REAL MAESTRANZA - 10ª Feria de Abril

Tomás Rufo, por la Puerta del Príncipe con verdadera facilidad

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Tomás Rufo, a hombros por la Puerta del Príncipe por segunda Feria de Abril consecutiva.

El diestro toledano Tomás Rufo ha cortado tres orejas y, como manda el Reglamento, abre la Puerta del Príncipe en la interesante, aunque floja, corrida de Jandilla. Por segundo año consecutivo logra el máximo premio en la Real Maestranza. José María Manzanares y Pablo Aguado fueron silenciados.


 SEVILLA / Corrida de toros 

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de Jandilla; el segundo, lidiado como sobrero. Aceptables de presentación, de nobles embestidas y poca fuerza generalizada. El mejor fue el bravo tercero. Tuvieron calidad en su embestidas, aunque se pararon pronto, primero, cuarto, quinto y sexto. Manso y de escaso fondo el segundo.
ESPADAS: –José María Manzanares (de azul marino y oro), saludos tras aviso y silencio.
Pablo Aguado (de corinto y oro), silencio y silencio.
Tomás Rufo (de gris plomo y oro), dos orejas y oreja.
CUADRILLAS: Saludaron tras parear Diego Vicente, Juan Sierra, Andrés Revuelta y Fernando Sánchez. De nuevo destacó a caballo el picador Manuel Jesús ‘Espartaco’,
INCIDENCIAS: Dos tercios de plaza.


Manuel Viera.-

     Urge hacer una revisión del palco presidencial de la Maestranza a modo de unificar en lo posible, dada la subjetividad del toreo y la sensibilidad y afición de cada uno de los presidentes que lo ocupan, los criterios que han de regir para mantener la credibilidad de tan importantísima plaza de toros. La Puerta del Príncipe debe ser el gran honor para el torero que alcanza la gloria de una forma excepcional, y no para convertirla en común uso del éxito. Dos orejas en Sevilla es el sueño de todos los que pisan el ruedo de la Maestranza. No es nada desdeñable la consecución de tan codiciado premio.

     No se trata de minimizar lo hecho y dicho por Tomás Rufo en la noble e interesante corrida de Jandilla, a pesar de la poca fuerza de los astados. Ni mucho menos. No dejó de tener su punto el contemplar el contenido de una lidia en la que se puso de manifiesto de forma rotunda el clasicismo del concepto del torero toledano. Ese lento recorrido de mano baja que va realizando el trazo del muletazo diestro acompasado de manera sutil e inteligente. Esa manera de hacer el toreo con la que mostró una tauromaquia sólida y de peculiar sensibilidad. Esa otra forma de explicar el natural que puso en evidencia la relevancia que ha adquirido el toreo de Tomás. Que hilvanó una original faena al bravo toro, lidiado en primer lugar, pero que algo debió faltar para que la plaza rugiera y poder justificar esa dos orejas que, de forma inmediata, ¿otra vez, don Gabriel? no hubo duda en conceder.

     Claro, fácil lo tuvo el buen torero de Toledo para cortar una tercera oreja y descerrajar de forma consecutiva, en dos años, la ansiada puerta. El apéndice no se hizo rogar después de que el joven torero realizara una bonita faena aprovechando la nobleza y calidad de las embestidas del sexto de la tarde, otro buen toro que se vino abajo por su poca fuerza. Pero, Rufo, volvió a hilvanar otra bella y original faena a modo de bajar la mano para hacer el toreo diestro, y completar con un ramillete de naturales despaciosos y un pase de pecho en redondo sin tiempo con los que deleitó a los tendidos. La estocada fue de órdago, el apéndice asegurado y la Puerta del Príncipe abierta para él. Cuántos, si no, la hubiesen merecido en lidias parecidas a las de hoy, y no premiadas. Urge también la modificación del encorsetado Reglamento.

     Manzanares se fue de Sevilla sin conseguir lo que tanto hubiese deseado: el triunfo. Y tuvo toros para conseguirlo, pero no es el momento del diestro alicantino. Encastado y con punto de nobleza en el pitón derecho fue el primero, al que no se le picó como norma generalizada en esta Feria. Nada de lo que hizo José María quedará en el recuerdo ni, por lo tanto, en la historia de la tarde. Habrá que esperar a que llegue el día. Ese día en el cual el toreo le vuelva a fluir por un instante. Porque ese toreo de empaque y bello, no solo brilló por instantes, sino que no existió. Una faena desigual con ambas manos, con algún que otro muletazo largo y profundo que nos hizo recordar al Manzanares de tiempos pasado. No hubo más. En esta ocasión, hundió el acero.

     No lo hizo en el cuarto, que volvió a marrar de forma considerable con la espada. Lució el toro su calidad en las embestidas en escasos momentos, porque la escasez de fuerza le hizo claudicar. Manzanares dibujó trazos a derecha e izquierda sin emoción.

     La personalidad de Pablo Aguado resulta especialmente atractiva. Es un excelente intérprete de la verónica que hoy, por un instante, la pudo mostrar con esa sensibilidad en el lance que se aviva al calor del virtuosismo. Lo hizo con el quinto toro, un astado de nobles embestidas que se vino muy pronto abajo por su falta de fuerzas. Tuvo, Pablo, un buen inicio de faena con templados muletazos, combinados con cambios de manos y molinetes con esa torería que le imprime a su concepto. Toreó despacio y con la naturalidad acostumbrada con las dos manos. Al final, la lidia quedó en bonitos detalles y poco más. Se paró el toro y acabó el toreo. Con el feo y manso segundo, lidiado como sobrero, lo poco hecho no tuvo una pizca de emoción.


 AL NATURAL 

Día 1 dM (después de Morante)

Francisco Mateos.-

     Estaba cantado que la corrida de hoy era de tertulia en los tendidos sobre el suceso devastador de Morante del día anterior. Era difícil resistirse a entablar larga charla con los compañeros de tendido sobre el toreo de Morante, sobre la cadencia y la belleza, sobre la personalidad y la magia… En definitiva, estábamos en el día 1 dM (después de Morante). Si la era se mide en aC y dC (antes de Cristo y después de Cristo), en Sevilla, taurinamente, se hablará del toreo aM y dM (antes de Morante y después de Morante).

     Y en este día 1 dM de la nueva era taurina comenzó con otra Puerta del Príncipe, la del día. Como lo de las tómbolas de la calle del infierno del real de Feria, donde los ‘cacharritos’ y las ‘cunitas’, con el feriante animando por el micro «compre papeletas, que siempre toca premio; premio asegurado». Pues sólo falta que se anime el presidente Gabriel Fernández Rey (el de la sin-vergüenza del día 2 aM con Morante), coja el micro de la plaza que está conectado a la megafonía, que ya si funciona desde hace varios años aM, y anime al personal a que «ocupen sus asientos, que vamos a empezar con la tómbola del día; oiga, aquí siempre toca, que ya llevamos tres Puerta del Príncipe y hoy seguro que cae una cuarta… pasen, pasen, que siempre toca».

     Y estuvo bien Tomás Rufo; ya me gustaría que muchos de los jovenzuelos coletudos salten a la Maestranza con el desparpajo, la calidad del toreo del toledano, y las ganas y tranquilidad de este nuevo Tomás que viene a tiempo para darnos gozosas tardes dM. Pero ojo, la Puerta del Príncipe no se puede convertir en una tómbola de regalos sí o sí. Que cortar una oreja en Sevilla debe responder a que se ha hecho algo muy importante; no digamos ya cortar dos orejas en un mismo toro. Eso debe ser rozar la perfección taurina, tocar con los dedos a Dios, y hacerlo a un toro-toro, que esa es otra. Y lo que es una oreja con fuerza, los desmanes incontrolados del palco la convierten en el 2×1 de Carrefour; y ya que tiene dos, pues aplicamos en el segundo toro un 3×2 de Hipercor, y al final nos salen las cuentas y como el que no quiere la cosa se han dado las tres orejas que abren la Puerta más grande del toreo… Pues no, no debe ser eso; en absoluto. Y ya digo, que mi ovación para Tomás Rufo y su toreo, de calidad exquisita y que viene a darnos tardes de gran toreo, seguro.

     Pablo Aguado no alcanzó lo que se esperaba. Dejó detalles hondos con el capote, pero los dos toros no le aguantaron en la muleta. Manzanares no está.


 LA VOZ DEL ABONADO 

Sevilla y su puerta de la churrería

Unión taurina de abonados y aficionados de Sevilla.-

     Tras la tauromaquia reducida al sublime toreo de capote del día de ayer y que produjo esa histeria colectiva en los tendidos, esta tarde vuelve la burra al trigo, porque la plaza no puede caer más bajo si como de nuevo ha sucedido se conceden Puertas del Príncipe como si fueran churros. Así que, de ahora en adelante si los señores presidentes de irreconocible prestigio no lo remedian, cambiamos de nombre ese galardón a la excelencia del toreo. La llamaremos ‘puerta de la churrería’.

     Hoy tocaba el hierro de Jandilla, prototipo del medio toro porque de esta manera se han comportado. Presentación infame. Sevilla se mira en Olivenza y a buen seguro dentro de unas temporadas la plaza extremeña superará a la sevillana en el trapío de sus toros. Animalitos anovillados, flojos, descastados, pero eso sí: benévolos y obedientes.

     Manzanares es torero amortizado o, al menos, esa pinta tiene. Con semejante material aborregado fue incapaz de sobreponerse, atacar y profundizar en sus muletazos. Si hubiera matado bien, a buen seguro que el buen presidente de hoy, ‘influencer’ de políticos taurinos, le hubiera correspondido con algún despojo.

     A Pablo Aguado correspondió el peor lote del festejo. Poco pudo lucir esa fina tauromaquia a la que nos tiene acostumbrados. A toros flojindangos les pudo sacar algún lance más que estimable y muletazos sueltos, pero nada más.

     Tomás Rufo tuvo la suerte de que le correspondiera el cuarto toro, que fue el de más duración en la muleta. Lo aprovechó, pero con muletazos rápidos, distancia inadecuada y, por ende, escaso temple. Las series enfervorizaron al histérico público de ayer, hoy y todas las tardes, y el único que debe mostrar sapiencia taurina no lo hace y concede una oreja, más el regalo de otra. No hacía falta ser adivino para saber que la puerta de la churrería se abriría de nuevo esta tarde, y así fue. Responsable: el presidente ‘influencer’.

     Dejamos para el final la suerte de varas. Las varas esta tarde han pasado de ser simuladas a dar vergüenza ajena. Pues bien, este engaño, fraude o llámenle como quieran, es aplaudido por el histérico público de hoy, de ayer y de toda la Feria, al que le importa un pimiento esta bella suerte. Un público que no se da cuenta tampoco si los animalitos están en puntas, o no. No creemos que en Andalucía se afeite un toro. La muy bien informada Junta de Andalucía así lo dice en sus memorias anuales de muchas últimas temporadas. Señores presidentes, señores veterinarios: venga, anímense, hagan un esfuerzo, prínguense, en definitiva hagan uso del Reglamento que para eso está y manden pitones al laboratorio para su análisis.

     Terminar diciendo que Andrés Revuelta y Fernando Sánchez parearon muy bien.


 GALERÍA GRÁFICA (Pagés) 


 OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez) 


 LOS TOROS (Javier Martínez) 

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