Alteración orden de lidia

Polémica de la presidencia en el primer festejo del año

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El delegado de la Junta de Andalucía en Sevilla, Ricardo Sánchez, y el presidente Gabriel Fernández Rey.

El palco de la presidencia de la Maestranza no ha tardado en abrir una nueva polémica en la recién estrenada temporada. El sexto toro de la corrida de ayer no salió al ruedo, sino el segundo sobrero. El equipo de presidencia ni se acercó a los chiqueros para comprobar la situación del toro, ni informó al público de la incidencia.

Francisco Mateos.-

     Acaba de arrancar la nueva temporada sevillana y ya hay primera polémica con la presidencia de los festejos taurinos en la Maestranza. En esta ocasión es el presidente Gabriel Fernández Rey, que no es precisamente en polémicas. En la corrida del Domingo de Resurrección de ayer, en vez de saltar al ruedo el sexto astado aprobado y sorteado de Hermanos García Jiménez, apareció el segundo sobrero, de Román Sorando; el primer sobrero ya había sido lidiado. Según explica el propio presidente en ABC-Sevilla, la empresa avisó al delegado gubernativo que ese sexto toro «no se levantaba, estaba echado y no atendía a levantarse». Según el propio presidente, «decidí que saliera el sobrero porque, con tres horas de festejo, no podíamos esperar a que el toro se levantara. Se le avisó al torero y a su cuadrilla. Lo que más me preocupó fue que la tablilla salió equivocada».

     Efectivamente, ni se anunció de forma correcta la tablilla sobre toriles, ni se usó la megafonía para informar de la destacada y singular incidencia a los aficionados, que como suele ocurrir, nadie piensa en ellos, y la presidencia de Sevilla menos aún. Es curioso que no se acercara el delegado gubernativo a los toriles y pudiera ver por la trampilla qué le ocurría a ese toro dentro de los chiqueros, e informar directamente al presidente. Fernández Rey afirma que «no puedo mandar a nadie y perder veinte minutos». No es cierto que se tarde veinte minutos en recorrer el callejón hasta toriles y asomarse, y hacer una llamada al palco. Termina el responsable de cualquier incidencia que se produzca sobre estas cuestiones durante la corrida que «me tuve que fiar de la empresa». Delegados gubernativos que han ejercido en la plaza sevillana afirman que esa comprobación debió hacerla directamente el equipo de presidencia, con su delegado de callejón; no cabe ‘delegar’ esta incidencia en la propia empresa organizadora del festejo.

     Según el mencionado medio, el toro fue embarcado tras la corrida al camión y transportado sin mayor problema a la finca ganadera. De nuevo un patinazo del palco presidencial, una dejadez del cello en sus funciones, una desinformación al público… Y todo bajo el amparo de una Junta de Andalucía del Partido Popular que mira hacia otro lado en materia taurina.

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