REAL MAESTRANZA - 7ª Feria de Abril

El Juli hace historia en Sevilla indultando a ‘Orgullito’

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El Juli, triunfal salida por la Puerta del Príncipe con cuatro orejas y un toro indultado.

El diestro madrileño El Juli ha cortado cuatro orejas y ha hecho historia en la Maestranza al indultar al toro ‘Orgullito’, un gran toro de Garcigrande que regresa a la finca. Enrique Ponce corta la oreja del cuarto, mientras que un desdibujado y apático Alejandro Talavante es silenciado en su lote.


SEVILLA / Corrida de toros

TOROS: Se han lidiado cuatro toros de Garcigrande y dos de Domingo Hernández, lidiados en segundo y sexto lugar. Desiguales de presentación y desiguales en su juego. Noble y de sosas embestidas el primero; con fijeza, humillación y nobleza el segundo; blando y soso el tercero; muy noble y con clase en sus acometidas el cuarto; bravo y de menos a más el quinto, que fue indultado; complicado el sexto.
ESPADAS: -Enrique Ponce (de rioja y oro), silencio y una oreja.
El Juli (de azul y oro), dos orejas y dos orejas.
Alejandro Talavante (de negro y azabache), silencio y silencio tras aviso.
INCIDENCIAS: Lleno.


Manuel Viera.-

     ¿Cómo describirlo? Quizá fue una forma de desafiar las elementales reglas del juego. Una forma de jugarse la vida a modo de tirasoga entre lo humano y lo animal. Entre la inteligencia y la fuerza bruta, entre el arte y la bravura, para que las dos partes acabasen llevándose la victoria. Sin embargo, la bravura de ‘Orgullito’, el  gran toro de Garcigrande, desequilibró la consistente obra de Julián López ‘El Juli’, que sin ser de una brillantez desbordante, sí fue parte de un viaje sin nostalgia al toreo de siempre. Homenaje nada velado al ganadero de sus sueños de torero. Al criador del toro de sus triunfos.

     Y así, lo hecho por El Juli al bravo quinto toro fue un continuo plegado de respuestas a la sensibilidad. Una cuestión de inteligencia. Pues trató y consiguió potenciar las calidades propias de la casta y otorgar coherencia a unas embestidas de por sí emocionantes. Y así buscó en la fluidez de su toreo, el tono mandón y reposado con el que otorgó a la faena el toque pasional deseado. Una faena donde afloraron muestras claras de un magisterio plenamente maduro. A veces toreó sentido, inspirado, despacioso, profundo, ligado… A veces, también, con tendencia hacia fuera y desajustado. De una u otra forma, fue lo hecho un auténtico regalo para unos tendidos enloquecidos por lo que veían. Sobre todo, por unas embestidas humilladas y a más impregnadas de aromas de bravura y marcadas por la casta. Posiblemente no fue completo el comportamiento del toro en todos los tercios. Quizás no lo fuese tampoco la forma de mostrar la bravura en el caballo. Quizás dejara atisbo de dudas al escarbar. Menudencias todas que sólo sirven para no hacerlo excepcional. Y excepcional debe ser el indulto con el que hoy se hizo de nuevo historia en Sevilla y en la Maestranza.

     ‘Orgullito’, marcado con el número 35, de negro pelaje y 528 kilos de peso, volverá a la dehesa dispuesto a padrear. El Juli, en la mejor celebración posible de sus veinte años de alternativa, lo indultó en la Maestranza.

     Tanto gozó El Juli con su suerte que pudo saborear también lo hecho al segundo. Otro buen toro marcado con el hierro de Domingo Hernández. Desde los lances  a la verónica quiso el madrileño hacer demostración palpable de su poder para realizar una lidia que, sin llegar al umbral de lo sobresaliente, sí alcanzó notoriedad emotiva con lo hecho y dicho. Templó muletazos improvisados de rodillas, tras caer así al golpearle el toro en el inicio de faena, para después bajar la mano y torear despacio con esa singularidad que le imprime a su concepto. Fueron series con una y otra mano de poco más de tres muletazos con el remate de los obligados de pecho, cuando las características, por  bondad y calidad de las embestidas, pedían más cantidad en la ligazón. De todas formas la faena tuvo fluidez y luminosidad, destacando un cambio de mano de cartel y un circular a cámara lenta excepcional. Con su característica forma de matar fulminó al de Domingo Hernández y las dos orejas no se hicieron esperar.

     Ni que decir tiene que Enrique Ponce pudo saborear también las nobles acometidas del rajadito cuarto. La facilidad técnica, donde parece desaparecer la sensación de dificultad, le da una fluidez y luminosidad al muletazo que lo hace interesante. Como interesante fue una faena templada e hilvanada con la diestra con algunas desigualdades entre una y otra serie. Retomó el hilo del temple en el toreo al natural con el que  reunió todas las delicadezas de unas formas irresistibles al público. El resultado: un toreo lento, hondo, servido con el alma, y un cambio de manos con insultante autoridad. La estocada quedó desprendida, pero no fue óbice para pasear el apéndice.

     Al primero la faltó fondo y le sobró sosería. El valenciano lo hizo todo con suavidad en una faena con una pizca de intermitencia que se quedó sin finiquitar. Con el descabello se eternizó.

     ¿Y Talavente? Tengo la duda si los malos e ilidiables fueron sus toros, o el triste y desubicado fue él. Quizás lo segundo.


AL NATURAL

La discusión del indulto

Francisco Mateos.-

     Se rompió la Feria de Abril este lunes de farolillos. El Juli y dos excelentes toros de Garcigrande han reventado el serial y han hecho historia en esta plaza, con el balance de cuatro orejas para el madrileño y el indulto de un toro para la ganadería salmantina. Quedará toda la semana de discusión de la exigencia para que el indulto fuera o no procedente, o reivindicar la importancia de la vuelta al ruedo a un toro. Es decir, parece que directamente hemos pasado de la nada al premio gordo, y el toreo está lleno de matices. Ahora, los toreros apenas dan vueltas al ruedo si no es con una oreja -o dos- en la mano. Se está perdiendo el valor de una vuelta al ruedo. Hay faenas bellísimas que quedan mal rematadas con la espada. El torero y el público deben reivindicar esa faena con esa vuelta al ruedo, que ha quedado sin premio por el desacierto a espadas. Es más: hay veces que el público aplaude (no me refiero a Sevilla, sino en general) y el torero podría dar la vuelta al ruedo, pero parece que si no es con una oreja -o las dos- no les merece la pena. Es necesario reivindicar la importancia de la vuelta al ruedo. Y en esto tienen culpa los propios toreros, porque ¿cuántas veces un diestro ha ‘mangoneado’ una vuelta al ruedo que él mismo sabe no merecida porque un nutrido grupo de sus partidarios le han aplaudido fuerte al saludar en el tercio y ha aprovechado la coyuntura para comenzar a bordear las tablas en la vuelta?

     Con los premios a los toros está ocurriendo lo mismo: de la ovación en el arrastre se ha pasado directamente al indulto. Hay graduaciones, matices, quizás difíciles de valorar en el juego de cada toro, que deberían permitir catalogar el premio en la ovación en el arrastre (o pitos, en su caso), en la vuelta al ruedo o el máximo del indulto. El indulto es algo excepcional, un hito, algo que se sale muy mucho de lo común. Y aún más en una plaza de la importancia, proyección y trascendencia de Sevilla. Hay que atinar mucho.

     En el caso concreto de hoy, el corte de dos orejas en su primer toro por parte de El Juli y la presidencia de José Luque Teruel (el presidente más afín al taurineo), todo lo ponía favorable para una Puerta del Príncipe que todos veíamos ya asegurada antes del segundo del Juli. Pero ese toro, además, fue excepcional en la muleta, un auténtico carretón, una maquina de embestir. En los medios, sin doblar nunca las manos, por abajo, repitiendo. Pero ojo, sin la emoción del peligro, sin la vibración total del toro que de miedo, del astado difícil de dominar… Juli lo pasaba por aquí y por allí a su antojo, como si invitara al propio Curro a sus 84 años a bajar a torearlo, que lo podría hacer hasta el propio Faraón. ¿Alguien duda que Curro, a sus 84 años, podría haber dado muletazos a ‘Orgullito’? Pues ahí hay un matiz importante a valorar para el indulto o no.

     Y por último, a mí me faltan argumentos para poder estar de acuerdo con el indulto. La lidia moderna obliga a torero y cuadrillas a cuidar y minimizar los primero tercios para que el astado llegue con las máximas garantías a la faena, donde se fundamenta el triunfo del toreo actual. Me faltó verlo más y mejor en el caballo, y en más quites de capote… Aún así, un gran toro, excelente para el toreo moderno y para una faena preciosista y bellísima…. Pero, ¿se ha indultado un toro bravo-bravo, un animal que dio miedo, un astado que más allá de nobleza dulce y repetidora, tuvo los elementos fundamentales que diferencian al toro bravo y de presentación irreprochable?


LA VOZ DEL ABONADO

Tarde magnífica, apoteósica, espectacular

Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-

    Toros de Garcigrande con un trapío irreprochable de plaza de tercera, pero ¡y lo que llevaban dentro! Fueron dóciles, bondadosos, obedientes, dulces, sumisos, disciplinados, benignos, adiestrados, finos, delicados, correctos, domados, corteses, sometidos, entregados, rendidos, respetuosos, apacibles, agradables, benévolos, compasivos, provechosos, virtuosos, serviciales, cándidos, sensibles, favorables, tiernos…

El presidente José Luque Teruel concede el indulto al toro de Garcigrande.
El presidente José Luque Teruel concede el indulto al toro de Garcigrande.

     Desde aquí queremos felicitar al señor Luque, presidente esta tarde, que con su gran sapiencia de aficionado ejemplar supo elegir toros con tantas virtudes, incluso uno bajo su responsabilidad personal, los cuales propiciaron una tarde magnífica, apoteósica y espectacular. Lo hizo tan bien que rechazó cuatro toros en el reconocimiento que a buen seguro no reunían tantas cualidades.

     Con este material bovino dicen que Enrique Ponce se despedía de Sevilla. No hizo nada que no supiéramos. Toreo lleno de tecnicismos a su favor, y faenas desviadas abusando del pico de la muleta. El estimado respetable de esta tarde no quiso dejar pasar la oportunidad de despedir al maestro de Chiva con una oreja.

     El Juli entendió a la perfección todas las virtudes de sus dos oponentes. Siempre estuvo a la altura de sus dos toros. Toreó por ambos pitones todo su repertorio consiguiendo que el respetable entrara en una especie de trance maravilloso. Todos estábamos abducidos. La música maestrante era un complemento utilísimo y esencial en tanto arte y por eso nuestro entendido presidente le concedió dos merecidísimas orejas en su primero.

     Pero lo mejor vino después en su segundo. Poco importó que el toro no recibiera dos puyazos a pesar de entrar dos veces al caballo. Poco importó que escarbara. Poco importó que no acometiera. Poco importó que pasara andando por las cercanías del maestro. Esa maravilla se trasfiguró en indulto para gloria de nuestro presidente excepcional, del ganadero que nos hurta la suerte de varas  y del fino maestro de Velilla de San Antonio.

     De Talavante, mejor no hablar. Se encontró desbordado por toros con esa infinidad de cualidades; o quizás fue su manera de protestar porque esperaba dar emoción proveniente de toros que hoy no tenían ni pizca. Cualquiera sabe.

     Así que muchas gracias señor presidente por marcar el camino de una nueva tauromaquia ,y de cambiar el toro bravo y con casta por el toro con la infinidad de virtudes antes reseñadas.


LA CORRIDA, AL COMPÁS

Y abril le dijo a Sevilla

Fernando Naranjo.-

Se han ‘echao’ las toldillas
allende los tejadillos,
y se templa el Baratillo
donde peineta y mantillas
suspiran hoy su Sevilla
bajo sus palcos el rubor
al resguardo de aquel sol
que dora a la Maestranza;
hoy persiste la esperanza,
que luzca a todo esplendor.

Y abril le dijo a Sevilla,
hay un rumor en el río
que siento hasta escalofrío;
lo proclaman tortolillas
que esta tarde las cuadrillas
y el Príncipe están dispuestos
a imprimir un manifiesto
sobre tu albero de oro,
y en cuanto embista un buen toro
dejar su pórtico abierto.

Y Ponce vino dispuesto
pero a gusto no estuviera
con su primera quimera,
pues anduvo descompuesto
con ese blando primero
que se llamó ‘Despensero’,
mas con el cuarto ‘Tratante’
sí que estuviera importante,
aunque cruzando el albero
tras el manso resultante.

Hoy no brilló en sus quimeras
ni la zurda más brillante
de Alejandro Talavante,
y a sus hechuras toreras
mal lote correspondiera.
Oscuros como su traje
tuvieron poco celaje,
de ritmo y pobres de clase
para nunca ilusionarse
y excederse en el metraje.

Buen lote pal’ de Velilla,
muy bravos y con remates
para sus justos quilates
acorde fue su cuadrilla,
sin prisas y sin hebillas,
se unieron en dos funciones
de distintas sensaciones
medidas, sin alharaca;
hoy El Juli más destaca
y hay que aplaudir sus razones.

Tanto ‘Chumbo’ y ‘Orgullito’
tercero y quinto, qué clase;
humillados a sus pases
profundos al infinito.
Cuánto celo y qué exquisito
a sus bravuras un culto;
reseñar punto por punto,
pues su hocico estas arenas
barriera en tarde serena
‘Orgullito’ ante su indulto.


GALERÍA GRÁFICA (Pagés)


OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)


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