La familia Recasens Sánchez Mejías ha donado a la Hermandad de la Macarena la túnica y las manoletinas que usaba el torero en su estación de penitencia con su hermandad. Gallito fue hermano, benefactor y miembro de su Junta de Gobierno. Él mismo regaló las ‘mariquillas’ tan características de la Virgen Macarena.
Francisco Mateos.-
Los familiares de Ignacio Sánchez Mejías han entregado a la Hermandad de la Macarena una túnica completa y unas zapatillas de nazareno -tipo manoletinas-, que pertenecieron a José Gómez Ortega ‘Gallito’, figura de la tauromaquia, hermano y benefactor de la corporación y miembro de su Junta de Gobierno.
Los donantes de la túnica es Paloma Recasens Sánchez Mejías, en nombre de su propietario Luis Ignacio Recasens Sánchez Mejías, quien no ha podido asistir al acto de entrega. La túnica consta de sotana y capa de merino con su escudo, antifaz de terciopelo verde con su escudo, así como cíngulo y fijador. Con este hábito de nazareno Gallito participaba en la estación de penitencia de la cofradía en la madrugada del Viernes Santo.
Por su parte, Luis Abaurrea Recasens ha hecho entrega a la Hermandad de un par de zapatillas, tipo manoletinas, sin hebillas, calzado con el que José Gómez Ortega participaba en la cofradía.
Estas pertenencias obraban en poder de los descendientes de Ignacio Sánchez Mejías, cuñado de Gallito, quienes han mostrado la voluntad familiar común de que formaran parte del patrimonio de la Hermandad de la Macarena. De este modo, la túnica y manoletinas se integrarán en el patrimonio histórico de la Hermandad, que documentará las piezas de cara a la celebración en 2020 del centenario de la muerte del insigne torero en Talavera de la Reina.
Cabe recordar que, además de gran benefactor de la corporación de San Gil, José Gómez Ortega fue el impulsor, junto a Juan Manuel Rodríguez Ojeda, del enriquecimiento del patrimonio artístico de su Hermandad en las primeras décadas del siglo XX. A él se debe uno de las joyas más icónicas de la Virgen de la Esperanza, las ‘mariquillas’, que Gallito adquirió en París y regaló a la imagen de su devoción.