El madrileño Alberto López Simón le ha cortado dos orejas a una decepcionante corrida, por floja y nula casta, de El Pilar; logró los trofeos en el cuarto y sexto. El francés Sebastián Castella, con los peores toros, fue silenciado. Como se esperaba en un ‘mano a mano’ que no tenía razón de ser en Sevilla, no hubo rivalidad.
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Manuel Viera.-
Con él nunca se sobrepasa el vigor de la emoción. Jamás se exagera el sentido auténtico de cada pase. Con López Simón crece convincentemente el gozo de verlo hacer y decir el toreo. El natural, como catalizador de la faena al cuarto toro de El Pilar, constituyó el hilo conductor de un final excepcional. Naturales acompasados y ligados, coronados por los obligados y rotundos pases de pecho. Brillante recital de toreo zurdo con el añadido de un valor sin tapujos. Poderosa técnica puesta a disposición de un toreo rico en matices y de una expresividad desmesurada. Lo hecho con la izquierda al buen toro de Moisés Fraile, el de más motor de una corrida floja y descastada, tuvo grandeza y hondura, fue bellamente trazado y no estuvo carente de profundidad.
El contenido de la faena fue, de hecho, amplio e importante, aunque con momentos de intermitencia en el uso de la mano diestra. Incluso cuando apostó, a mitad de faena, por mostrar su característico toreo encimista bajó el nivel. Nos obstante, ya quedó dicho, engendró una colección de naturales cosidos y templados que produjeron el delirio en los tendidos. Cada natural fue un triunfo. Cada remate, un aviso de que algo grande podría suceder. La estocada arriba rubricó el epílogo de una faena merecedora del apéndice que parsimonioso paseó.
Fue sólo cuestión de tiempo para que la gente acabase olvidando el decepcionante comportamiento de los toros de El Pilar a los que les sobró la ‘absurda’ suerte de varas. Aproximación al caos de unos animales dispuesto a ir un paso más allá en la senda marcada en los inicios de esta Feria por la escasez de casta y fuerza. Una invitación al pesimismo. Una puerta entreabierta al abismo.
Y en esto que salió el sexto, flojo, sin emplearse en los primeros tercios, y el madrileño, con el veneno de la ambición, muy seguro de sí mismo y obsesionado por el éxito, lo hizo suyo muy al final de un trasteo que transcurría por la senda de la falta de emoción. Y otra vez el natural, el cite de frente, la ligazón, el ajuste de los muletazos, la enorme quietud… El parar el tiempo hasta exprimir la última gota de fuerza de un animal que no la tenía. Manoletinas y una estocada para asegurar el triunfo. Y a hombros se lo llevaron por la puerta de cuadrillas.
Decepcionante comportamiento de los toros de El Pilar a los que les sobró la ‘absurda’ suerte de varas. Aproximación al caos de unos animales dispuesto a ir un paso más allá en la senda marcada en los inicios de esta Feria por la escasez de casta y fuerza |
Y poco más de un mano a mano que no tenía razón de ser. Carente de rivalidad, cada uno fue a lo suyo. López Simón buscó todos los resortes del triunfo, incluida su participación en todos los quites. Castella pareció creer que con tales ‘animalitos’ no había nada que hacer. Y no lo hizo. Alberto se pasó por la barriga las sosas embestidas del segundo. Y poco más pudo hacer que terminar con él de una estocada desprendida que necesitó del descabello. |
Castella toreó a la verónica con ritmo y cadencia al inválido primero. Un toro noble, con clases en sus cansinas embestidas, al que el francés supo templar un toreo hecho a derecha e izquierda, muy despacio y con cambios de manos de gusto exquisito. Faena limpia, transparente, pero sin un atisbo de emoción. Se le atascó el acero y todo quedó en silencio. Con el tercero, de iguales características, casi no le dio opción a hilvanar dos pases seguidos. Y el quinto, ayuno de casta, terminó echándose para desesperación del torero francés, que sólo pudo mostrar su estatismo en sus habituales pases cambiados por la espalda citando desde la misma boca de riego en el prólogo de faena.
AL NATURAL |
Miedo me da…
Francisco Mateos.- Cuando el que nos tenía que dar miedo, pero miedo del ‘de verdad’, del malo, es el toro, miedo me da que nos acostumbremos a este toro que va y viene como si tal cosa, que pasa por allí sin fuelle, sin motor, sino sólo con nobleza y clase, pero sin fuego en su interior. Miedo me da que se dé por ‘normal’ a este toro que no emociona; a este toro de cara anovillada, sin cuajo de toro, sin la presencia que cada tarde se debería exigir en Sevilla. Miedo me da que nos resignemos al «esto es lo que hay». Miedo me da pensar que sea cuestión de ‘pasta’ para que estas ganaderías de reconocido nombre embarquen realmente para Sevilla lo mejor de su finca, porque no me puedo creer que esto que traen sea de lo mejor que crían. Miedo me da que los presidentes tengan miedo a dar un puñetazo en la mesa en los reconocimientos y alcen un «¡hasta aquí hemos llegado!». Miedo me da que, tarde tras tarde, los seis varilargueros sólo señalen el puyazo y de inmediato levanten el palo, sin apretar ni necesidad de meter las cuerdas, porque los toros quedan para ser toreados después de ser capoteados. Miedo me da que se sigan anunciando en la Maestranza ‘manos a manos’ (ya lo anuncié en el previo de esta corrida) que no tienen sentido -al menos en Sevilla-, sin nada que dirimir entre los dos toreros, sin competencia ni nada que ganarle el uno al otro. Miedo me da que el año que viene tengamos que volver que padecer la abulia taurina del triste Castella. Miedo me da que nos conformemos con tan poco, y que lo hecho -o mejor dicho, lo ‘no hecho’- por López Simón tenga como premio dos orejas en plena Feria de Abril. Miedo me da a lo que pueda pasar mañana viernes con este listón de exigencias por los suelos y un público ‘flotante’ tan a favor de darlo todo por bueno, porque llegan las figuras. Miedo me da que el mejor cartel de Feria (Morante, Juli, Perera) quede empañado por el pseudo-toro y el aplaude-público. |
DIEZ GANANDO UN PASO |
La verdad
Javier García Baquero.-
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LA VOZ DEL ABONADO |
Entre la mediocridad y el engaño
Unión Taurina de Abonados de Sevilla.- Pudiera parecer que un festejo donde se cortan dos orejas fue exitoso prevaleciendo la calidad, pero nada más alejado de la realidad. La plaza de Sevilla desde hace varios años se ha convertido en santo y seña de la mediocridad taurina, jaleada por determinados poderes fácticos y mediáticos más interesados en contentar a quien les paga o jalea, que en propagar la verdad y realidad de cada tarde. Es engaño la presentación del encierro marcado con el hierro de El Pilar. Animales anovillados del primero al quinto, y además cortos de pitones. El sexto era un mulo en su aspecto, basto y también corto de cara. Toda esta presentación con el visto bueno de la presidenta y su equipo, en la línea de contentar al poder taurino y olvidar al aficionado. Es engaño mantener en el ruedo para su lidia toros completamente inválidos como el primero de la tarde. Es engaño la labor de los lidiadores de ese toro subiendo a las nubes los capotes para que el público se trague el toro y la presidencia pique en mantenerlo. Es engaño, una tarde más, la suerte de varas. De autentica vergüenza, tanto el poner los toros en suerte, la colocación de los lidiadores, la selección de estas ‘ruinas’ en la crianza y por supuesto el resultado posterior en las plazas. Es engaño la irrupción de la música en faenas inmerecidas para tratar de imponer un falso triunfalismo. Es engaño ofertar un ‘mano a mano’ donde el aficionado espera competencia en cada fase de la lidia y que sus protagonistas pongan toda la carne en el asador para obtener los mejores resultados. Es mediocridad la tauromaquia de Castella, especialista en citar con el pico de la muleta, torear desviado y descargar la suerte. Es mediocridad que López Simón no entienda a sus oponentes para medir bien las distancias, bajar la mano y templar sometiendo adecuadamente las embestidas. Es mediocridad que este emergente torero -del cual se espera mucho y bueno- se anuncie con el ‘medio toro’. Es mediocridad que con las embestidas amables y aborregadas de los toros de esta tarde solamente se cortaran dos orejas por López Simón en el cuarto y sexto toro. No ha sido mediocridad la labor toda la tarde de la cuadrilla de López Simón. Vicente Osuna, Miguel Ángel Sánchez, Jesús Arruga y, sobre todo, Domingo Siro. Un aplauso para ellos. |
LA CORRIDA, AL COMPÁS |
Para ir entrando en materia…
Fernando Naranjo.- La preferia busca el rumbo. A ‘enconado’ mano a mano, ¿Qué pasa con las cuadrillas |
Siro, Arruga y Sandoval Llegó elegante Castella La tarde voló a Barajas |
LA PINCELADA (Pérez Indiano) |
Un estoque de tristeza (Aurelio Verde) |
GALERÍA GRÁFICA (lamaestranza.es) |
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OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez) |
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LOS TOROS, UNO A UNO (Javier Martínez) |
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