«…Hace trece años que se fue en una plaza de carros sin avisar, sin ir mendigando corridas en una campaña de despedida. Trece años del hasta aquí hemos llegado para jamás volver a coger un capote, ese capote minúsculo con el que mecía la embestida del toro propicio…»
Luis Carlos Peris.-
Vuela el tiempo y caen en cascada los tacos de almanaque, que hoy cumple ochenta años un artista inmortal. El genio no tiene edad por mucho que hoy se convierta en octogenario, ya que su obra queda inmarcesible para que las generaciones venideras sepan que hubo una vez un torero que hizo sueño del toreo.
Hace trece años que se fue en una plaza de carros sin avisar, sin ir mendigando corridas en una campaña de despedida. Trece años del hasta aquí hemos llegado para jamás volver a coger un capote, ese capote minúsculo con el que mecía la embestida del toro propicio. Ha pasado el tiempo y sigue sin poder salir a la calle sin que despierte más expectación aún que cuando toreaba. La inmensa mayoría de los curristas de hoy, por razones obvias de la edad, nunca lo vieron torear. Y es que el toreo es tener un misterio y decirlo como lo dijo Curro Romero.
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