REAL MAESTRANZA - 9ª Feria de Abril

José Garrido, con su entrega, salva la tarde

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José Garrido, con la oreja cortada al sexto.

El torero extremeño José Garrido ha cortado una oreja en una tarde plúmbea y aburrida, en la que Juan Bautista y López Simón fueron silenciados. Poco público en la Maestranza, con apenas más de media plaza en pleno miércoles de farolillos. Decepcionaron los toros de El Pilar.


SEVILLA / Corrida de toros

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de El Pilar, el cuarto y quinto lidiados como sobreros. Justos de presencia, nobles y flojos. De escasa fuerza y sosa nobleza el primero; encastado el segundo; noble, de humilladas embestidas y justo de fuerzas, el tercero; noble sin casta el cuarto, lidiado como sobrero; manso sin complicaciones el quinto; y complicado sin clase en sus acometidas el sexto.
ESPADAS: -Juan Bautista (de grana y azabache), silencio y silencio.
López Simón (de burdeos y azabache), silencio y silencio.
José Garrido (de rosa palo y oro), vuelta al ruedo tras aviso y una oreja.
CUADRILLAS: Saludaron en banderillas Yelmo Álvarez, Jesús Arruga y Antonio Chacón.
INCIDENCIAS: Más de media plaza.


Manuel Viera.-

     La propuesta decisiva de José Garrido por levantar la tarde adormecida y plúmbea, dejó su estela. Si de algo, además de toreo, anda sobrado el extremeño es de valor. Un valor arrebatado, mezclado con la calidad de concepto, engrandeció su actitud y salvó el soporífero acto de tres horas de duración del desastre total. Todavía se advierte el peligro  del complicado sexto. El toro de El Pilar embistió, y se defendió, con genio en una lidia que arrancó con exquisita técnica para alcanzar notoriedad emotiva en un toreo de sometimiento y poder para después acabar doblegando las cambiantes acometidas, tan frecuentes cuando la falta de casta impera. Superadas las complicaciones fue capaz de construir, sobre el soporte de valor y la técnica, una lidia vibrante con el preciosismo en el trazo del natural. Tan escaso como emotivo. La espada hizo su función y la oreja cayó.

     Aún así, y en ese ir y venir, entre más sombras que luces de anodinas faenas, fue apreciable el toreo de Garrido con el flojo, aunque noble, tercero. Fue considerable la evolución de una lidia  que arrancó por verónicas a compás y continuó con un toreo de cites de muleta adelantada, templado y ligado, con notables cambios de manos y excepcionales de pecho al hombro contrario. Una lidia que arrancó sin titubeos y se cerró con el natural, intenso, desbordante y emotivo, y los detalles toreros de la trinchera, ayudados, y un excepcional pase de pecho al hombro contrario. Hundió la espada y la larga agonía minimizó la salida de pañuelos. La vuelta al ruedo le supo a poco.

     Fue lo único de largo metraje. Porque a Juan Bautista con el zancudo primero, mermado de fuerza y colmado de sosería en sus nobles embestidas, sólo se le recuerda unas ajustadas chicuelinas amarradas con media verónica con gusto y torería. Lo demás fue una cadena de pases, técnicamente correctos, ora con la izquierda, ora con la derecha, sin emoción. Con el acero, mal.

     El cuarto fue devuelto por nula fuerza, y en su lugar lidió el primer sobrero, de igual hierro, de escasa casta y sosa nobleza. El diestro de Arles dibujó muletazos sin alma, aburrido y desmotivado, para acabar de media estocada precedida de pinchazo.

     Nada tuvo que ver con lo esperado. López Simón se fue alejando de la verdad en la lidia del encastadito segundo. Un toro sin problemas aparentes en sus embestidas, al que el madrileño le fue introduciendo, de manera imparable, banalidades a una faena que se deshizo hasta perder el rastro de cualquier atisbo de verdad. Mil pases para un toreo insustancial. Pinchó antes de dejar el acero casi hundido.

     En menos de diez minutos estaba todo hecho con el bravucón sobrero lidiado en quinto lugar. O nada, para satisfacer a ese público que demandaba cierta actitud y no esa enmaraña de pases insípidos que le llevó al silencio final. El madrileño no estuvo bien, sin ambición y vulgarizando un toreo, hoy, premeditadamente chusco.


AL NATURAL

La siesta taurina

Francisco Mateos.-

     Aunque esta mañana me levanté algo más tarde de lo habitual, el tener trabajo fuera de Sevilla capital me provocaba envidia -y creo que no sana- de aquellos vecinos míos que hoy miércoles (festivo local) aprovechaban para reponer sueño del cansancio acumulado de media Feria ya encima. No era mi caso, que tras el clásico desayuno de tostada viendo las mañaneras noticias, tenía que poner rumbo a una nueva jornada laboral este miércoles de farolillos. Y más envidia cuando mi familia, al ser ese festivo local en Sevilla, se marchaba a pasar el día a las playas de Huelva.

Un espectador, a cuerpo de rey, en plena siesta taurina en el tendido de la Maestranza. (FOTO: Javier Martínez)
Un espectador, a cuerpo de rey, en plena siesta taurina en el tendido de la Maestranza. (FOTO: Javier Martínez)

     Además ha sido una mañana de trabajo convulsa, nada fácil, cansancio que viene a incidir aún más en la línea de la flotación del agotamiento acumulado tras una semana seguida de toros, y la labor de coordinación informativa para que esta amplia información de lo sucedido cada tarde en la Maestranza llegue a su móvil, tablet o portátil. Tras un brevísimo almuerzo -tanto de tiempo como de contenido-, otra vez al garaje a coger la moto -bendito invento para una Sevilla en Feria de Abril- y poner rumbo -Paseo de la Palmera arriba- hacia la cita diaria con los toros en la Maestranza. Suelo aparcar la moto en la fachada del cercano Teatro de la Maestranza (espero que los polis locales del alcalde Espadas respeten la excepcionalidad de estos días y no me multen con una dolorosa). Acera arriba, pasando por el ‘Ale hop’ y como cada tarde, golpecito al cencerro de la vaca que asoma la cabeza (manías que uno coge). Por cierto, me gusta dejarme ir si pasan algunos guiris cerca para dar el golpecito de cencerro a sus espaldas pero muy cerca, disimuladamente, y ver su ‘respingo’ y cara de susto, como si tuvieran la manada de San Fermín a sus espaldas…

     Y ya por fin cruzar el enrejado perimetral de la plaza y acceso al palco. Saludos a los compañeros y el ‘tachín’ de los clarines para abrirse el portón de cuadrillas. Y fue entonces cuando me dormí; a lo que viene ser una señora siesta taurina de tres horas, vamos.

P.D.: Siesta taurina por aburrimiento; no por cansancio acumulado, que también.


LA VOZ DEL ABONADO

Toros de granja

Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-

     Si hay algo peor que un espectáculo malo, es un espectáculo aburrido. Esta tarde en la plaza de toros de Sevilla todos los actores se confabularon en ofrecer una función taurina de casi tres horas de duración donde por encima de todo sobresalió el tedio y la burla una vez más a los aficionados. El protagonista que antes era el toro bravo y encastado, ahora lo convierten y falsifican mediante el uso de una nefasta selección y crianza, que hace pensar que las ganaderías de bravo se han convertido en granjas de toretes de peluche. Esta tarde ha sido otro capítulo más, destacable negativamente, en el elemento más importante de la Fiesta. Han hurtado los valores principales del toro. ¿Qué ofrecen? Un toro amable que salude a los picadores, que no permita apenas ningún quite y que en la muleta pase por el trapo, pero no que embista.

     Este paño que nos vende a precio bastante caro: comienza por el granjero, rendido a los gestores y toreros  principales de esta tauromaquia descafeinada; pasa por los empresarios consentidores de la situación; y ahora viene los más grave de la tramoya, los presidentes y veterinarios que teóricamente deben de velar por la categoría del espectáculo y dar lustre a su secuencia, pero se han echado en manos de los manipuladores y olvidan al que paga. Los presidentes y veterinarios de Sevilla son malos hasta decir basta. Llevamos una ristra de corridas de toros terciados, anovillados y muchos con escasas defensas. Se tragan todo lo que les presentan y si el animalito no se cae más de tres veces a pesar de los capotes al cielo, a la muleta llega mermado, cansino y sin ganas de nada. Hoy le ha tocado a El Pilar, pero la desgracia es que esto continuará igual. No se vislumbran signos de recuperación.

     Dos toreros hicieron el paseíllo y otro aparte de acompañarles, se entregó, sudó la camiseta. Sometió José Garrido a sus dos enemigos a base de pundonor y, por qué no decirlo, buenas tandas. Tenía la oreja de su primero ganada, pero el toro de granja tarda en caer y se enfrió el ambiente. En el sexto, con menos gas y algo de dificultad, insiste, tira del toro granja y aunque con faena menos rotunda consigue una oreja, más bien por el conjunto de sus dos faenas. Los otros dos protagonistas del cartel dieron muchos pases.

     Una vez más destacar otra buena actuación del banderillero Antonio Chacón.

     Por decir con toda su crudeza la realidad de la Fiesta,  la prensa amarilla sevillana nos considera a la Unión de Abonados incendiarios y terroristas taurinos. No se dan cuenta  del daño que hacen a la Fiesta escondiendo, manipulando y manteniendo su triste devenir.


GALERÍA GRÁFICA (Pagés)


OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)


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