena estocada. El animal se fue a los medios con el hierro dentro y tardó en doblar. Ello puso un puntito más de emoción. Se pidió la oreja con cierta fuerza y mayoría, pero el presidente, que había negado la del tercero a José Ángel Fuentes con más fuerza en la petición, se mantuvo en su criterio (equivocado) y negó el trofeo.

     El manejable segundo fue para Brandon Campos, el mexicano que está aprendiendo el oficio en la Escuela madrileña de la Fundación ‘El Juli’. Brandon abusó del toreo de adornos y remates y hubo poco del fundamental en su primero. Estuvo la banda muy generosa con él -bueno, estuvo generosa toda la noche- y sonó el pasodoble. Mató de una estocada y sonó un aviso porque tardó en caer. El quinto también medio se dejó. Tuvo el bonito detalle de brindarle esta segunda faena a sus dos compañeros y rivales de la final. Fue brusco el eral, no terminaba de pasar en las dos primeras tandas de Campos. Fue entonces cuando el mexicano se decidió a abrir el compás de sus muslos, atornillar las zapatillas al albero y correr la mano con firme decisión. Y así, sí. Ahí sí llegaron algunos muletazos de mérito, largos y bien rematados.

     El granadino José Ángel Fuentes cuajó una primera faena de mérito. El tercero de la suelta fue un manso con genio en los primeros compases de la lidia. Fuentes lo fue ‘cosiendo’ a la muleta, dejándola planchadita muy cerquita del hocico y sin que llegara a puntearla. El gran secreto para que después llegaran buenos muletazos fue esa primera parte en la que se dedicó a mantener ‘imantado’ al astado en la muleta para que se entregara al final. Así, logró corregirle que se desplazara para las afueras en los remates de los muletazos, cuajando una segunda parte de faena de buena nota. Mató de estocada y se pidió la oreja con fuerza, pero el presidente, en contra de la mayoritaria petición, la negó, cabreando de forma innecesaria a los jóvenes aficionados de los tendidos. El sexto desparramaba la vista y todo resultó siempre deslucido, a pesar de la animosidad de una banda de música a la que esta noche parecía que le habían dado cuerda. Sin emoción en el astado, tampoco podía haber emoción en la faena. Se justificó el chaval, que se pasó de faena y le costó cuadrarlo para perfilarse con la espada, sonando dos avisos.


AL NATURAL

Cuando regresa el pasado

Francisco Mateos.- 

     Cuando la ínclita delegada de la Junta de Andalucía, la nefasta Carmen Tovar, dio a conocer el sorprendente nuevo presidente para este año en la Maestranza, reseñaba de su curriculum como aspecto que lo avalaba el haber sido torero; bueno, el haber querido ser torero. Dicho sea sin tinte peyorativo: yo también quise ser ingeniero industrial y también debuté en aquella plaza –facultad más bien-, pero muchos son los llamados y pocos los elegidos, y el señor Fernández Figueroa colgó pronto el vestido de torear y yo me dediqué a otra carrera más ‘aliviadita’. La cosa es que cuando se dio a conocer que un ‘taurino’ iba a ser presidente, de entrada, me provocaba cierto recelo. Ya saben lo que dicen siempre los torerillos: «como vosotros no os ponéis delante, no sabéis las fatiguitas que se pasa allí abajo y el esfuerzo que hay que hacer. Eso tiene más mérito de lo que se piensa…» Y es lógico pensar que uno que se puso delante pues sea más ‘sensible’ al ejercer de presidente respecto a la evaluación del esfuerzo de un torero.

 

Fernando Fernández Figueroa y su amiga Carmen Tovar, la delegada de la Junta de Andalucía que le ha nombrado presidente en la Maestranza sin experiencia anterior.

     Por cierto, y ahora que digo lo de ‘ponerse delante’; recuerdo una anécdota que me hizo un periodista taurino, al que un banderillero ‘resabiado’ le espetó tras leer la crónica de su matador: «pero cómo va ustad a saber lo que necesitaba el toro ni ‘ná’, si ‘usté’ jamás se ha puesto delante ni sabe lo que es eso», un reproche muy usual de taurinos a periodistas. El sagaz periodista, hábil de reflejos, le contestó muy serenamente al exaltado y abrupto banderillero: «Lleva usted razón: nunca me he puesto delante… pero usted tampoco. Se habrá puesto al lado, fuera de cacho, de perfil, al hilo del pitón, pero delante, lo que se dice delante… Si usted en su época hubiera tenido cojones para ponerse ‘delante’ y pasárselo por la barriga le aseguro que no estaría hablando aquí conmigo porque sería figura del toreo…».

     Pues ocurre que esta noche, el nuevo presidente Fernando Fernández Figueroa, proclamado presidente por amistad con la socialista Carmen Tovar, parece que ha querido demostrar todo lo contrario, que el haber sido torero (o haberlo intentado) no le influye para infringir mano dura desde el palco. Estas exigencias, con las figuras, pero con los principiantes… En el tercer y cuarto novillo (con mayor intensidad en el tercero) se pidió un trofeo para cada novel, de forma mayoritaria. El presidente Fernández Figueroa los negó. Se llevó sendas monumentales broncas y gritos de «fuera, fuera”. Quizás fuera que su zigzagueante criterio le llevó a ponerse esta noche extremista después de que por unanimidad se le criticara la concesión del segundo trofeo en la misma faena al mexicano Brandon Campos en una novillada clasificatoria. Estos festejos son distintos, donde los toreros no son tales, sino que se anuncian como noveles, aspirantes, y por tanto con lógicas carencias y lagunas en la técnica. Por otra parte, el público asistente no está acostumbrado a ver todos los días festejos taurinos como para tener un criterio altamente exigente. Por ello, querer aplicar a noveles en el ruedo y noveles en los tendidos la misma vara de medir que en la Feria de Abril es un error claro. Otra cosa es una segunda oreja. Pero que se le conceda una oreja a un chavalito que está aprendiendo no debe molestar a nadie, habiendo mayoría de petición.

     Espero que la drástica y muy exigente decisión del presidente de imponer esta noche tan rígida y dura vara de medir a los aspirantes no sea resentimiento del pasado. No recuerdo las actuaciones de este presidente Fernández Figueroa en el pasado. Me cuentan que llegó a actuar sin picadores en la Maestranza; quizás hizo todo lo que pudo con el material que tenía y le tocó un presidente que se puso en plan duro y le negó un trofeo. Espero que si así fuera, no haya actuado resentido y queriendo transmitir la ‘dureza’ que pudo recibir en su momento de la Fiesta, porque si él se puso ‘delante’ en el pasado en estas novilladas de promoción entenderá cómo se sentirán los dos chavales a los que negó una oreja pedida por mayoría, y cómo les habría ayudado en su incipiente carrera. Dicen los apoderados que «los cojones, al toro»; pues adapto la frase: «las exigencias, con las figuras».

P.D.: Por algún comentario como estos –creo que son su fondo de razonamiento y respetuoso- se ‘molestó’ hace algunos meses la presidenta Anabel Moreno, vetando desde entonces una entrevista a SEVILLA TAURINA. Espero que la entrevista que teníamos apalabrada el presidente Fernández Figueroa y yo para después del verano siga en pie… Aunque teniendo en cuenta que a ambos presidentes los nombra la ínclita Carmen Tovar, que es la vetadora número uno de SEVILLA TAURINA junto con la empresa Pagés, lo mismo Figueroa se suma al carro fácil de ‘su’ delegada y amiga. Veremos.

 


GALERÍA GRÁFICA (Toroimagen-Paco Díaz)

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Tomás Angulo.

Brandon Campos.

José Ángel Fuentes.

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José Ángel Fuentes.

José Ángel Fuentes.

 

 

Brandon Campos.  


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Tomás Angulo.

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Brandon Campos.

Brandon Campos.

 


 

OTRAS IMÁGENES

AVISO a los lectores.

Brindis de Brandon Campos a sus compañeros y rivales. (FOTO: López-Matito)

El novillo se le cuela hacia al cuerpo a Tomás Angulo. (FOTO: López-Matito)

Tomás Angulo. (FOTO: Toroimagen-Paco Díaz)

Tomás Angulo. (FOTO: Toroimagen-Paco Díaz)

El novillo empala a Brandon Campos. (FOTO: Paco Díaz)

 

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